Es difícil, muy difícil, destacar en un género tan saturado como el de los juegos de terror en primera persona. Pero Project Nightmares se está perfilando como uno de los más atractivos y no solo por apostar al terror procedural. Las últimas actualizaciones del juego en Steam Early Access demostraron que lo que sus creadores tienen planeado es mucho más que un par de pasillos.
Project Nightmares llegó en junio de 2018 a Steam Early Access con una versión que se podía terminar en un rato. Corta, sí, pero dejaba en claro que el estudio NC, los argentinos detrás del desarrollo, buscaban diferenciarse de los cientos de juegos de terror que llegan a Steam todas las semanas.

Project Nightmares Case 36: Henrietta Kedward es el primer episodio de esta saga de juegos que nos pone en el rol de investigadores paranormales que lidian con objetos poseídos. Henrietta Kedward es la villana de turno de este primer juego, una anciana terrible de la que se sospecha que es una bruja. El disparador de la historia es nuestro ingreso a la casa de Kedward, explorando sus espeluznantes pasillos y salas, iluminándonos solo con velas.
Los juegos con sustos procedurales no son algo nuevo, pero pocos consiguen hacerlo realmente bien y sorprendernos en todo momento. Project Nightmares va por el buen camino porque en lo que pudimos jugar hasta ahora, siempre nos agarra desprevenidos. Al girar en una esquina o entrar en una nueva habitación, nunca sabemos qué nos espera. Para crear miedo procedural, el juego aleatoriza una serie de eventos que van desde un cuadro que sale volando hasta una aparición fantasmal sin cabeza. Incluso hay momentos en los que los espectros nos atacan y tenemos que defendernos con un QTE. Al final, nos da la sensación de que la casa está realmente embrujada.

En 2018, Project Nightmares estaba en un estadio muy temprano del desarrollo y lo único que recorríamos de la casa de la bruja eran un par de pasillos. Pero en Halloween 2019 lanzaron una actualización, que recibió ajustes este mismo mes, que nos deja en claro que Project Nightmares busca despegarse del walking simulator.
El enemigo principal es la presencia de Henrietta, que no solo juega a las escondidas con nosotros, sino que tenemos un arma para dañarla: la sal. No vamos a disparar sino arrojarle puñados de sal a la espeluznante bruja. Hay que cuidarnos de su presencia porque si toma contacto con nosotros, moriremos en el acto.

Estudio NC nos ofrece armas no tan convencionales en los videojuegos, pero que respetan el imaginario del terror sobrenatural. Es decir, círculos de sal y velas, para no caer presos de la oscuridad. El ambiente sórdido es de por sí aterrador y el diseño sonoro nos hace la psicológica todo el tiempo, por lo que tendremos que escuchar muy bien para detectar alguna amenaza. Los puzles suelen requerir exploración y mirar atentos el ambiente, y hay algunos muy clásicos, como uno que involucra un piano.
Los juegos de terror modernos tienden a suprimir el combate (Outlast, SOMA, Devotion) o a enfocarse en ello (Resident Evil 2, The Evil Within). Los que terminan en el medio son menos de los que imaginamos y cuando llega uno como Project Nightmares lo esperamos con los brazos abiertos. Es una aventura con elementos de acción justos, puzles atrapantes y un diseño de niveles que no resulta cansino ni repetitivo, incluso cuando estamos dentro de un espacio cerrado como una casa. Les recomiendo que estén muy pendientes de él, porque se perfila como uno de los próximos lanzamientos con ideas más frescas dentro del género. Habrá que seguir esperando a que escape de Early Access para jugar la historia completa.