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Pluma y Joystick | The Walking Dead: 10 años de la obra maestra

A lo largo de estas últimas semanas estuve recordando excelentes juegos que cumplieron 5 años, en parte gracias a que el 2017 fue un año tan bueno para el gaming. A diferencia de aquel año, el 2012 no es tan inmediatamente recordado como un año lleno de clásicos, a pesar de haber tenido juegos como Mass Effect 3, XCOM: Enemy Unknown o incluso el lanzamiento de la Wii U y la Playstation Vita en Occidente. Sin embargo, 10 años después hay algunos juegos que vale la pena recordar, y quizás el más importante de ellos, ganador de muchísimos premios de Game of the Year, cumplió su primera década esta semana. Ese juego es aquel que llevó a Telltale al estrellato: The Walking Dead.

El año 2012 fue, en cierta forma, el momento perfecto para un juego de The Walking Dead. Por un lado, Telltale venía de hacer juegos que si bien tuvieron su moderado éxito, nunca lograron convertirse en algo masivo y siempre fueron considerados como aventuras gráficas de nicho. Por el otro lado, The Walking Dead venía de ser un gran éxito televisivo, lo que por supuesto atrajo la mirada de muchas personas que buscaban formar parte de ese suceso. Telltale se había acercado a Valve para crear un juego narrativo en el universo de Left 4 Dead, pero cuando las negociaciones quedaron en nada, The Walking Dead surgió como la mejor respuesta. Como Robert Kirkman, creador del cómic, era fan de uno de los juegos de Telltale, no hubo mucho debate y esta nueva relación empezó con el pie derecho.

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Aquella primera escena del juego es simple, pero memorable.

Aquella primera escena del juego es simple, pero memorable.

El juego de The Walking Dead, sin embargo, tenía que superar varios obstáculos, algunos más fáciles que otros. En primer lugar, tenía que contar con una narrativa lo suficientemente fuerte como para atraer al público que relacionaba juegos de zombies con tiros y con experiencias multiplayer. La idea de un juego en el que matar zombies no sería el foco principal sonaba a algo ridículo para aquel año. Lo que es más, el género del juego en sí era algo a lo que la gente quizás no estaba tan acostumbrada, ya que las aventuras gráficas definitivamente no eran algo que el público en general jugase con la misma frecuencia que otros géneros de videojuegos. Para colmo, The Walking Dead además tenía que luchar contra su propio formato: Telltale ya venía de lanzar juegos exclusivamente digitales y en formatos episódicos, pero ninguno de ellos tenía el alcance masivo de The Walking Dead.

Por suerte, estos obstáculos fueron sorteados casi sin problemas. La idea de un juego de zombies sin tiros era mucho más fácil de aceptar una vez que la gente pudo conocer a Lee y Clementine, los personajes que formaron el corazón de la historia y se convirtieron en íconos del gaming. El género del juego no era un problema tan grande gracias al éxito previo de Heavy Rain, que supo encontrar una audiencia mucho más mainstream que los títulos previos de Telltale y cuyo éxito sirvió como punto de comparación a favor de Telltale. El formato episódico también dejó de ser un problema cuando la gente empezó a entender la estructura del juego. Incluso aquellos que venían de ver la serie de televisión se encontraron con un juego que manejaba su ritmo de manera similar.

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Lee y Clementine se convirtieron en íconos del gaming.

Lee y Clementine se convirtieron en íconos del gaming.

Sin embargo, el atractivo principal y lo que quizás más define a The Walking Dead es el peso de las decisiones que pone en los hombros de sus jugadores. Muchos otros juegos, incluyendo otros títulos de Telltale, le daban al jugador el poder de tomar decisiones, pero ninguno de ellos tenía la intensidad de The Walking Dead. Este juego no lo hacía a uno elegir entre algo bueno y algo malo, sino que usualmente lo forzaba a tomar una decisión entre dos opciones que claramente no tienen un buen desenlace, y el “compás moral” siempre era Clementine, que representaba la esperanza de un futuro mejor. Como todo juego con decisiones, The Walking Dead no está libre de problemas en ese aspecto, pero si existe un juego en el que el viaje es tan importante como el destino, ese juego es The Walking Dead.

Luego de este primer episodio y el resto de la primera temporada, The Walking Dead tuvo un camino bastante tumultuoso. Para la segunda temporada, los creadores del juego ya no trabajaban más en Telltale, y muchos concuerdan que la calidad de la historia bajó muchísimo. Este sentimiento se potenció todavía más durante la tercera temporada, que es considerada por la gran mayoría de los fans como el punto más bajo de la serie. La cuarta y última temporada coincidió con los problemas que llevaron a la quiebra de Telltale, y tuvo que ser rescatada por Skybound, la compañía de Kirkman. A pesar de todos esos problemas, esa temporada final es la única a la que los fans comparan de manera muy positiva con la primera.

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Seguir la vida de Clementine a lo largo de la serie es una de las experiencias más interesantes del gaming.

Seguir la vida de Clementine a lo largo de la serie es una de las experiencias más interesantes del gaming.

The Walking Dead fue prácticamente un antes y un después en el gaming. Hace 10 años, nadie realmente se imaginaba que una aventura gráfica de Telltale se iba a convertir en uno de los juegos más queridos de este hobby, pero este título demostró un montón de cosas que en aquel entonces nadie se esperaba: mostró una manera diferente de encarar el género de zombies, comprobó cómo un título narrativo puede ser tan emocionante como un juego de cualquier otro género, popularizó la idea del formato episódico como algo que realmente funciona. No sería algo exagerado decir que, desde aquel entonces, ningún otro juego de este estilo pudo capturar la magia de The Walking Dead. Este es un juego tan especial que incluso 10 años después todavía sigue dando de qué hablar, y se siente su influencia como el primer día.