En mayo de este año la Organización Mundial de la Salud incluyó la adicción a los videojuegos a su lista de trastornos de comportamiento, haciendo oficial el reconocimiento de la forma más obsesiva de nuestro hobby favorito.
La industria del gaming, por supuesto, se manifestó en contra de esta decisión, aunque sus motivaciones son más comerciales que humanistas. Con la ESA como representante de los intereses de las grandes corporaciones, la discusión continúa abierta mientras estudios como Electronic Arts continúan apuntando a las microtransacciones como modelo de negocio aún cuando muchos gobiernos consideran que son una puerta de entrada a la ludopatía.
Diferente es el caso del profesor Andrew Przybylski, director de investigación de Instituto de Internet de Oxford y coautor de un estudio que refuta los argumentos y cuestiona la decisión de la Organización Mundial de la Salud. Przybylski asegura que las investigaciones previas “no examinaron el contexto general de lo que sucede en la vida de estas personas.”
El profesor coordinó un estudio que analizó información de los hábitos de 1000 adolescentes ingleses de entre 14 y 15 años y sus tutores, y llegó a la conclusión que quienes demuestran una dependencia a los videojuegos en realidad tienen otro tipo de carencias afectivas o psicológicas. Eso significa que esa dependencia no es la causa, sino un síntoma de otros problemas. La largas sesiones de juegos no causan alteraciones “emocionales, sociales o de comportamiento,” dice el estudio.
“Las variaciones en las experiencias de juego tiene muchas más posibilidades de estar vinculadas a la satisfacción de las necesidades psicológicas de competencia, autonomía y pertenencia básicas de los adolescentes y la existencia de problemas más profundos.”
Por su parte Netta Weinstein, otra de las co-autoras pidió a los profesionales de la salud que busquen las razones por las cuales una minoría de jugadores sienten que deben relacionarse con los videojuegos de manera obsesiva.
Przybylski concluye en que si bien su investigación no ofrece evidencia precisa de que los juegos en sí puedan ser culpables de los problemas que enfrentan los jugadores, pidió que la industria se haga cargo y asista a los investigadores.
“Necesitamos información más precisa y la cooperación de las empresas de videojuegos si vamos a llegar al fondo de esto.”
El debate entre académicos continúa, pero para vos ¿existe la adicción al gaming?