Es un poco difícil olvidar el hecho de que Resident Evil Village (o Resident Evil 8, para los amigos) está pronto a salir porque Twitter está obsesionado con ese juego. O, mejor dicho, con un personaje específico: la mujer alta que aparenta ser una de las villanas. Twitter es Twitter, y estas son cosas que pasan, pero tanto Resident Evil en la cabeza me hizo recordar con cariño otro Resident Evil, uno al que la gente quizás no le da la importancia que merece especialmente después de los dos excelentes remakes. Y es que Resident Evil 7: Biohazard es el juego que salvó la serie, y me atrevería a decir que incluso volvió a poner a Capcom en el mapa.
Antes del año 2017, que fue cuando salió Resident Evil 7, Capcom venía de una seguidilla de títulos que iban de decepcionantes a nefastos. Street Fighter V fue desastrozo en su lanzamiento allá por el 2016, y aquel también fue el año de un insulso Dead Rising 4 y el olvidable Resident Evil: Umbrella Corps. Incluso antes de aquel pésimo juego, la serie Resident Evil en sí venía de una enorme crisis de identidad con Resident Evil 6, y parecía que lo único que se asemejaba a la serie clásica eran los spin-offs de la sub-serie Revelations. Ya habíamos llegado a un punto en el que no mucha gente le tenía fe a Capcom y daban a la serie por muerta espiritualmente.
Sin embargo, todo cambió con Resident Evil 7. En lo que fue una decisión muy acertada, este juego parecía ser casi un borrón y cuenta nueva. Perspectiva diferente, un número mucho más reducido de enemigos, una historia de mucha menor escala, una ambientación más “íntima”. Este juego parecía cualquier otro juego de terror excepto Resident Evil, pero llevar el nombre de esa serie era una declaración de intención: después de todo lo que pasó, Capcom estaba dispuesto a experimentar y a convertir Resident Evil en algo nuevo. Mucha gente al principio sintió rechazo hacia este nuevo estilo que la serie había adoptado, pero una vez que todos tuvimos el juego en las manos las dudas se dispersaron.
A pesar de todas sus diferencias con el resto de la serie, Resident Evil 7 terminó siendo una de las mejores entregas. Aquella perspectiva en primera persona que tanta gente rechazaba terminó jugándole muy a su favor, dando al juego una sensación de verticalidad y permitiendo apreciar los dotes del nuevo RE Engine muy de cerca. Ese número reducido de enemigos no importaba cuando la familia Baker vale por mil, siendo los íconos que definieron al juego. La historia de menor escala le sienta perfecto, ya que después de las exageradas narrativas de Resident Evil 5 y Resident Evil 6, hacía falta algo más “tranquilo”. Y esa tranquilidad iba de la mano con la excelente ambientación del juego, con esos escenarios mucho más íntimos que realzaban todos los buenos aspectos del título.
Por supuesto que no fue un juego sin defectos, pero Resident Evil 7 marcó un antes y un después en muchos sentidos. Por un lado, la serie comenzó a disfrutar de una nueva vida, y no sería un disparate decir que los exitosos remakes que todos amamos no existirían sin Resident Evil 7. Más allá de que utilicen el mismo motor gráfico, varias de las filosofías de diseño en esos juegos son evoluciones de lo que Resident Evil 7 presentaba. Por supuesto, todo esto es un retorno a las raíces de la serie, pero sin ese Resident Evil 7 que volvió al horror a su manera, muy probablemente Capcom no se hubiese animado a apostar tan fuerte a estos remakes.
Más allá de lo que hizo para la serie en sí, Resident Evil 7 fue el principio de lo que muchos consideran como un Capcom que renació de sus cenizas. Ignorando el fallido Marvel Vs. Capcom Infinite (la división de juegos de pelea de Capcom es un mundo aparte), algunos de los juegos que salieron con el paso de los años son de los más queridos de la compañía. Monster Hunter: World se convirtió en el éxito más grande de Capcom, Devil May Cry V revivió una serie que parecía abandonada y hasta Megaman volvió con varias colecciones y una nueva entrega. Puede que no todo haya sido puntualmente gracias a Resident Evil 7, pero sí es poético que esta buena racha haya comenzado con este juego en el que el estudio estuvo más que dispuesto a probar cosas nuevas.
Ahora, Resident Evil Village está a la vuelta de la esquina. De hecho, al momento de escribir estas líneas todavía estamos esperando noticias firmes sobre su fecha de lanzamiento, y nada más que horas después de que esta columna se publique vamos a tener una presentación online con más detalles del juego. Después de recordar sus días de gloria con dos grandes remakes, Capcom y Resident Evil están listos para dar un paso adelante y presentar, otra vez, el futuro de la serie. Y, de nuevo, hay mucha gente que siente un cierto rechazo hacia el nuevo juego. Diferente canción, mismo baile.
En esta ocasión, el rechazo viene por aspectos del juego que generan dudas fáciles de entender. Al fin y al cabo, Resident Evil Village no solamente parece dejar de lado los números en su nombre, sino que la incorporación de hombres lobo e incluso lo que parecen ser brujas indican que la experimentación con cosas nuevas va un paso más allá en este título. La aprehensión hacia lo nuevo y diferente es entendible, y Resident Evil Village parece ser muy drástico, pero si hay una lección a aprender de Resident Evil 7 es que este tipo de cambios no son necesariamente malos. ¿O también nos olvidamos que en Resident Evil 7 no hay zombies?
Todavía no sabemos si Resident Evil Village va a ser otro éxito o una vuelta a los peores días de la serie, pero Resident Evil 7 sirve como ejemplo perfecto para tranquilizarnos. Es importante recordar que este juego, al animarse a probar cosas nuevas y desatarse de lo que definía a los anteriores, prácticamente revivió la serie. Con un nuevo Resident Evil en el horizonte, no hay que olvidar que el juego que hizo esto posible es uno que también fue rechazado antes de su lanzamiento, pero que se convirtió en uno de los pilares del Capcom moderno. Resident Evil 7 siempre va a ocupar un muy bien merecido e importante lugar en el panteón de una serie legendaria.