Se sabe que los organismos de control europeos son mucho más estrictos que los de Estados Unidos, un país con una administración pública muy afín a las corporaciones. Del viejo continente han salido algunos de los mayores cuestionamientos al modelo de Valve, por ejemplo, y han obligado a la empresa a implementar una política de reembolso que eventualmente aplicó en todo el mundo.
Parece que ahora es el turno de las consolas. El viernes la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA por sus siglas en inglés) del Reino Unido anunció que está investigando a Microsoft, Sony y Nintendo para analizar los términos y condiciones de los servicios Xbox Live, PlayStation Plus y Nintendo Switch Online y establecer si los contratos y los sistemas de cancelación, reembolso y renovación automáticas son justos para el usuario final.
Los investigadores de la CMA han solicitado información a las tres compañías para ayudarlos a “entender mejor sus prácticas” con los servicios en línea.
“¿Los términos de las compañías les dan libertad para cambiar la calidad del acuerdo, por ejemplo, reduciendo la cantidad de juegos incluidos o aumentando el precio?,” dice uno de los puntos a analizar, que es particularmente apropiado considerando que hace dos meses Sony redujo los juegos gratuitos de PlayStation Plus de seis o más a solo dos cuando dejó de ofrecer soporte para PlayStation 3 y PS Vita, sin modificar el precio del servicio.
Andrea Coscelli, ejecutiva de la CMA explicó que dado que los contratos de conservación de servicio (aquellos que permanecen vigentes hasta que una de las dos partes lo cancela) se están volviendo cada vez más comunes es fundamental que sean beneficiosos para los clientes u ofrezcan facilidades para cancelar o recibir un reembolso en caso de solicitarlo.
La investigación forma parte de una revisión global (una “super denuncia”) de las empresas que operan en el país como parte de lo que la CMA llama “penalización por la lealtad”, que incluye costos para abandonar el servicio, procesos complejos para dar cancelar contratos o cambiar de proveedores, la renovación automática obligatoria y mucho más. La penalización por lealtad también aplica, por ejemplo, a las empresas que otorgan beneficios económicos a los nuevos clientes mientras los viejos usuarios continúan con la misma tarifa plana — algo que todos sufrimos con proveedores de internet o telefonía celular, por ejemplo.
“Si descubrimos que las empresa no están tratando a los usuarios de manera justa y de acuerdo a la ley, estamos listos para iniciar acciones legales,” advierte el organismo.
Pero las consolas no son las únicas bajo la lupa en el viejo continente. La Comisión Europea también está investigando los modelos de negocio en los países que integran la Unión Europea (perdón brexiters), y apuntó los cañones contra las prácticas de Valve y cinco distribuidores (Bandai Namco, Capcom, Focus Home, Koch Media y ZeniMax), que a través del bloqueo geográfico están violando la ley antimonopólica de acuerdo a los nuevos lineamientos presentados a finales de 2018.
La comisión considera que bloquear la activación de juegos en ciertos países de Europa Oriental (como Polonia, Eslovaquia y Hungría entre otros), atenta contra la creación de un mercado digital único. La práctica, que se conoce normalmente como “precios regionales” busca ofrecer los juegos a valores más atractivos en países menos desarrollados y a la vez limitar la explotación del sistema por parte de jugadores de otras regiones más ricas.
La investigación sigue en curso, pero en caso de encontrar a las empresas culpables de violar las leyes antimonopólicas, la comisión puede solicitar una multa de hasta el diez por ciento de los ingresos anuales. No resulta raro entonces que Valve, conocido por tirar la piedra y esconder la mano, está intentando desentenderse de las responsabilidad. Sus argumentos, detallados en un comunicado publicado por SteamDB, no solo no convencen, sino que se leen como “bueno, lo hicimos pero en realidad no mucho y después tratamos de dejar de hacerlo excepto en los casos en los que sí lo hicimos”.
“Los bloqueos regionales sólo aplican a un pequeño número de juegos,” dice la empresa. “Solo aproximadamente tres por ciento de los juegos que usan Steam (y ninguno propio de Valve) en al momento del reclamo en el Área Económica Europea [EEA por sus siglas en inglés]. Valve cree que la extensión de responsabilidad de la Comisión Europea a una plataforma en estas circunstancias no tiene una ley que la respalde.”
O sea, Valve se defiende diciendo que “sólo” el tres por ciento de los 30000 juegos de la tienda (unos 900) incluyen bloqueo regional. Y aún así esa ridiculez ni siquiera es la mejor parte. La empresa asegura que eliminó los bloqueos regionales para adecuarse a la normativa de la EEA en 2015… excepto en casos en los que el bloque fuera requerido por el distribuidor.
“Valve inhabilitó los bloqueos regionales en la EEA a partir de 2015, a menos que esos bloqueos fueran necesarios por requisitos legales locales (como las leyes de contenido en Alemania) o límites geográficos de la licencia de distribución de un asociado.”
El argumento final de la empresa, una de las empresas menos preocupadas por sus usuarios y la comunidad, famosa por poner la mayor cantidad de trabas posible y por su inexistente servicio de atención al cliente, es que “la eliminación del bloqueo geográfico también significa que los distribuidores aumentarán los precios en regiones menos ricas para evitar explotación de los precios”. Básicamente lo que está diciendo es que violó la ley pensando en los pobres jugadores de países en vías de desarrollo.
Porque, es evidente, no todos los héroes usan capa.