ANÁLISIS| Titans S01E04: Doom Patrol (Spoilers)

Anticipando un poquito lo que será la serie de “Doom Patrol” -próximo estreno de DC Universe-, el director John Fawcett, experimentado realizador televisivo y habitué de “Orphan Black”, nos sumerge en el universo vintage de esta particular ‘familia’ de condenados, liderada por el Jefe (Bruno Bichir), también conocido como Niles Caulder, un médico poco ortodoxo que nunca pierde las esperanzas, incluso con los pacientes con menos probabilidades.

Caulder es la definición de “científico loco” que juega a ser dios, pero tiene las mejores intenciones cuando se trata de ayudar en los casos perdidos como el Garfield ‘Gar’ Logan/Beast Boy, quien hace dos años contrajo una terrible enfermedad (Sakutia) en el Congo, pero fue salvado por el galeno, más allá de adquirir algunos efectos secundarios. Gar también perdió a sus padres, pero encontró en la “patrulla” un nuevo lugar de pertenencia.

El cuarto capítulo de “Titans” hace un pequeño alto en la trama principal -aunque no la abandona- para introducir a los protagonistas de este futuro spin off televisivo y sumar un poquito de ciencia ficción bien clásica, personajes queribles y bastante humor negro.  

 

Prohibido hablar con la boca llena

 

La última vez que la vimos, Rachel huía hacia los bosques de Covington (Ohio) tras destruir gran parte del convento de Saint Paul. Ahí vuelve a cruzar camino con el muchachito de cabello verde, descubriendo que él también guarda algunos secretos. Ninguno de los dos teme por las habilidades del otro, lo que de entrada, es un buen comienzo. Gar promete llevarla a un lugar seguro, pero antes tienen un encontronazo con un par de cazadores, un cruce anecdótico que sirve para mostrarnos que los poderes de Roth no son todos dañinos, y que más allá de esa oscuridad que la persigue, la chica sólo tiene buenos sentimientos.

El santuario de Logan es la (supuesta) abandonada mansión Caulder, un caserón escondido a la vista de todos cuyos habitantes son más que especiales. La casa del doctor es un albergue para gente como Gar. Allí, Rachel conoce a otros miembros de la familia como Rita Farr/Elasti-Woman (April Bowlby), ex actriz que estuvo expuesta a un gas tóxico; Clifford Steele/Robotman (Brendan Fraser), simpático hombre robot que solía ser piloto de carreras hasta que sufrió un accidente y no quedó mucho de su propio cuerpo; y Larry Trainor/Negative Man (Matt Bomer y Dwain Murphy), aviador que estuvo expuesto a los efectos de la energía negativa. Estos son “desafíos convencionales”, como le gusta llamarlos al Jefe, personas que le deben la vida y, también, su fidelidad, a pesar de que muchas veces no compartan las mismas ideas.

Ninguno de ellos puede aventurarse fuera de la propiedad por miedo a ser descubiertos, pero Gar suele romper esta regla a menudo (su apariencia se lo permite), y ahora mucho más, al traer de visita a Rachel. Caulder siente mancillada su confianza, pero cambia de idea cuando descubre las extraordinarias habilidades de su huésped. 

 

El jefe te da y te quita

 

Si Gar y Rachel comenzaron su relación de amistad con el pie derecho, podemos decir todo lo contrario de Dick y Kory. Por alguna extraña razón, Anders puede leerlo como a un libro y darse cuenta que tiene varios problemitas para resolver, los mismos que pueden afectar su percepción de las cosas cuando se trata de Roth. Basado en su propia experiencia con Bruce, Grayson le dejó bien en claro a la chica que nadie podía ayudarla excepto ella, una afirmación bastante fallida que él mismo debe revertir para mantenerla alejada de su versión más oscura o, al menos, intentar controlarla. Una filosofía que va a tener que aplicar más temprano que tarde porque de regreso en la mansión Caulder, el doctor no tiene mejor idea que experimentar con este lado oculto de Rachel. 

El jefe vive en carne propia lo que ocurre cuando el cuervo se desata y asoma la “destructora de mundos”. Claro que no hay nada de eso es la joven Roth, que tiene que luchar para encontrar su lado más benévolo y darse cuenta que hay más cosas buenas que dañinas ocultas en su interior. Al igual que Dick, podríamos decir, quien llega sobre la hora para demostrarle (y demostrarse) que no está sola en esta batalla contra el mal.   

Batman trabajará mejor solo (y no tanto), pero Dick también necesita aprender a confiar y a jugar en equipo. Un equipo que empieza a tomar forma cuando Gar decide abandonar a su “familia” para apoyar a sus nuevos amigos.

“Doom Patrol” funciona como un gran episodio paralelo que no tiene la necesidad de arraigarse a la acción y el argumento principal del show. Sí, es la excusa perfecta para presentar a estos loquillos en sociedad y vendernos su propia serie, pero también es un relajo divertido y bien ejecutado dentro de la trama, y el punto de inflexión para la formación de los futuros Titanes. Tantos a favor para la dirección de arte y los momentos musicales que contrastan con la oscuridad que veníamos manejando, un detalle a tener en cuenta si ya estamos manijeando con “Doom Patrol”.