Diablo Immortal se presenta como una entrega más de la saga, con las mismas características que podríamos esperar de una secuela con todas las letras. Una vez elegido el servidor, que nos informa oportunamente cuántos de nuestros contactos tienen personajes en cada uno, nos encontramos con las seis clases disponibles. No hay demasiadas sorpresas en este sentido, hay bárbaros, monjes, nigromantes, hechiceros, cruzados y cazadores de demonios. El estilo de juego que propone cada clase está claro y respeta los lineamientos tradicionales, pero a la hora de jugar se nota el trabajo del equipo de desarrollo para incorporar habilidades que se sientan frescas y evitar la simple repetición de títulos anteriores. De todas formas es imposible que haya paralelismos e incluso el regreso de algunas skills de esas que todos amamos usar.
La progresión es lineal, vamos a ir subiendo de nivel y desbloqueando habilidades automáticamente, lo único que está bajo nuestro control es cuáles equipamos. Este estilo está sacado directamente de Diablo 3, pero simplificado un poco más para adaptarse al ritmo más frenético de Immortal. Desde el primer momento el juego nos va a indicar adónde ir, de hecho la primera hora se encarga de introducirnos todas las mecánicas básicas y logra ponernos en contexto sin llegar a aburrirnos con demasiados detalles. Diablo Immortal es rápido, ágil y muy divertido, los controles táctiles responden bien y la jugabilidad está perfectamente adaptada. No se siente como una versión aguada de otra entrega, al menos durante las primeras horas, por el contrario presenta un buen balance entre combate, diálogos y administración de inventario. De hecho es la entrega en la que menos tiempo pasaremos revisando stats, ya que ahora la utilidad de cada parte está resumida en un sólo número para agilizar la micro gestión. De todas formas sigue siendo posible revisar cada parámetro y seguramente de cara al endgame será necesario tener en cuenta estos detalles.
Diablo Immortal se ve y se escucha muy bien, aún en los teléfonos más viejitos, y si bien es cierto que la versión de PC aún está en Beta su rendimiento no es nada despreciable. En mobile está bien optimizado, la configuración más baja sigue siendo vistosa y en todo momento nos hace sentir dentro de Sanctuary. Descargar el juego puede tomar varias horas, el cliente mobile pesa un poco más de 3 GB pero luego comienza a descargar cada sector del mapa hasta alcanzar los 13 GB en total, al menos por ahora. Es remarcable lo bien que funcionan los controles táctiles, pero más aún lo es la decisión de hacerlo compatible con gamepads de forma nativa y desde el día 1. Es cuestión de emparejar un control de PS4, Xbox o casi cualquiera compatible, con el teléfono o tablet y el juego inmediatamente lo reconocerá. Jugar Diablo Immortal con joystick, tanto en mobile como en PC, se siente muy similar a Diablo III pero sin la posibilidad de esquivar. La única contra es que los menúes contextuales no están completamente adaptados, navegar por el inventario controlando un puntero con un stick analógico es bastante molesto y ni hablar cuando debemos interactuar con un pop up en medio de la acción.
Se juega bien, se ve hermoso y te hace sentir en Sanctuary pero ¿al final es pay to win o no? Depende de qué estés buscando en Diablo Immortal. Aún es temprano para saberlo a ciencia cierta, pero oportunidades para gastar plata no faltan. En primer lugar está el pase de batalla, uno gratis y otro que cuesta 450 pesos más impuestos. El pase de pago dura 35 días, tiene materiales de crafteo más valiosos, skins y equipamiento especial exclusivo. Después hay bendiciones de pago que básicamente nos suscriben a recompensas diarias, principalmente oro y materiales especiales para mejorar o forjar ítems. Finalmente podemos comprar una moneda que sirve para adquirir skins vistosas, platino y algunos materiales para el endgame. El problema es que aún es muy pronto para ver cuánto afecta al endgame, no sólo porque todavía falta muchísimo por ver de la campaña sino porque no sabemos para qué vamos a necesitar los ítems que se compran con dinero real. Tampoco sabemos si se pueden conseguir sin pagar, cuánto tiempo de farmeo implicaría y si al final valdría la pena hacerlo.
Aún es temprano para dar un veredicto, pero si tu idea es jugar Diablo Immortal con amigxs, completar la campaña en coop, hacer grietas en equipo, participar de un clan y divertirte sin poner un peso, vas a poder hacerlo sin problemas. Al menos en mi experiencia no encontré barreras de pago, tampoco límites de tiempo ni requerimientos de nivel excesivo que me ‘inviten’ a pagar por un equipamiento mejor. Ahora si aspiras a estar en la cima de las leaderboards, ser el más rápido en las grietas o simplemente competir, es muy posible que te encuentres en desventaja con respecto a alguien que invirtió su sueldo en gemas, bendiciones y pases de batalla de pago. Si te interesa saber más de Diablo Immortal suscribite a nuestras redes que estamos cubriendo su evolución y pronto tendremos un análisis completo, también en YouTube y Spotify.