Juegos en los que tus propias decisiones cambien el rumbo de la historia hay muchos y siempre tratan de ser el único e indiscutido, pero pocos son los que además te dan una total y completa libertad (en todo sentido) para que decidas por tu cuenta como continuar o proponerte tu propio objetivo final, y que el camino lo transites según la forma en la que quieras jugarlo. ¿Querés ser alguien sádico y torturar a tus prisioneros? Podés. ¿Querés proponer tu propia religión y ser vos el mesías que viene a salvar el mundo? Podés. Prácticamente no hay nada que no puedas hacer en Crusader Kings III, que después de 8 años de la segunda parte, nos deja sorprendidos con este mundo medieval de reinos, ducados, religiones y traiciones por doquier.
Paradox vuelve a marcar el terreno despachándose con una tercera entrega que lo tiene todo, mejora muchas cosas ampliando la extensión del mapa como la cantidad de horas jugables que nos puede ofrecer.
Partiendo de la base, hay que entender varios conceptos con respecto a Crusader Kings III. Como primera medida, se trata de un juego de dinastías y no de naciones o reinos o simplemente territorios. ¿A qué voy con esto? Toda decisión que tomes va a afectar a toda la dinastía y no a tu personaje jugable en ese momento, por lo tanto, no tenés que pensar únicamente en lo que te conviene en ese instante. Por ejemplo, si necesitas un aliado poderoso que te pueda ayudar en alguna guerra que estés disputando, podes proponer que se case con alguien de tu descendencia, y de esa manera ganarte no solamente a ese aliado sino, también, el apoyo militar que estas buscando pero también esta unión matrimonial infiere en el prestigio y el renombre que ganen ambos. Otra de las cosas a tener en cuenta, es nuestro estilo de juego, porque no solamente es un juego de estrategia, sino que depende mucho de como nosotros jugamos el rol que elegimos porque no vas a tener las mismas capacidades o virtudes si preferís el modo de vida marcial (apuntado más hacia lo militar) que el modo de vida instrucción (apuntado más hacia el estudio y el conocimiento). Cada estilo de vida, que son 5 en total, nos va a brindar rasgos únicos para facilitarnos las diversas situaciones que se nos vayan presentando en el transcurso de la vida.
Al ser un juego que se compone de muchos sistemas distintos, el tutorial es muy importante para quien nunca lo jugó, y Crusader Kings III, en comparación a su antecesor, es mucho más amigable para el novato. Cargado de información, en más o menos dos horas de juego, te explican todos los sistemas que tiene y cómo se utilizan, al igual que las palabras claves dentro del juego. Todo lo que sea relativamente importante, está resaltado y se abre una ventana de información, donde explican qué significa esa palabra y cuales son las consecuencias que trae. Toda acción que hagamos o decisión que tomemos va a traer una nueva situación en la que decidir qué rumbo tomar para poder seguir adelante. Situándonos en el año 1065, ya varios años por delante de las invasiones vikingas, vamos a tomar el control del Gran Duque Murchard, de ahí en adelante todo lo que hagas va a correr por tu cuenta y las aspiraciones que tengas para con este personaje, y como fecha límite vamos a llegar hasta mediados de 1450, más precisamente a la caída del Imperio Bizantino que fué en 1453.
El mapa, que con respecto al antecesor que era más reducido, acá abarca desde Islandia hasta India y desde el Círculo Ártico hasta África Central, y este el punto en donde más de un jugador queda descolgado porque no hay un objetivo fijo final, sino que solamente son sugerencias de que te conviene hacer, ya sea reclamar un territorio o crearte un título. Las divisiones en el mapa se dan según los territorios y la importancia de estos, es decir, a los reinos los vas a ver todo de un solo color, pero a medida que haces zoom, empezas a ver las delimitaciones en ducados, baronías, etc. Estas divisiones se deben a que tenes un limite de títulos o tierras por controlar y debes relegar el control de las tierras a tus vasallos de mayor confianza, pero a medida que vayas relegando títulos, tus vasallos van ganando poder y pueden exigir puestos en la corte, arreglar casamientos o hasta incluso pedirte que te unas a la guerra que acaba de declarar. Pero una de las cosas en la que más se destaca Crusader Kings III es en la mejora gráfica del mapa, como en general, donde nos permite ver con claridad las zonas por donde van a transitar las unidades o los diversos climas en cada una de las locaciones, para saber así cuál será la ventaja por terreno si nos toca luchar.
La corte se compone de 6 puestos que son el representante de tu religión, un canciller, un administrador, un mariscal, un jefe de espías y el puesto de cónyuge. Cada uno de estos puestos se tienen muy marcadas sus habilidades y alcances, por ejemplo, con el jefe de espías podemos descubrir si están tramando un asesinato hacia alguien de nuestra dinastía o mismo nosotros emplear esa opción para librarnos de algún lider enemigo sin que nadie se entere. Con el mariscal podemos entrenar a las tropas locales para que sean de mayor rango o mantener el control del condado. Cada uno de los miembros de la corte van a ir ganando opinión positiva, lo que nos asegura que no deserten o que quieran complicar la toma de decisiones proponiendo cosas sin sentido.
Entre tantas otras cosas como dinastías, religiones y conquistas, es también un juego de gestión de recursos, donde vamos a tener 4 disponibles para usar en todo momento. El principal es el oro, que nos va a permitir contratar a los soldados, crear títulos, pagar rescates de prisioneros, construir edificios y actualizarlos, entre otras cosas y se puede conseguir mediante el pago de tributos (impuestos) de nuestros vasallos y, si llegamos a tener escasa cantidad, podemos pedirle a nuestro líder religioso que nos ayude. Pero solo nos va a ayudar si nuestra piedad es alta, porque es el recurso que define que tanta cercanía con la religión tenemos, este va a depender de la opinión positiva que nuestro líder tenga sobre nosotros y con los diferentes actos religiosos que vayamos concretando a lo largo de nuestra vida y de las decisiones que vayamos tomando. Con las decisiones, si son las correctas o las esperadas por quienes nos piden ayuda o un consejo, aumenta nuestro prestigio lo que nos va a permitir tener más facilidades a la hora de entablar relaciones diplomáticas o de disputar títulos. Y con la ganancia de títulos, también va a aumentar nuestro renombre por lo que cada vez enemigos más poderosos nos van a querer desafiar o van a querer aliarse con nosotros.
La cantidad de opciones y de situaciones que nos propone Crusader Kings III es el motivo principal para no poder soltarlo, porque las condiciones para arrancar, así como los rasgos y nuestro título de nobleza, podemos elegirlo antes de embarcarnos en la campaña que abarca casi 400 años de historia, eso si arrancamos desde el 1065, porque también tiene la opción de arrancar 200 años antes, período previo a las invasiones vikingas donde las condiciones son mucho más complicadas. Las posibilidades son muy amplias, desde personajes que pueden ser bisexuales o asexuales hasta que en una situación límite por una relación entre primos y que sea la jefa de la dinastía quien quedó embarazada, me haya dado la posibilidad de abortar (con una leve posibilidad de muerte) para que mi cónyuge no se entere de lo sucedido. Cuando decidí comenzar con otro personaje fuí más por el lado tirano y sádico, el cual me dió la opción de poder torturar a mis prisioneros y una vez consumada la tortura mi estrés se reducía. Las posibilidades de juego son tantas que hasta pueden parecer abrumadoras, pero es el único juego donde realmente sentí que todas y cada una de mis decisiones tenían un peso significativo ya sea ganando prestigio o enfrentándome a mi líder religioso, definir las uniones matrimoniales según la conveniencia de poder o las posibilidades de tener una descendencia y que obtenga ciertos rasgos propios de la unión que plantee, es lo que me llevó a que ese “ratito” más de juego se termine convirtiendo en una maratón de horas pegado a la pantalla sin poder moverme o que me interese jugar a otra cosa. En todos los aspectos, estamos ante la mejor versión de un juego del estilo Grand Strategy, superando con creces la segunda entrega y, permitiéndome ser un poco polémico, convirtiéndose en el mejor candidato a GOTY de este año en cuanto a estrategia se refiere.
Con una gran cantidad de mods a descubrir, que hasta la fecha son más 100, y que por más que elijas las mismas opciones de inicio, nunca van a ser iguales las partidas, más una comunidad que está activa constantemente, es el juego que recomendaría a cualquier fanático de los juegos de estrategia como de los RPG.
Aún me faltan muchas cosas por descubrir de Crusader Kings III, pero hasta ahora todo lo que ví y el juego quiso mostrarme me mantiene con las ganas de maratonearlo todos los días. Mi PC (Ryzen 5 3600, 16Gb RAM, GTX 970) no tuvo ningún problema en correrlo en ultra y es un juego que puede correr en cualquier máquina sin ningún tipo de problema.