Como el resto de las empresas de la industria, Square Enix presentó su reporte financiero trimestral, durante el cual habló específicamente de la venta de sus estudios occidentales.
A comienzos de mayo el gigante Embracer Group se quedó con Crystal Dynamics, Eidos Montreal, Square Enix Montreal y una catarata de IPs que incluyen Tomb Raider, Deus Ex y Legacy of Kain por tan solo 300 millones de dólares.
La decisión, que tomó a la industria por asalto, estuvo motivada por el temor que “los juegos canibalizaran las ventas del resto del grupo”, como registró el analista David Gibson.
Aparentemente la empresa está intentando mejorar la eficiencia en la distribución del capital, por lo que deshacerse de esos estudios le permite asignar más recursos a sus equipos japoneses, a cargo de los títulos más exitosos, como la franquicia Final Fantasy.
Según Gibson la venta de los estudios es la primera fase, y a continuación Square Enix va a ingresar en una diversificación de la estructura de capital.
La segunda fase implica varias etapas, que el analista anticipa va desarrollarse con varias medidas:
- Aumento de los costos de desarrollo de juegos para sus propias estudios, concentrando recursos y limitando la expansión.
- Flexibilizar la estructura de capital, para lo que Square Enix realizará un repaso de su catálogo.
- Venta de parte de las acciones en sus estudios para mejorar la eficiencia de capital — con Sony y Tencent como posibles compradores.
Parece que el futuro de Square Enix implica menos aporte a sus proyectos occidentales (como los juegos de Dontnod) y el foco en los estudios internos.