ANÁLISIS | Bounty Battle apunta a Smash pero falla el golpe de gracia

No es algo de todos los días que un juego indie venga con un vagón de hype atrás. Pero es el caso de Bounty Battle: desde el primer día que lo vimos y supimos que quería ser el Super Smash Bros. de la escena indie… nos intrigó. ¡Así es! Un juego de pelea no tradicional, con un montón de personajes que conocemos de otros grandes hitos de la escena independiente, batallando entre sí por la corona del mejor luchador de los títulos indies.

Revelado en la plataforma de crowdsourcing conocida como Fig a mediados de 2017, no tardó en recaudar 40.000 dólares —diez mil más de su meta original— y tuvimos que esperar tres años para finalmente tenerlo en nuestras manos. Es el resultado de muchos años de trabajo de su creador, el artista del proyecto y solo dos programadores.

Bounty Battle TRAILER

En realidad este género es muy popular en las profundidades de la Internet. Pero ninguno está cerca de poder ofrecerse oficial y comercialmente. La escena modder nos ha dado exponentes donde podemos hacer pelear a Scorpion con Michael Jackson y Samus Aran, pero en una consola o en Steam, es un sueño imposible. No olvidemos que el último intento de una compañías grande de emular el éxito de Smash fue el terrible fracaso de PlayStation All-Stars por eso es que nos llamó tanto la atención Bounty Battle. El repertorio de luchadores tienen la particularidad de ser completamente oficiales, lo que seguramente requirió de muchos contratos e idas y vueltas, pero finalmente tenemos a estos icónicos protagonistas en una misma arena de combate. ¿Estará a la altura?

Bounty Battle abre con una hermosa presentación a todo color y acción, con un gran nivel de animación, donde podemos ver a todos los personajes de los diferentes mundos siendo absorbidos al universo planteado por Dark Screen Games, sin otra explicación más que, ¡A PELEAR! Y realmente no necesitamos mucho más.

Ahora bien, Bounty Battle no es un fighting game tradicional como Street Fighter o Mortal Kombat, sino es más un party fighter, como Smash Bros. Las peleas pueden ser de dos, tres o hasta cuatro personajes en simultáneo, y debe alcanzar ese complicado equilibrio de ser caótico pero accesible, con suficiente profundidad para los jugadores más comprometidos.

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Los íconos de la escena indie se dan cita en Bounty Battle

Los íconos de la escena indie se dan cita en Bounty Battle

El sistema de pelea es simple pero robusto. Principalmente consiste en tres botones básicos. Un ataque simple para conectar combos, un ataque fuerte más lento y un botón dedicado para el ataque especial, diferente para cada personaje. Y mediante combinaciones con los botones direccionales podemos hacer ataques como launch y otros movimientos dedicados a extender nuestros combos. Bounty Battle no ofrece opción de bloqueo, pero lo más próximo es un botón que nos hace invulnerables por unos segundos. Este mismo botón, nos deja movernos agilmente por el escenario, para esquivar o teletransportarnos a las alturas. La idea es que, con tantos enemigos en pantalla, podamos movernos ágilmente por el escenario.

La mayor diferencia con Smash Bros. es que Bounty Battle tiene barras de energías reales, y no un porcentaje que mientras más se llena más chances tenés de perder tu lugar en el escenario. Es más, a excepción de uno o dos niveles, el Ring Out no es un peligro siquiera. Y tampoco hacen mucho uso de plataformas en los niveles, lo que hace la acción menos dinámica y bastante más predecible.

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Los escenarios toman inspiración de los juegos que participan como Guacamelee! en este caso

Los escenarios toman inspiración de los juegos que participan como Guacamelee! en este caso

Pero no todas las diferencias son negativas. Por ejemplo, Bounty Battle tiene un interesante sistema de minions. Conectando ataques y derrotando enemigos podemos ganar bounties, que nos permiten llamar aliados que peleen a nuestro lado. Estos son NPCs que no hacen grandes esfuerzos en la pelea, pero suelen cubrir espacios donde los personajes tal vez no son tan eficientes. También hay estados elementales que podemos sufrir y aplicar sobre nuestros enemigos, y cada personaje además de atacar, tiene habilidades especiales como buffs, heal o modificar parámetros de la pelea. Estos aspectos es donde Bounty Battle mejor se para sobre sus propios pies, y más se diferencia del resto, pero entre todas las opciones disponibles, no podemos evitar preguntarnos si no será demasiadas cosas para un mismo sistema de pelea.

Pero a pesar de todas estas buenas ideas, muchas de las cuales se complementan bien entre sí, cuando entramos al cuadrilátero Bounty Battle ya no se ve ni se mueve tan bien como esa animación introductoria. El arte es atractivo, pero no cómo se mueve, y la UI es poco clara y demasiado complicada sin necesidad. Este apartado -como casi todos los que componen a Bounty Battle- nos da la impresión de que todavía le faltaban más iteraciones. Y estos desajustes se ven en todo el producto,desde lo mal que corre (le cuesta mantener constantes los frames, algo clave en el género) hasta cómo corta al contendiente victorioso al instante que termina una pelea, y aún así, no es del todo claro quién ganó hasta que vemos quién sigue peleando.

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La mejor parte es ver a todos estos protagonistas de joyas indies en un mismo lugar y admirar el trabajo que debe haber tomado hacer que todos ellos, con estilos y arte diferente, queden bien en una misma pantalla. Excepto pequeños detalles, lo lograron. Pero no solo es la apariencia lo que hace su presencia memorable, sino también el hecho de que el estilo de pelea y los poderes que los popularizaron, están en su mayoría presentes. Dark Screen Games logra capturar muy bien la esencia de cada uno. Lamentablemente, esto hubiera sido impresionante hace diez años, pero con la gran escena indie que tenemos hoy día, Bounty Battle, como representante, se queda corto.

El roster incluye cinco luchadores originales de Bounty Battle, con diseños interesantes y formas de pelear, y protagonistas traídos de Darkest Dungeon, Dead Cells, Axiom Verge, Flinthook, Nuclear Throne, Guacamelee, Owloboy, Blasphemous y Eitr, entre muchos otros. Realmente, es un elenco soberbio, en un juego cargadísimo. Y el creador promete que habrá más a futuro.

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La oferta de luchadores es muy variada

La oferta de luchadores es muy variada

Los modos que nos ofrece son bastante escuetos. Para empezar, y el peor pecado de todos, el Modo Versus es solo local. Entendemos que tal vez no era una posibilidad para un equipo tan pequeño, pero hoy día estamos acostumbrados a poder jugar online prácticamente a cualquier título, más todavía en Pandemia. Y que no ofrezca esa opción fue un baldazo de agua fría. Jugando a solas posible elegir Entrenamiento y dos tipos de torneos, y listo. En uno, elegimos un luchador y vamos peleando contra cada vez más y mejores rivales. Y en el otro, vamos desbloqueando personajes a medida que avanzamos, y tenemos que ganar las peleas cumpliendo con ciertas condiciones. De todos los modos propuestos, este último es el más llamativo, pero en general, no ofrecen gran variedad en las peleas.

Lamentablemente, muchos de los problemas que tiene Bounty Battle son debidos a su naturaleza independiente. Falta de pulido en muchos aspectos como las animaciones de los personajes y el balance del sistema de pelea, elementos clave en al abordar un género como este. No es terrible, pero está lejos de estar cocido. Hay algunos de esos elementos que se pueden ignorar, pero muchos otros no. La falta de pulido no hace que funcione mal, más allá de algún que otro bug y problemas técnicos, pero le resta importancia a la acción, que no termina de sentirse del todo cómoda. Las animaciones son muy tiesas, los modelos se sienten sin peso alguno, los efectos de sonido no acompañan a la acción y afectan la jugabilidad en cosas tan básicas como entender cuándo conectaste un golpe y cuándo no. Son detalles que en exponentes AAA como Smash Bros. damos por hechos, pero en juegos como este, notamos su falta y hacen la experiencia menos disfrutable. En líneas generales, se siente que la acción no fluye tan bien como debería, si consideramos al estilo que apunta.

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Lo mejor que hace Bounty Battle es darle cohesión a personajes tan distintos

Lo mejor que hace Bounty Battle es darle cohesión a personajes tan distintos

Y si estás esperando que este Bounty Battle cubra tus necesidades de Super Smash Bros. vas a salir decepcionado porque aunque compartan un género, son muy diferentes. La obra de Dark Screen Games simplemente no tiene el mismo flujo en las partidas: es más lento y determinado que veloz y caótico. Y el sistema de pelea tiene bastantes más detalles y minucias que Smash, lo que pone en duda cuán accesible realmente puede ser.

Hay mucho para apreciar en Bounty Battle, la idea, el arte, la música, el combate, y el esfuerzo realizado por un equipo que durante la mayor parte del desarrollo no sumó más de tres personas. Pero al mismo tiempo, gran parte de ese esfuerzo es evidente en la falta de pulido y en la falta de algunas opciones que muchos pueden considerar esenciales, como multiplayer online. Aunque es verdad, que dos amigos de Steam pueden jugar juntos mediante la opción Remote Play.

Lo bueno es que el equipo parece comprometido a seguir trabajando en el título, y sobre todo, ofrecer un soporte robusto. Para empezar, ya hay confirmados nuevos luchadores que estarán llegando, entre ellos Raz de Psychonauts y de otros como Gang Beasts y Children of Morta, entre varios más. Esto nos da la idea de que si la comunidad se engancha con la propuesta, y apoya al estudio, entonces Bounty Battle puede tener un futuro mucho más prometedor que su presente.

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BOUNTY BATTLE

10/9/2020 (PC, PS4 XONE, SWITCH, LINUX, MAC)
5.5

Jugué Bounty Battle durante quince horas y aunque no odié el tiempo que pasé con él, tampoco pude disfrutarlo a fondo debido a sus muchos defectos. Tiene muy buenas ideas, personajes, y se nota que le han puesto muchísimo amor, pero creo que en gran medida no se encuentra donde debería estar para este lanzamiento masivo.