En los últimos meses, se hicieron conocidas las ventas de varios juegos clásicos que rompieron récords, en particular una copia cerrada de Super Mario Bros. que se vendió por dos millones de dólares.
Pero, como imaginábamos, parece que se trata de una estrategia de manipulación de precio por parte de la empresa que subasta y la calificadora, y no la desesperación de los coleccionistas.
El periodista Karl Jobst publicó una investigación de 52 minutos en YouTube en la que vincula la empresa de calificación Wata Games con la de subastas Heritage Auctions, y explica cómo los CEOs estuvieron trabajando juntos para inflar los valores de manera artificial.
Sólo en los últimos meses vimos una copia de Super Mario 64 venderse por 1,50 millones de dólares, superada por la copia de Super Mario, y una de The Legend of Zelda por 870 mil dólares.
Hasta entonces, el récord de venta lo tenía una copia de Super Mario Bros. 3 con imperfecciones en la impresión que se había vendido por 156 mil dólares.
Jobst detalla un entramado en el que Deniz Kahn, de Wata Games, y Jim Halperin, de Heritage Auctions, manipularon el mercado a través de compras, comunicados de prensa y entrevistas en las que el CEO de Wata alegaba que los precios de los juegos iban a continuar subiendo.
Por ejemplo, Heritage Auctions compró en 2019 una copia de Super Mario por 100 mil dólares calificada por Wata y el CEO de la calificadora, una supuesta autoridad, salió por todos lados diciendo que su precio iba a subir, cosa que terminó sucediendo.
‘Entonces, lo que tenemos aquí es que el presidente de la casa de subastas compra un juego por un precio récord y luego crea un comunicado de prensa sobre su propia compra, en el que él y el presidente de la empresa de calificación afirman que el valor de los juegos está subiendo”, explica Jobst.
‘Luego anuncia que su propio juego se subastará en el futuro a través de su propia casa de subastas’.
Kahn incluso apareció en programas como Pawn Stars, en segmentos claramente armados, para hablar de una copia del juego y posicionarlo como un experto.
Después esos juegos terminan vendidos a empresas como Rally y Otis, son fraccionadoras. Estos significa que compran los juegos para sus “accionistas”, que dependiendo de la inversión en la compra inicial se llevan un porcentaje mayor o menor más adelante.
Rally compró el cartucho de Super Mario Bros. que se vendió por dos millones de dólares a 140 mil dólares en 2020.
El video es muy interesante y también incluye la fundación GoCollect y el sitio web NintendAge, como empresas que se sumaron a la especulación.
Lo interesante es que, según el periodista, prácticamente ninguno de estos juegos retro están llegando a manos de coleccionistas genuinos.