Si te gustan los JRPG y tuviste, en algún momento de tu vida, una consola de la familia PlayStation lo más probable es que hayas jugado alguna de las entregas de Persona. El spin off de la legendaria saga Shin Megami Tensei tomó fuerza propia durante mediados de los noventa y hoy en día sigue marcando el estándar de calidad en cuanto a juegos de rol japoneses respecta. La última entrega salió en 2016 en un lanzamiento simultáneo para PS3 y PS4, y no sólo fue un éxito rotundo sino que se transformó en un antes y un después en el género. La historia de los Phantom Thieves, liderados por Joker, era tan sólida y atrapante como cabía esperar y el sistema de combate de Persona 4 Golden volvía mejorado para redondear la propuesta, pero el apartado artístico venía potenciado. Todos los que jugamos Persona 5 quedamos impactados por su fantástica banda sonora y el impecable diseño de arte, que iba desde personajes exquisitos hasta un entorno que balanceaba los rojos y los negros con un dinamismo único. Por eso es que Persona 5 Strikers necesita estar a la altura del juego original, no podría aceptar menos.
Desde que se anunció, a finales de 2018, esta secuela desarrollada por P-Studio y Koei Tecmo me dejó una terrible sospecha en el fondo del inconsciente. Por un lado entiendo las limitaciones, propuesta y características del género musou. También soy consciente que Koei Tecmo es el estudio con mayor experiencia para desarrollar un juego del género, de hecho salvo que llamemos a Team Ninja no se me ocurre uno mejor, pero sinceramente no podía imaginar un resultado a la altura de Persona 5. De todas formas, conociendo al detalle la propuesta de la saga de Atlus y sus exitosas incursiones tanto en el género de los fighting games como en el musical, decidí tomarme las cosas con calma y darle al musou el beneficio de la duda. El lunes llegó la copia de prensa de Persona 5 Strikers y todas las dudas anteriores se desvanecieron en cuestión de minutos, de hecho cuando quise mirar el reloj habían pasado dos horas y yo seguía con una sonrisa de oreja a oreja.
Persona 5 Strikers parece ser más Persona que Dynasty Warriors, y eso es lo que me tiene tan ilusionado. En primer lugar la historia continúa directamente desde el final del JRPG, de hecho pasan tan sólo seis meses después, y nos pone en la piel de los Phantom Thieves en una aventura de vacaciones. En lugar de enviarnos a recorrer un gigantesco mundo abierto, como sucedió en la última entrega de la clásica saga de Koei Tecmo, vamos a recorrer escenarios familiares como Shibuya y una versión extraña de Tokyo, pero siempre reducidos y llenos de detalles como la saga de Atlus nos tiene acostumbrados. El juego conserva la identidad estética de Persona 5 hasta el más mínimo detalle, desde los menúes, pasando por los actores de doblaje, el diseño de los enemigos y el HUB in game: cada segundo de la experiencia grita “Persona 5”. Esto también aplica a la narrativa, por momentos podemos olvidar que estamos jugando un musou y eso se da porque la historia vuelve a tomar protagonismo y está contada con la misma dinámica que en el JRPG.
Al menos en las primeras horas el ritmo de juego está dominado por el misterio principal, los protagonistas estaban organizando un viaje de campamento cuando se cruzan con un nuevo caso para los Phantom Thieves of Hearts. Durante el primer dungeon vamos a conocer a un nuevo personaje, que todavía no me termina de cerrar pero también comenzó con el pie correcto, y a la par la policía está lanzando una investigación masiva contra nuestro equipo. El combate también está estilizado con los elementos de identidad de la saga de Atlus, presenta varias docenas de enemigos en pantalla que deberemos derrotar mezclando ataques rápidos y finales, con adición de usar todo tipo de Personas, ataques de ocasión y All Out Attacks. A la hora de recorrer los dungeons la línea del JRPG está respetada a rajatabla, no sólo contamos con el clásico botón de Dash, sino que tenemos las mecánicas de exploración y sigilo tal cual lo vimos en Persona 5, esto garantiza que nos sintamos dentro del universo del primer juego en todo momento.
Es temprano aún para hablar de puntos flojos o mejorables. Por ahora sigo atento a la historia, estoy disfrutando volver a pasar tiempo con mis queridos personajes y conociendo qué fue de su vida en los últimos meses canónicos. Celebro también volver a escuchar la fantástica banda sonora del juego original y, si bien sigo prefiriendo el clásico combate por turnos, por ahora no tuve problemas para resolver los combates en tiempo real. Quizás lo que más pesa en esta primera impresión de Persona 5 Strikers es la ilusión de que hayan logrado un producto que, al menos en apariencia y sensación, logre una continuidad estética y narrativa con el mejor JRPG que jugué en la última década. De más está decir que la vara quedó por las nubes y necesito saber si la historia está a la altura de las circunstancias, pero al menos por ahora voy a darle un voto de confianza. Parece que P-Studio y Koei Tecmo han trabajado en armonía, sólo espero que la magia de las primeras horas se sostenga en el tiempo y que esta sonrisa me dure hasta ver los créditos finales. Esperen mi análisis para finales de la semana que viene y, por supuesto, estén atentos a nuestras redes sociales para más conocer el minuto a minuto sobre Persona 5 Strikers.