Una de las noticias de la semana fue la cruzada de Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, contra algunas empresas chinas. Alegando razones de seguridad nacional, Trump firmó una orden ejecutiva que prohibirá las transacciones con las empresas dueñas de TikTok y WeChat en 45 días, una medida que le pega a los videojuegos de rebote porque WeChat es propiedad de Tencent, el gigante chino que tiene un pedazo de la industria gamer.
Tencent es dueña de Riot Games, y tiene parte de Epic Games, Bluehole, Ubisoft, Activision y varios más, por lo que en un primer momento se temió que no se pudieran vender ítems en juegos como Fortnite y League of Legends, algo demoledor para la economía.
“Las siguientes acciones deben prohibirse a partir de los 45 días después de la fecha de esta orden, bajo lo que permite la ley aplicable,” dice la orden ejecutiva. “Cualquier transacción que esté relacionada con WeChat por cualquier persona, o con respecto a cualquier propiedad sujeto a la jurisdicción de los Estados Unidos, con Tencent Holdings Ltd., Shenzhen, China, o cualquier subsidiaria de esa entidad.”
Después de la reacción inicial las acciones de la empresa se desplomaron un 10 por ciento. Tencent no tiene acciones en los estudios mencionados, sino también en Supercell (Clash of Clans), Grinding Gear Games (Path of Exile), Reddit, Spotify y hasta Discord — y de hecho ha hecho negocios con Nintendo para distribuir juegos en China.
La casa Casa Blanca aclaró que la medida sólo aplica a WeChat y no al resto de las empresas de Tencent, en diálogo con el portal LA Times. El diario publicó que el organismo “clarificó que la orden de WeChat sólo bloquea transacciones relacionadas con WeChat, no aquellas que estén vinculadas a las propiedades de Tencent.”
El valor de las acciones se recuperó marginalmente, pero la industria sigue atenta al próximo capricho de Donald Trump.