Tras años de atrasos, cambios de desarrollador y posible cancelación, Dead Island 2 finalmente está listo para llegar en abril. Deep Silver y Dambuster nos dieron acceso anticipado a una copia de preview y traemos nuestras primeras impresiones.
Dead Island y su sucesor, Dead Island: Riptide, fueron dos títulos que supieron ganarse una base de fans muy acérrima, a pesar de que también se los criticó por ser más chatos a nivel narrativo de lo que prometían los primeros trailers. Ambos títulos giraban en torno a sobrevivir a un apocalipsis zombi en una isla tropical y matar zombis como uno de varios personajes que se podían elegir. El fuerte de la propuesta era su mundo abierto, el foco que ponía en la supervivencia y las muchas (muchísimas) formas de matar a los zombis, gracias a la gran cantidad de armas (cuerpo a cuerpo) que había y a la posibilidad de personalizarlas.
Tras jugar prácticamente un cuarto de las misiones principales y un par de las secundarias, podemos afirmar que Dead Island 2 mantiene muchos de los elementos principales de los primeros juegos, pero también hay cambios necesarios que elevan el gameplay y la matanza zombi en un escenario completamente nuevo. Ahora estamos en Los Ángeles y todos sus alrededores: Beverly Hills, Bel-Air, Santa Monica Beach y más.
De la historia no voy a contar mucho para no spoilear a nadie, pero lo que vamos a encontrar está dentro de lo esperado para un trasfondo de supervivencia y zombis: o sea, buscar una cura, conocer gente nueva que está en la misma que nosotros y demás. Lo que sí podemos destacar es lo bien que funciona el guion desde los personajes y el humor. Dambuster consiguió personajes muy carismáticos y momentos que rinden culto al mejor cine de clase B, que nos hará pasarla muy bien en la ciudad angelina ficticia del juego, donde hay más de una sorpresa para matarse de risa. Es una de cal y otra de arena, porque tenemos una historia que ya vimos muchas veces, pero protagonizada por personajes queribles y buena comedia negra, lo que le da el toque fresco que necesita.
Volviendo a la jugabilidad, el llamado sistema FLESH de Dead Island 2 es la estrella del gore y del combate. Es un sistema procedural de destrucción de zombis que básicamente nos permite ver cada capa de piel, músculo y hueso que aniquilamos mientras luchamos. Suena grotesco y lo es, aunque claro, estamos ante un juego caricaturesco, de modo que el realismo de FLESH a la hora de masacrar llega atenuado por unas visuales que van en tono con la comedia del guion. Además, esta característica del combate nos permite tener un feedback muy exacto de cuánto daño le estamos haciendo a un zombi.
El combate está expandido en cuanto a posibilidades de lo que podemos hacer con las armas a la hora de mejorarlas, y también varía muchísimo de acuerdo a cómo desarrollamos a nuestro personaje. Al comienzo elegimos a uno de seis supervivientes, que son muy distintos entre sí, pero durante el juego podemos malear muchísimo el estilo de combate. Aunque, claro, si elegimos a un personaje acrobático, no vamos a pretender convertirlo en un tanque, pero sí podemos darle habilidades de más resistencia, por ejemplo.
Dead Island 2 consigue lo anterior con un sistema de cartas y mazos que permite que cambiemos las habilidades del personaje a nuestro antojo durante la aventura. A diferencia de otros juegos con componentes RPG donde ponerle puntos a una habilidad implica no poder arrepentirse más tarde, con este nuevo sistema de cartas podemos cambiar las habilidades antes de una pelea con un jefe, por solo poner un ejemplo. De hecho, el juego incentiva a hacerlo. Lo único permanente es la selección de personaje: no podemos cambiar de superviviente una vez que iniciamos la campaña, pero tenemos la suficiente profundidad en la personalización para que no se vuelva aburrido y podamos probar todo el tiempo nuevas estrategias.
Como ya sucedía en los anteriores, volvió la posibilidad de forjar armas alocadas, como guantes eléctricos, cuchillos que incineran u horquillas que aplican hemorragia. Podemos usar la creatividad al máximo y tendremos que saber que cada tipo de zombi será vulnerable a distintas armas. Al tener un sistema de daño elemental, podemos interactuar mucho con el ambiente y jugar a mojar zombis que podemos electrificar fácil, arrojar un arma incineradora cerca de un tanque de gasolina y demás genialidades. También tenemos armas arrojadizas, como bombas de distintos tipos, o incluso un shuriken. Lidear con hordas es genuinamente divertido porque hay mucho lugar para la creatividad y la improvisación. Es un combate que no se agota nunca, al menos durante las horas que jugamos para este preview.
Dead Island 2 sorprende para bien, incluso cuando se siente como una secuela continuista. No creo que nadie espere que reinvente la rueda y todavía nos queda ver la versión final, pero hasta ahora puedo decir que Dambuster consigue una secuela que tiene la esencia del original, pero con un combate más dinámico, más desafiante, más divertido y mucho más sangriento. Ya quiero seguir con mi matanza por L.A., pero toca esperar hasta el 21 de abril. ¡Qué los meses pasen rápido!