Aunque parezca demasiado infantil en una primera mirada, The Dragon Prince sorprendió el año pasado siendo una de las animaciones más épicas y adultas que hay en el catálogo de Netflix. Adulta no porque toque temas truculentos, sino porque maneja muy bien el drama. La segunda temporada arrancó por ese lado también, con el trío de Callum, Ezran y Rayla viviendo momentos muy divertidos, pero enfrentando tragedias, como la muerte del Rey en la temporada anterior y la posibilidad de que Claudia y Soren realmente quieran traicionar a los pequeños príncipes.
En The Dragon Prince un grupo de jóvenes termina en una peligrosa aventura con el objetivo de devolver la paz a dos reinos enfrentados desde siempre. Para ello, deben llevar al epónimo Príncipe Dragón a reunirse con su madre. Es un mundo en el que los humanos y la magia elemental conviven día a día. Mucho de lo que menciono directamente nos remite a Avatar: The Last Airbender y no es casualidad, ya que ambas series comparten guionista.
La historia se retoma justo desde donde terminó, aunque el primer capítulo es más bien una introducción y pone el foco sobre Callum. El joven quiere aprender magia y aunque tiene todo el entusiasmo y las cualidades, los elfos de luna no dejan de recordarle que es solo un humano. Este tipo de contrastes son los que hacen que funcione tan bien la química entre los tres protagonistas. Son dispares, no deberían llevarse bien, pero lo hacen.
El primer episodio nos deja en claro que el foco de esta temporada va a ser la maduración de Callum y amplia un poco más la mitología que ya conocimos en la primera temporada. La primera impresión de esta temporada es más que positiva, sobre todo porque la animación viene más cuidada y hay un trabajo artístico magistral en los escenarios y el entorno. El mundo de Xadia ahora es interesante no solo por el trasfondo, también por cómo se ve, el entorno y sus habitantes, como el simpático Príncipe Dragón Zym, que debe ser el dragoncito más lindo que vemos en la pantalla desde Toothless/Chimuelo. Si la primera temporada tenía una animación rústica, esta es todo lo contrario.
El segundo episodio nos trae esas dosis de comedia y drama que hacen tan atractiva a esta serie. Descubrimos que Claudia y Soren no son tan villanos como lo esperábamos. Pero The Dragon Prince no deja de recordarnos que nuestros protagonistas están en guerra y la tragedia no tarda en llegar. Cuando Callum se entera que su padre ha muerto, no se enoja con Rayla por no habérselo contando, como podríamos esperar de algún personaje caprichoso de una serie infantil. No. Callum solo se queda pensando cómo le va a contar a su hermano menor que su padre ya no está en este mundo.
The Dragon Prince sigue siendo una serie que sabe manejar el tono y los ritmos. Los dos primeros episodios no tuvieron acción, pero sí nos atraparon por el desarrollo de sus personajes y la química que hay entre ellos. El humor es el pegamento perfecto, pero cuando llega la tragedia, no se siente descolocada. Los protagonistas, incluso el pequeño Ezran, están forzados a madurar si es que quieren salvar a los reinos como se lo proponen. Lo más atrapante de esta temporada parece ser cómo lidia cada uno con ese proceso de maduración.