Los coletazos del escándalo que estalló en las oficinas de Ubisoft no se detienen. Después de las renuncias de varios ejecutivos y las promesas de un cambio de cultura seguimos conociendo detalles de la influencia negativa de Serge Hascoët, el ex jefe creativo del equipo editorial, que ya había sido noticia no solo por las acusaciones de abuso y acoso sexual sino por haber rechazado las protagonistas femeninas en Assassin’s Creed.
Según un informe de Bloomberg, Hascoët fue el responsable de la renuncia de Mike Laidlaw, el director creativo de Dragon Age que había llegado a Ubisoft Quebec (el estudio responsable de Assassin’s Creed Odyssey) en 2018. Laidlaw estaba trabajando en un nuevo juego de rol basado en la leyenda del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, que ofrecería un componente cooperativo similar al de Monster Hunter.
El proyecto, de nombre clave Avalon, era “una aventura de alto presupuesto que incluía historias del Rey Arturo y la Mesa Redonda.”
Pero si bien el desarrollo estaba encaminado y varios de los testimonios dicen que tenía mucho potencial, el proyecto fue cancelado porque a Hascoët no le gusta la fantasía medieval, y pretendía que si iban a hacer un juego del estilo tenía que ser “mejor que Tolkien”. Avalon no habría sido el único desarrollo en sufrir el capricho de Hascoët, sino también otras propuestas ambientadas en mundos fantásticos.
Para intentar salvar el proyecto, Laidlaw y su equipo decidieron conservar la estructura básica pero cambiar la ambientación, proponiendo ciencia ficción o la mitología griega como alternativas, pero Hascoët rechazó todas las propuestas y el desarrollo finalizó a mediados del año pasado y el director creativo abandonó la empresa algunos meses después.
Si bien a Hascoët se le adjudica parte del éxito de las series Assassin’s Creed y Far Cry, los juegos de Ubisoft han sido muy criticados por conservar la misma estructura sin importar el género. De hecho el primer The Crew, un juego de conducción, utilizaba un mundo abierto con misiones y objetos coleccionables como Assassin’s Creed.
La saturación y la baja de calidad se confirmaron el año pasado, cuando la empresa lanzó dos grandes fracasos como The Division 2 y Ghost Recon: Breakpoint y se vio obligada a reformular su equipo creativo y retrasar lanzamientos como Watch Dogs: Legion.