En medio de un presente confuso, con tragos amargos y diferentes apuestas de parte de Square Enix, disfruto de ver que haya nuevas propuestas en el mundo del gaming. Los juegos FMV (Full Motion Video) en acción real escasean completamente en el mercado y son, bajo mi óptica, un sinfín de oportunidades que todavía no se aprovecharon. Por eso, me alegra ver este tipo de propuestas plasmadas en el mercado y ver qué tanto se pueden mezclar el mundo de las películas con el de los videojuegos, y hasta dónde llega esa conexión.
Cuando salió Black Mirror: Bandersnatch en 2018, enloquecí. Si bien siempre disfruté experiencias lúdicas con actores reales como las experiencias que ofrece Quantic Dream, quedé completamente fascinado con la experiencia de ver un live action interactivo y poder decidir el rumbo de los actores al mismo tiempo que sucedían los hechos me pareció un avance narrativo traído directamente desde el futuro. La forma en la que los personajes esperaban en tiempo real que vos decidas su destino, la implicación y el peso de tus decisiones en el futuro de una trama que había sido actuada por personas reales. De pronto, la interacción pasó a ser un elemento más dentro de la película. Sin embargo, nunca volví a ver (¿o jugar?) una experiencia similar. Hasta que llegó The Centennial Case: A Shijima Story.
La nueva propuesta desarrollada por el estudio h.a.n.d. y distribuida por Square Enix está protagonizada íntegramente por actores reales y nos sitúa en una pequeña montaña de Japón a lo largo de cien años. En ese tiempo, la familia Shijima sufrió varios asesinatos e iremos atravesándolos para descubrir por qué y quién realizó esto. Todo lo vemos siempre desde los ojos de Haruka Kagami, una escritora de novelas negras y de misterio que llega a oficiar de detective a pedido de Eiji Shikima, un miembro actual de la familia afectada.
La premisa es sumamente cliché pero tentadora, como un buen clásico detectivesco. Las bases son súper dinámicas y en la primera hora de film ya tenemos todo lo que necesitamos saber de nuestros personajes. Ahí empezamos a recorrer históricamente los hechos que pasaron en los últimos 100 años, con los actores interpretando a distintos personajes según la época y planteando misterios y secuencias propias de cada capítulo. En este punto, The Centennial Case: A Shijima Story termina pareciéndose mucho más a una serie interactiva que a una película.
Si bien las actuaciones no me parecieron destacables, y también están muy orientadas al público japonés (de ahí que Square Enix pusiera el trailer de presentación solo en el Nintendo Direct de Japón, por ejemplo), me parece que, como película, el producto artístico está muy logrado. Hay una búsqueda de mensajes a través del lenguaje audiovisual, usando un color bien marcado y exagerado para cada época. Hay planos exóticos, raros, que no respetan la regla de los tercios ni son demasiados comunes pero están bien aplicados y suman al despliegue visual que es estar jugando un juego con personas reales.
Los asesinatos que desciframos a lo largo de todas las épocas tienen un recurso en común que se plantea al principio de la experiencia y es la semilla que se mantiene hasta el final. Aparentemente, los Shijima tienen un fruto que concede la vida eterna. Este fruto será protagonista de cada una de las historias de época que engloba la narrativa principal. Sin duda el fuerte de The Centennial Case: A Shijima Story es este objeto y es el motor principal que te invita a seguir en el universo de esta familia por, aproximadamente, las 15 horas que dura la aventura.
Por otro lado, el aspecto jugable se define en un sistema de deducciones: tenes una cierta cantidad de pistas y misterios a resolver. Cuando unís estas dos cosas, se elaboran hipótesis relacionadas a ese misterio y después podes generar una deducción en base a los misterios que resolviste. No me parece un mal sistema y de hecho me esperaba algo muchísimo más simple para el título, pero quizás sea esa complejidad lo que hace que no funcione bien del todo. Muchos misterios y pistas ni siquiera tienen sentido o suman a la experiencia interactiva, ni hablar de que todas son super predecibles y si prestas atención a la historia casi que ni te ayudan a progresar.
Por este motivo, hay partes que son eternas y se vuelven repetitivas, no se disfruta ni suman después a la historia. Para solventar esto, hay un sistema de “inspiración” dónde el juego te dice qué pistas van en cada misterio, algo que te acorta un poco los tiempos pero sigue sin ser muy útil por lo fácil que es conectar las cosas: sistema de pistas, misterio con pistas, hipótesis y deducción. Las pistas que tengas para resolver eventos se dividen entre las que tenes de base por seguir la historia, sumando a otras que podes seguir mediante Quick Time Events que aparecen en pantalla en momentos dados y si apretas el botón, sumas una pista. Esta mecánica se siente completamente forzada para agregar algún condimento jugable a una experiencia que realmente es en su mayoría de película. Me terminó pareciendo algo molesto más que un plus para el título.
El otro condimento interactivo que tiene esta experiencia es la toma de decisiones, que ya predeterminadamente aparece en ciertos momentos de la historia y que después se suma a algunas decisiones en base a las hipótesis que pudiste desarrollar con el sistema anterior. A nivel jugable, me parece lo mejor del título sin ninguna duda pero termina siendo contraproducente porque en gran parte de la experiencia tus decisiones no tienen ningún tipo de peso. A veces dan a elegir entre dos opciones, y al elegir una, tu personaje menciona primero una y después la otra demostrando que cualquier cosa que hubieses elegido encajaría en esa escena. Estimo que será una cuestión de presupuesto y producción para no filmar tantas secuencias alternativas, pero hacerlo de una forma tan explícita le sacó completamente la veracidad a la toma de decisiones en las primeras 5 horas de juego.
Un plus a favor es que The Centennial Case: A Shijima Story llega localizado al español, pudiendo vivir el viaje subtitulado con las voces originales. Si bien tiene una opción para jugar con las voces en inglés, a mi gusto están muy poco trabajadas y es muy notorio con las voces originales que realzan la actuación de los personajes. Para mi, fue un apartado muy importante en la historia ya que ver a los mismos actores y actrices representar a diferentes personajes es todo un atractivo de la película y el arte impregnado en la misma, pero se pierde un montón cuando las voces no son las originales.
Teniendo en cuenta la disonancia entre lo audiovisual y lo lúdico, es difícil entender por qué The Centennial Case no es una propuesta mucho más cercana a lo que fue Bandersnatch en Netflix ya que indudablemente le habría ido mucho mejor. Las partes jugables no solo entorpecen la historia sino que tienen muy poco para aportar a una película que no presenta mucha variación en base a las decisiones que tomemos y se mantiene firme en nuestras decisiones. Sí, está bueno equivocarse y sacar los “bad endings” donde perdemos en un punto de la aventura pero, si nos van a devolver exactamente al momento anterior para que sigamos hasta dar con el final real, ¿qué sentido tiene?
The Centennial Case: A Shijima Story es una experiencia disponible en PS4, PS5, PC y Nintendo Switch y, si bien hay poco cambio entre las versiones de cada plataforma, los tiempos de carga en Nintendo Switch fueron extensos y muchas veces poco afines al dinamismo que requieren estos productos. Estimo que las versiones de nueva generación no pasan por este proceso. La historia es sumamente interesante: por eso, como película interactiva zafa aunque puede resultar agobiante para alguien que no busque jugar. Como videojuego, hay miles de historias que aplican elementos lúdicos de mejor manera. Tomándolo como una serie interactiva, me gustó la propuesta y ojalá veamos más oferta de este tipo de mezcla entre cine y videojuegos porque aún con sus fallas lúdicas, se siente como un proyecto que tiene mucho que explotar.