Como ya dijimos, nos va a costar un tiempo encariñarnos con nuevos personajes y aceptar otros líderes tras la partida de Rick y Maggie. Sí, nos quedan Michonne, Daryl y Carol, pero ninguno de estos tres protagonistas parece ser la clave del futuro de “The Walking Dead”. Los responsables del show, obviamente, están tratando de cambiar el foco de atención hacia el recién llegado grupo de Magna, aunque lo más interesante de esta novena temporada son los villanos de turno: los Susurradores.
Finalmente, y después de varios amagues, “Adaptation” echó un poco de luz sobre este grupo de sobrevivientes “nómadas” que se mueven a la par de los caminantes, mezclándose entre los muertos gracias a sus atuendos de pieles putrefactas. El primer encuentro resultó mortal para Jesus, pero Hilltop no dudó en contraatacar y, de paso, quedarse con una rehén. La joven Lydia resulta ser la puerta de entrada para entender a este nuevo enemigo liderado por Alpha, su mamá. Claro que no es un personaje de confianza, pero el contacto con Henry pronto empieza a dar algunos frutos.
“Omega” se concentra en esta relación improvisada y en los recuerdos de la chica, desde los primeros días del brote de la epidemia cuando todavía era una nena. A esta altura, nuestros sobrevivientes (y nosotros) saben que no deben confiar en nadie, mucho menos después de todos los logros que consiguieron en estos últimos años; pero Henry parece ver algo más allá de la locura y el miedo de Lydia y está dispuesto a hacerla sentir un poco más segura tras los muros de Hilltop. Claro que Daryl quiere sacar provecho de estos momentos de intimidad para entender a qué se enfrentan, pero pronto descubre que la chica puede ser una víctima más dentro de la estructura de los Susurradores.
David Boyd, director con bastante experiencia dentro del universo zombie de AMC, y el guionista Channing Powell, crean un drama más “intimista” que, a pesar de los recelos y la desconfianza, nos permite sentir bastante empatía por Lydia y su situación. A diferencia de otros jovencitos del show –Carl es el personaje que conecta con la chica en los cómics-, a ella le tocó atravesar el apocalipsis junto a una madre poco cariñosa y abusiva, mucho más concentrada en la supervivencia a toda costa. A través de sus recuerdos distorsionados nos enteramos de cómo mamá mató a papá por considerarlo demasiado débil; cómo Lydia cargó con la culpa, y cómo surgió la líder de los Whisperers.
Al final, hasta Daryl se compadece de su realidad, encontrando puntos de conexión con su propio y oscuro pasado, y como “se atrapan más moscas con miel que con hiel”, decide dejar que Henry lo haga a su manera, dejando abierta la posibilidad a que Lydia se sume a la familia de Hilltop.
Mientras la chica encuentra un poco de seguridad y consuelo entre las paredes de la comunidad, afuera, Luke y Alden siguen desaparecidos. Una primera incursión a los bosques para tratar de encontrarlos deja bien en claro que la dupla corre peligro, pero no conocer a este nuevo enemigo y la amenaza constante de los caminantes, obliga a Tara y al resto a volver a Hilltop para hacer nuevos planes. Desobedeciendo estas órdenes, Magna, Yumiko, Kelly y Connie salen a hurtadillas por la noche -y a pesar de los riesgos- con la única misión de encontrar a su amigo, una búsqueda que no da sus frutos, a pesar de que Kelly y Connie se niegan a volver sin su compañero.
Tara descubre la treta, pero entiende los motivos del grupo. De ahora en más saben que tienen que hacer buena letra para ganarse la confianza de la gente de Hilltop y lograr echar raíces en un lugar ameno y con futuro en medio del caos. Este paseo nocturno es una piedrita en el zapato de “Omega”, uno de los mejores episodios de la temporada. Una excusa para forzar el primer encontronazo entre esta comunidad y los Susurradores, que llegan hasta la puerta comandados por Alpha.
No sabemos si esta líder anda con ganas de intercambiar rehenes pero, sin dudas, Lydia será una de las monedas de cambio. Acá lo importante es que Hilltop quedó a la merced de estos nuevos enemigos, poniendo también al descubierto la seguridad de Alexandria y The Kingdom ante un grupo que no cree en murallas protectoras.
No nos vamos a guiar por el cómic porque sabemos que la serie suele desviarse bastante del material original. Por lo pronto, nos queda descubrir las verdaderas intenciones de este grupo y sus planes para nuestros sobrevivientes, un tanto desacostumbrados a levantar las armas contra otros humanos tras seis años de convivencia pacífica.
“Omega” nos deja la presentación en sociedad de una villana de temer que creó sus propias reglas de supervivencia. Sí, al principio creemos que guarda similitudes con Carol y su marido abusivo, hasta que nos damos cuenta que está del bando de los victimarios. La esperanza de este encontronazo de madres -nos gusta la comparación que se arma- le da un giro interesante a esta segunda parte de la temporada, al parecer demasiado centrada en Hilltop y su gente, olvidando al resto de las comunidades. En serio, ¿Dónde están los reyes de The Kingdom?
Puntos a favor para Samantha Morton y Cassady McClincy, que logra dejar de ser un personaje molesto para engancharnos con sus disyuntivas. Igual, la serie debe seguir trabajando para despojarse de sus peores lugares comunes, y esas situaciones tan poco creíbles para los personajes después de años y años de vivir en medio del apocalipsis zombie.