Entre las luces y el glamour de las listas de juegos del año —que tanto debate generan en sí mismos— también hay lugar para el morbo de los grandes escándalos o controversias que nos dejó 2021. Cada uno decidirá su propio orden, pero para nosotros, en materia de relevancia y alcance dentro de la industria, estos fueron los 10 temas de los que hemos hablado (o seguimos hablando) y marcaron la agenda.
10. Pandemia y falta de consolas: la pesadilla del gamer
El año pasado el impacto de la pandemia se sumó a la demanda extraordinaria de las consolas de nueva generación para generar una falta de stock sistemática en todo el mundo que, decían los fabricantes, se extendería hasta el primer semestre de este 2021.
Pero junio pasó y las buenas noticias (y el stock) nunca llegaron. Y no solo eso, sino que la falta de componentes se extendió y expandió, afectando a empresas como Nintendo, que hasta entonces se habían mantenido al margen, y otras industrias, como los celulares y hasta los vehículos. El gran problema no solo es que no haya consolas, sino que como el sistema capitalista indica, la falta de oferta aumenta la demanda y con ello el precio.
Microsoft y Sony siguen sin poder solucionar los problemas de stock, y tanto los ejecutivos como los fabricantes de chips anticipan que recién podríamos ver una normalización de la situación en el primer o segundo trimestre de 2022, pero ya nos han hecho promesas vacías en el pasado — y de hecho algunos ya salieron a atajarse mencionando el 2023.
9. Sony intenta cerrar las tiendas de PlayStation PS3, PSP y Vita
PlayStation tuvo un gran año con su consola de nueva generación y sigue vendiendo pilas de software de PlayStation 4 gracias a la enorme base instalada de usuarios, pero entre todo ese éxito tampoco tuvo un año libre de controversias.
Entre los fabricantes de consolas es evidente que Sony es el menos interesado en el legado de la marca. Nintendo sigue reviviendo viejas glorias —a su manera— en el servicio Nintendo Switch Online, mientras que Microsoft invirtió millones de dólares en investigación para garantizar la retrocompatibilidad hasta la primera Xbox.
Sony, por su parte, no solo no tiene una solución accesible para el catálogo de las tres primeras PlayStation y sus dos portátiles, sino que encima este año anunció que daría de baja las tiendas de PlayStation 3, PlayStation Vita y PSP, sacando de circulación miles de juegos digitales y cientos exclusivos, y atentando contra la preservación.
Días después del anuncio, movilizado por el masivo rechazo de la comunidad, el presidente de PlayStation, Jim Ryan, comunicó que habían dado marcha atrás con los planes para las tiendas de PlayStation Vita y PlayStation 3 — aunque se mantuvieron firmes con el cierre de la de PSP.
La gran duda que nos queda es si volverán a la carga este año.
8. Microsoft empieza a preparar el fin de Xbox Live Gold
Sony no fue la única empresa que anunció una medida controversial y luego decidió recular en chancletas tras el rechazo de la comunidad, aunque en el caso de Microsoft se sintió más como una jugada de ajedrez que como un cambio de pareceres.
Muchos ya se habrán olvidado, pero el año comenzó con una bomba: Microsoft, el gran responsable del online pago en la industria de las consolas, anunció que Xbox Live Gold, el servicio que históricamente tuvo un costo de 60 dólares anual, pasaría a costar 60 dólares por semestre.
La intención era clara: empezar a despedir Xbox Live Gold, un servicio dinosaurio y representativo de otros tiempos, para empujar a los usuarios a Xbox Game Pass Ultimate, su claro reemplazante, sin que el salto de 60 a 180 dólares anuales sea tan evidente.
Pero decirlo era más fácil que hacerlo, y los usuarios estaban indignados, en particular porque el aumento sucedía poco más de dos meses después del lanzamiento de las nuevas consolas, lo que significa que encima de la inversión inicial en hardware, quienes hubieran apostado a Microsoft en la nueva generación iban a tener que duplicar su inversión en un servicio que, como si fuera poco, ofrecía menos beneficios que el de Sony.
Por eso, para endulzar todavía más el pedido de disculpas y la marcha atrás en la decisión, Microsoft también anunció que finalmente eliminaría la necesidad de contar con el servicio para juegos gratuitos como Fortnite, poniéndolo a la par de Sony.
De todas maneras es evidente que Xbox Live Gold tiene las horas contadas.
7. Abandoned: el hype sin sustento llevado al extremo
En ocasiones los equipos independientes, que no pueden invertir millones en maquinarias de marketing, se encuentran en situaciones que superan su propia capacidad de manejar un cierto nivel de exposición. Ese es el caso de Blue Box Games, el estudio detrás de Abandoned.
Abandoned promete una experiencia de terror psicológico en primera persona en entornos realistas, que a priori sonaba como otro heredero de P.T. Pero el hecho que Blue Box fuera un estudio debutante creó un mito alrededor del desarrollo: la comunidad buscaba indicios que apuntaran a un reboot de Silent Hill y que involucraran a Hideo Kojima, que ya ha intentado esconder un juego propio tras una cortina de humo como la de Abandoned.
Para colmo de males los líderes del estudio, en lugar de negar rotundamente todas las conexiones y especulaciones, decidieron mantener un silencio cómplice y alimentar las teorías hasta que todo les explotó en la cara, cuando un grupo de impresentables amenazó de muerte a los desarrolladores, tanto por internet como en persona.
Y todavía no habían presentado el inflado teaser en tiempo real del juego, que tras días de espera y mucho hype, resultó ser cuatro segundos de unas tablas y un personaje pasando de un lado a otro de una habitación.
Sea lo que termine siendo Abandoned, ya quedó marcado por la inexperiencia de su equipo.
6. La tortuosa progresión de Halo Infinite
Aunque un tanto predecible y filtrado, el lanzamiento del modo multijugador gratuito de Halo Infinite no resultó menos sorpresivo —ya ahondaremos en eso más adelante en la semana— y exitoso.
Lo que sí resultó un baldazo de agua fría para los fanáticos y los casuales fue el sistema de progresión mezquino que avanzaba a un ritmo exasperante, en particular cuando se lo compara con el constante refuerzo positivo de juegos como Fortnite y Warzone.
Halo Infinite no daba puntos de experiencia por partida, sino que pretendía obligar a los jugadores a cumplir complejas misiones y objetivos muy específicos para recibir migajas. Así, era necesario jugar decenas de partidas para acceder a un nuevo nivel y a las decepcionantes recompensas que traía consigo.
Como si fuera poco, el pase de batalla también estaba atado a un evento de tiempo limitado que ofrecía una armadura por partes, pero esas partes sólo podían utilizarse si se completaba el set, por lo que aquellos que no hubieran alcanzado el máximo nivel una vez finalizado el evento no podrían utilizar ninguna de las partes obtenidas.
343 Industries alteró el sistema de progresión después de los numerosos reclamos de los jugadores, y aunque todavía está lejos de ser algo perfecto o tan estimulante como la competencia, es mucho mejor que en lanzamiento. Por fortuna tiene un juego sólido detrás para mantener la base instalada de usuarios.
5. Nintendo vende emuladores como pan caliente
Los fanáticos suelen decir que Nintendo es una de las pocas empresas preocupadas por la preservación de sus juegos, pero la realidad que quedó demostrada este año es que a la compañía sólo le interesa revender juegos una y otra vez en el estado que sea.
Uno de los grandes anuncios de la empresa durante este 2021 fue la expansión del servicio Nintendo Switch Online para sumar juegos de Nintendo 64 y Sega Genesis. Por desgracia lo que a priori parecía una buena noticia terminó siendo eclipsada por la calidad de emulación utilizada, que en la mayoría de los casos ofrece menos opciones que varios de los emuladores disponibles en el mercado, en particular en materia de reemplazo de accesorios (como el Expansión Pack o el Rumble Pack) necesarios en las versiones originales.
Lo más ¿frustrante? de toda la cuestión es que, aunque el servicio tiene un precio bastante elevado, gran parte de la comunidad nintendera parece haberse resignado y adoptado una actitud de “peor es nada” para justificar el pago y la calidad del producto ofrecido.
Queda por ver si Nintendo decide ponerse a trabajar para ofrecer mejores versiones de sus clásicos.
4. La fiebre del oro de los NFT invade la industria
Justo cuando estábamos saliendo de la estafa de las microtransacciones a fuerza de pases de batalla, el próximo gran negocio de los poderosos metió la nariz en la industria: los NFT.
En sus reportes financieros tanto Electronic Arts como Ubisoft, que suelen saltar a las tendencias de inmediato, le dijeron a sus accionistas que estaban siguiendo la tecnología de cerca, algo que sonaba más a frase hecha para mantener las acciones estables que un interés genuino.
Por eso Ubisoft nos sorprendió cuando anunció Quartz, su plataforma de administración de Digits, sus tokens-no-fungibles. Claro que como iniciativa experimental debía aplicarse a un proyecto de bajo riesgo, y ahí es donde apareció Ghost Recon: Breakpoint, el conejillo de indias perfecto.
Quartz recibió el rechazo de la comunidad, la industria misma y hasta los empleados de la compañía, pero aún así Ubisoft reafirmó su compromiso con la iniciativa apoyándose en tres principios fundamentales.
Menos aguante tuvo GSC Game World, el estudio desarrollador de STALKER 2, que un miércoles anunció su metaverso, sólo para cancelar el proyecto dos días después en una confusa sucesión de eventos, en la que el estudio publicó una extensa defensa en Twitter y a los 90 minutos la reemplazó por un pedido de disculpas.
Y ni mencionemos Fractal, la nueva plataforma de compra venta del co-fundador de Twitch, que a dos semanas de su lanzamiento ya fue hackeada y le costó más de 150 mil dólares a sus usuarios.
NFT bros. No los entenderías.
3. La toxicidad en Twitch también es responsabilidad de Twitch
Por más que en los números Twitch haya sido uno de los grandes ganadores de la pandemia, con un esperable aumento sostenido de espectadores y creadores de contenido durante 2020 y 2021, gran parte de la comunidad se encontró durante este año abandonada por la plataforma.
Las conocidas como “hate raids” fueron la culminación de un proceso de hostigamiento y acoso de minorías bajo la organización de ciertos nefastos internos y externos que, dirigían a sus comunidades o creaban bots para atacar a algunos creadores de contenido, en su mayoría afrodescendientes, mujeres, o miembros de la comunidad LGBTIQA+.
Twitch, por su parte, se tomó su buen tiempo para actuar, a pesar de que las herramientas introducidas eventualmente, como la posibilidad de habilitar un chat sólo para cuentas verificadas, no parecían requerir demasiado tiempo de desarrollo ni esbozaban una originalidad o brillantez particulares.
En el camino quedaron las denuncias de desidia contra la compañía y una protesta por parte de las víctimas de las raids que acuñaron el hashtag “Un día sin Twitch”.
2. Grand Theft Auto: The Trilogy – The (Non) Definitive Edition
El único contento con el lanzamiento de la remasterización de la trilogía de Grand Theft Auto fue Ubisoft, porque fue el lanzamiento de alto perfil con la mayor cantidad de bugs técnicos del año.
El trailer de presentación dividió a los fanáticos, y aunque el nuevo estilo gráfico más pictórico parecía por lo menos interesante, en el lanzamiento el juego demostró que era una de las remasterizaciones más flojas de los últimos tiempos, y un producto que no le hacía honor al legado de una trilogía fundamental para el gaming moderno.
Es cierto que con juegos de hace 20 años no hay mucho para hacer, pero Rockstar pisó la banquina con una trilogía plagada de glitches, texturas en baja resolución, horrible rediseño de personajes y sistemas controversiales, como la lluvia o la mejora automática de las texturas de los carteles, que pusieron este relanzamiento bien arriba en la lista de lo peor de muchos jugadores.
Y eso sin entrar en cuestiones como el hecho de que las versiones de PC incluían ciertos archivos que no debían y Rockstar las dio de baja en la tienda por más de 72 horas.
Tal fue el desastre que el estudio tuvo que pedir disculpas, prometer actualizaciones para resolver los problemas, reponer y regalar las versiones originales en PC, y ofrecer juegos adicionales a los clientes.
1. Abuso, acoso y discriminación en Activision/Blizzard
El evento bochornoso del año es menos un “bochorno”, ‘escándalo’ o ‘controversia’ y más un “hijos de perra deberían ir todos presos”, pero vamos ponerlo en esta lista por ahora. Todo comenzó con los durísimos testimonios de ex-empleadas de Blizzard, que acusaron a los líderes de la empresa de promover una cultura machista en la que había una normalización sistemática del abuso y acoso sexual, el sexismo y la discriminación de género.
Blizzard comenzó el tradicional proceso de purga interna que llegó hasta el presidente J. Allen Brack, y pasó por los equipos de Blizzard, Diablo y World of Warcraft, alterando el proceso de desarrollo de todos los juegos, con los esperables retrasos y conflictos del caso.
Mientras tanto dentro de Activision alegaban desconocimiento total de la situación, apelando a aquello que Blizzard era su propio mundillo dentro de la estructura corporativa. Sin embargo una investigación del Wall Street Journal demostró que las cabezas de la compañía —y en particular su CEO, Bobby Kotick— no solo estaban al tanto de las denuncias, sino que también protegieron a varios líderes, como el co-fundador de Treyarch, Dan Bunting.
Actualmente Activision enfrenta varias demandas y un proceso de investigación federal, la presión de un grupo de accionistas, y un pedido de los trabajadores por la renuncia de Bobby Kotick.