Los Dungeon Crawlers Roguelike de Acción han ganado muchísima popularidad desde el lanzamiento de The Binding of Isaac; título que captó la atención del público y de la crítica gracias a su generoso contenido y rejugabilidad. Muchos han intentado emular la fórmula que hizo de Isaac uno de los indies más icónicos de la última década, con resultados de diversa y hasta cuestionable calidad. Por fortuna, UnderMine es uno de los buenos ejemplos. Más que bueno, extremadamente competente en lo que hace.
Una larga fila de mineros espera su turno para descender a las profundidades y desentrañar los secretos subterráneos. En una primera instancia, el objetivo es descubrir el origen de unos preocupantes temblores que resuenan en todo el sitio. Tras develar ese misterio se abre una nueva misión que nos incitará a descender todavía más, descubriendo nuevas áreas, mayores peligros pero, además, muchas mejores recompensas. Será un periplo largo, complejo y sumamente difícil; un desafío muy superior a las capacidades de nuestro humilde minero… que eventualmente caerá muerto, sólo para ser reemplazado por otro pobre diablo obligado a descender.
Sin embargo, estas muertes no causan una sensación de agobio como ocurre con otros ejemplos (peores) del género. Esto se debe a que, si hicimos un buen recorrido, el fiel canario que nos acompaña durante el trayecto regresará a la superficie con parte del oro que recolectamos, permitiéndole a nuestro sucesor adquirir mejoras para que la siguiente incursión sea un poquito más fácil. Esa sensación de progresión es uno de los elementos que hacen de UnderMine un juego tan enviciante: morir es apenas una excusa para empezar de nuevo; esta vez con un poco más de salud, o mayor poder de ataque, o un rango de lanzamiento superior para nuestro pico. Y las opciones aumentan a medida que exploramos las minas y descubrimos sus secretos.
Hay montones de secretos en UnderMine. Aún en su estado Early Access, el juego desarrollado por Thorium y distribuido por Fandom ofrece horas y horas de genuino entretenimiento. A medida que avanzamos por estos corredores procedurales encontraremos una gran cantidad de personajes interesantes; muchos de los cuales procederán a establecerse en nuestra habitación principal al inicio de la mina, donde erguirán sus propias tiendas de artilugios, pociones, plegarias y demás. Poco a poco ganaremos acceso a habilidades que crearán atajos en nuestro recorrido, permitiéndonos saltar directamente a profundidades mayores, donde los peligros aumentan al son de las recompensas, que a su vez nos ayudarán a costear mejoras más avanzadas y, por lo tanto, más costosas.
Es este círculo de progreso el que nos mantiene deseando volver a jugar de inmediato tras cada muerte; pero esto no serviría de nada sin un buen juego de fondo para disfrutar. En ese apartado UnderMine triunfa nuevamente: su jugabilidad es sólida, funcional, entretenida. Nuestros mineros pueden saltar—una habilidad poco explorada en este tipo de juegos—utilizar su pico para atacar, y hasta lanzarlo para que oficie de búmeran casero. Las venas de oro que hallaremos en rocas y paredes pueden ser golpeadas para estallar en una pequeña lluvia del dorado elemento; pero, ¡cuidado!, que una raza de simpáticos y molestos monstruitos babosos aparecerá para intentar robarnos las ganancias.
El resto del juego depende exclusivamente del contenido de sus mazmorras procedurales; y hay muchísimo para ver y descubrir. Nuestros ítems básicos serán las llaves que abrirán puertas y accesos, y las bombas que dejarán nuestra marca allí donde una pared de rocas impida el paso; pero luego hay toda una colección de reliquias que nos darán habilidades y modificadores fantásticos para el resto de nuestro recorrido, aunque las perderemos al momento de nuestro deceso. Algunas de ellas cambiarán las reglas básicas del juego, permitiéndonos flotar sobre caídas mortales, destruir pisos pinchudos a nuestro paso, y hasta generar oro adicional.
Si acaso hay algo de malo a destacar en el juego son los súbitos picos de dificultad a los que nos enfrenta. Algunas habitaciones contienen combinaciones de enemigos diseñadas para fastidiarnos la existencia, ya sea por un gran número de ellos, una combinatoria de poderes que los beneficia demasiado, o por ambos casos a la vez. La pericia y habilidad del jugador para navegar estas salas de la muerte son vitales; pero la sensación de que los dados nos juegan en contra es ineludible. También el hecho de perder buena parte de nuestro oro al morir es muy duro en un principio, aunque con el paso de las muertes y las eventuales mejoras a nuestra bolsa (además de algunas Reliquias específicas) mejorarán muchísimo ese aspecto.
Pero esas son quejas menores, quizá más apropiadas para las primeras horas de la aventura, cuando nuestra experiencia y las propias habilidades de nuestros protagonistas están en su punto más bajo. Incursión tras incursión, UnderMine va forjando nuestro conocimiento de las profundidades, de los peligros que se esconden, y de cómo debemos encarar a cada tipo de enemigo. Es esta experiencia ganada a lo largo de extensas sesiones de juego la que nos incita a regresar a por más; porque UnderMine no deja de ser un producto sumamente entretenido, altamente satisfactorio, que aún en Early Access se siente como un juego completo al que se le va añadiendo nuevo contenido con cada parche de actualización. Eso es todo un logro.
Si estaban buscando un buen ejemplo de Dungeon Crawler Roguelike, aquí lo tienen. UnderMine despliega un círculo de progresión cuidadosamente planificado para darnos siempre una nueva excusa de volver a jugar; ya sea para intentar rescatar al próximo NPC que abra una tienda en nuestro centro de operaciones, adquirir suficiente oro para comprar esa mejora que tanto nos interesa, o simplemente descender a probar dichas mejoras obtenidas. La calidad de la jugabilidad y la gran sensación de satisfacción en cada nueva incursión se mantiene partida tras partida, algo que no muchos juegos pueden logran con tal grado de balance. Sólo podemos esperar mucho más de un producto en Early Access que ya ofrece demasiado. No lo dejen pasar, que vale su peso en oro.
UNDERMINE
He estado disfrutando del Early Access de UnderMine por más de 12 horas y apenas siento que he rozado la superficie de todo lo que tiene para ofrecer. No tengo ninguna duda de que seguiré jugando UnderMine por muchas horas más, siempre alegando alguna excusa para volver a meterme en esas malditas minas. Sí… es uno de esos juegos. El juego fue provisto por el desarrollador.