Aunque cueste creerlo ya llegamos a diciembre, y eso significa muchas cosas. Además del calor insoportable de verano que ya empieza a asomarse, y de la fiebre por Navidad y Año Nuevo que la gente empieza a contagiar a principio de mes, también es el fin del 2020. Como tal, esto siempre trae consigo los típicos balances de fin de año, y en el ambiente del gaming esto también significa que llegan las épocas de premios. En nuestra industria, los más grandes son The Game Awards, show creado por el legendario Geoff Keighley, y aunque todavía existe gente que se burla de esta ceremonia, lo cierto es que son mucho más importantes de lo que parece.
Como con todo en la vida, para entender por qué The Game Awards son lo que son, hay que conocer de dónde vienen. Antes de que Keighley tuviese la oportunidad de hacer su propio show de premios, la ceremonia de fin de año que le tocaba conducir eran los Spike Video Game Awards. Esta gala estaba atada, justamente, a Spike, un canal de televisión estadounidense, y como tal tenía un tono bastante diferente. Si este show salía en televisión, entonces tenía que apelar a la gente que mira televisión.
Quizás el momento más lastimoso de estos premios, antes de que Keighley pudiese liberarse de ellos, fue el show de los VGX 2013. Esta ceremonia, al igual que las anteriores, contaba con la presencia de celebridades que poco y nada tenían que ver con el gaming, y en este caso hasta el host era uno de ellos: Joel McHale. Ver al actor conduciendo esta ceremonia daba vergüenza ajena, porque transmitía constantemente que no quería estar ahí. Casi como en un rol antagónico, McHale chocaba incluso con el mismísimo Keighley, quien no podía hacer más que poner caras indicando que él tampoco quería estar ahí, aunque por motivos diferentes a los de McHale. Ese show fue un desastre, y el punto más bajo de estas ceremonias.
Por eso, cuando en 2014 Keighley anunció su propio show llamado The Game Awards, tenía mucho que probar. Después del papelón que había sido el show del año pasado, ¿podía Keighley construir algo mejor? La respuesta, obviamente, fue un sí rotundo. Libre de las cadenas de un canal de televisión, Keighley contaba con el apoyo de Sony, Microsoft, Nintendo y hasta Valve para poder crear un show apuntado al público que le corresponde, y que se sienta como una celebración anual del gaming en lugar de una gran publicidad de televisión. The Game Awards 2014, aunque lejos de ser perfectos, fueron un gran debut para la idea de Keighley.
Este nuevo show, a pesar de ser mucho mejor que su predecesor, siguió recibiendo burlas por parte de un sector del gaming. Keighley, en su historia como periodista, estuvo involucrado en publicidades y promociones que quizás hoy en día ya no se ven tan bien, y ese fantasma todavía lo persigue en los ojos de algunas personas. Pero más allá de que algunas personas todavía no suelten ese pasado, lo que no se le puede negar a Keighley es su pasión por lo que hace. The Game Awards todavía son una ceremonia relativamente joven para lo que es el gaming, pero Keighley trabajó y sigue trabajando incansablemente para que cada año salga mejor.
Una de las pruebas más grandes es la atención que Keighley le presta a la opinión del público. Sin su audiencia, ningún show sería nada, y Keighley entiende esto a la perfección. Desde los inicios de The Game Awards, Keighely siempre intentó comunicarse con los fans para saber en qué podía mejorar el show. En años normales, esto lo solía hacer en eventos como PAX y otros shows abiertos al público, donde se podía dar un cara a cara con los fans. En un año tan peculiar como 2020, Keighley igualmente mantuvo esa tradición de charlar con los fans, y fue así como terminó invitando a más de cien personas a videoconferencias privadas con él para debatir sobre cómo mejorar el show.
Es muy importante destacar que, justamente considerando lo que es este 2020, The Game Awards todavía sigue en pie. Muchos otros eventos de este año fueron cancelados, mientras que otros se fueron transformando en streams esporádicos que, si bien funcionaban como manera de transmitir información, no pudieron reemplazar esos grandes eventos. Igualmente, Keighley estuvo involucrado en varios de estos streams, justamente porque gracias a los Spike VGA y a The Game Awards probó que su capacidad de organización y conducción es una de las mejores en esta industria. Este 2020 no hubiera sido lo mismo en el gaming sin el trabajo de Geoff Keighley.
Es por eso también que The Game Awards 2020 tienen una importancia todavía mayor que en años anteriores. Gracias a que ningún evento este año fue lo que era tradicionalmente, saber que llegamos a diciembre y que igual vamos a tener The Game Awards como cada año es una pizca de normalidad muy necesaria. El show de este año también va a ser online, y definitivamente no va a tener el espectáculo de entregas anteriores a pesar de tener invitados como Eddie Vedder, pero con Keighley a la cabeza, va a seguir teniendo el mismo tono y la misma energía.
Puede que haya gente que todavía se burle de Keighley o de The Game Awards, pero la importancia de este show no se puede negar. Cada año todos nos juntamos virtualmente a celebrar el gaming, y por más que el show no sea perfecto o que alguno no esté de acuerdo con los premios o sus ganadores, es una ceremonia casi necesaria. Especialmente en 2020, un año que muchos deseamos que ya se termine, comenzar el último mes del año y sabe que The Game Awards están a la vuelta de la esquina es un consuelo. Obviamente se va a sentir diferente, pero ni este año ni ningún otro sería lo mismo sin ellos.