Es el caso de Michael B. Jordan que, aca, trata de dejar atras el bochorno de ‘Los 4 Fantasticos’ (Fantastic Four, 2015) y vuelve a hacer equipo con el director y guionista de ‘Fruitvale Station’ (2013) -drama independiente que los puso a ambos en el tablero-, para ponerse en la piel de Adonis Johnson Creed, hijo no reconocido de Apollo, aquel viejo rival y amigo del ‘Semental Italiano’.
Esta es su historia. La historia de un joven que no conocio a su papa y, que tras la muerte de su madre, paso de familia en familia, terminando en un reformatorio juvenil descargando sus frustraciones y su ira a puño limpio. De alli lo rescata Mary Anne Creed (Phylicia Rashad), viuda del campeon que decide convertirse en su unica familia.
Adonis crece con lujos, un buen trabajo y el amor de una mama adoptiva, pero hay algo en su sangre que lo empuja a involucrarse en peleas amateurs y soñar con una carrera de boxeador profesional.
A diferencia de la mayoria de las peliculas de este genero, el joven Johnson no lucha por necesidades economicas. Hay algo mas fuerte que lo impulsa y es la pasion por el deporte. No conocio a su progenitor, pero el apellido y el legado de Creed le pesa en los hombros y tiene que hacer algo al respecto.
A pesar de las objeciones de Mary Anne, Adonis abandona Los Ángeles rumbo a Filadelfia con un solo proposito: buscar la ayuda, los consejos y el patrocinio de Rocky Balboa (Stallone), la persona que mejor conocio a su padre.
Alejado del mundo del boxeo y dedicado a full a su restaurante, en un principio Rocky se niega rotundamente, hasta que ve la dedicacion del muchacho que quiere llegar a la cima por sus propios meritos, sin utilizar los ‘beneficios’ que le da su apellido.
Desde ahi, ‘Creed’ se transforma en la tipica pelicula que muestra la relacion discipulo-mentor con algun que otro tropiezo por el camino, los primeros exitos, los fracasos, y la infaltable relacion amorosa. Coogler es un director casi debutante, pero sabe muy bien como apelar a la nostalgia sin caer en lo repetitivo ni en los lugares comunes, ademas de demostrar una maestria sin igual a la hora de presentarnos cada uno de los combates sobre el ring. Sobre todo, un plano secuencia en particular, que quita el aliento.
Este rebbot/secuela no nos trae nada nuevo desde lo narrativo, pero eso no es malo. La historia se ciñe a los parametros mas clasicos del subgenero pugilistico, mostrando grandes escenas de accion y la tension que traen aparejadas, el espiritu de superacion, y lo mas importante, la relacion entre estos dos individuos tan diferentes, pero unidos por una historia en comun.
Un muchachito en busca de un mentor y esa figura paterna que nunca tuvo. Un hombre que puede revivir sus dias de gloria a traves de la sangre joven de alguien que lo idolatra, y una trama que apela, principalmente, al paso del tiempo y la nostalgia cinematografica que funciona a la perfeccion. Muy bien filmada, muy bien actuada y hasta Sly (que entiende que debe dar un paso al costado) logra arrancarnos algun lagrimon.