A pesar de que el paso del tiempo en esta era de pandemia haya perdido sentido, no viene mal recordar que en unos meses estamos por llegar a un año del lanzamiento de las nuevas consolas. Especialmente en estas semanas post-E3, es fácil empezar a hacer un balance ahora que tenemos una idea general del panorama que se viene justamente para estos meses que faltan para el aniversario. Gracias a la extraña noticia de que Godfall, exclusivo de Playstation 5 en consolas, tendrá un port a Playstation 4, la sensación que uno tiene sobre estas nuevas consolas es que les está costando establecerse mucho más que a generaciones anteriores.
Depende de cómo se lo mire, a esta next gen no le está yendo precisamente mal, pero eso no quiere decir que sea un éxito. Quienes estén al tanto de las noticias sobre estas consolas en territorio norteamericano sabrán muy bien que hay una escasez de hardware. No es solamente acá que cuesta conseguir una de estas nuevas consolas, sino en todo el mundo. Apenas se pone a la venta una nueva tanda, es muy probable que se agote al instante. Esto no necesariamente se debe a una demanda inmensurable, sino a un faltante de stock. No hay pocas consolas a la venta porque la gente está desesperada por comprarlas, sino que porque se fabrican pocas.
Probablemente muchos hayan escuchado sobre el problema mundial que se está produciendo por la falta de unos semiconductores específicos. Estos componentes son claves en la fabricación de los chips que se utilizan en estas consolas y también en otros aparatos tecnológicos como celulares. Al faltar componentes, faltan consolas, y hasta que no se solucione este faltante la situación no va a mejorar. De hecho, algunos de los fabricantes de estos semiconductores predicen que esta falta de componentes seguirá hasta mayo del año que viene. De ser así, las consolas seguirán faltando y cada vez que se vuelvan a poner a la venta se agotarán enseguida.
Por más que estas consolas hayan vendido millones, este faltante es una preocupación real que claramente afecta a los desarrolladores. Así, la solución es simple: en lugar de desarrollar juegos únicamente para la next gen, es más seguro apuntar a Playstation 4 y Xbox One. Es por eso que, salvo los grandes juegos de Sony, casi todos los juegos que están saliendo son cross-gen o directamente están disponibles únicamente en la generación “vieja”. Al fin y al cabo, las nuevas consolas son retrocompatibles; si uno compra un juego de Playstation 4 igual lo puede jugar en su Playstation 5, y el desarrollador se ahorra el arriesgarse a crear una versión que puede no vender lo suficiente.
Esta falta de juegos únicamente disponibles en consolas de next gen es una de las quejas más escuchadas. Hasta la llegada de los recientes Returnal y Ratchet & Clank, muchos protestaban que la Playstation 5 no tenía juegos exclusivos que justifiquen la compra más allá de Demon’s Souls. Lamentablemente para esas personas, esta queja seguirá teniendo validez en el futuro, ya que hasta Sony viene anunciando exclusivos que también llegarán a Playstation 4, como el nuevo Horizon Forbidden West o el futuro God of War Ragnarok. Microsoft ya venía haciendo esto por una cuestión de construir un ecosistema más que separar en generaciones, pero ahora que Sony se está sumando a la movida queda claro que es más importante tratar de alcanzar al mayor público posible que hacer un producto que se vea perjudicado por faltantes ajenos al juego en sí.
Como si todo esto fuera poco, no hay que olvidarnos que estamos en medio de una pandemia que no solamente arrasa en cuestiones sanitarias, sino que también debilita económicamente a millones de personas. En un país como el nuestro ya de por sí sería difícil justificar el excesivo costo de una consola next gen, pero a eso hay que sumarle el contexto de una pandemia que complica todavía más la economía. Con el precio de los juegos que está aumentando a $70 dólares, son pocos los que pueden costear esta nueva generación fuera de los países donde estos números funcionan más a su favor. El gaming siempre fue un hobby caro, pero ahora lo es todavía más.
Como siempre, los que mejor la pasan son los usuarios de PC. Si bien aquel es un ecosistema que tiene sus propios problemas, especialmente en lo que refiere a placas de video, los jugadores de PC no tienen que preocuparse por mucho. Más y más juegos que antes aparecían solo en consolas están llegando a esta plataforma, desde juegos japoneses como Yakuza hasta exclusivos de Sony que por fin miran a la PC como una plataforma valiosa. Con la ventaja de precios localizados en tiendas como Steam, es mucho más difícil justificar la compra de una consola de next gen en comparación con una buena PC. No por nada muchos argumentan que con una PC y una Switch, ya cubrís casi todo el gaming que quieras disfrutar, y a medida que más juegos previamente exclusivos de consola lleguen a PC, más cierto será.
Desde el año pasado que varios de nosotros venimos diciendo que el panorama del gaming no está preparado para una nueva generación de consolas, y la situación actual no hace más que confirmar las sospechas. Nunca es fácil que una nueva generación se instale al instante y sin problemas, pero en el caso de estas consolas es todavía más evidente. Hasta que esta next gen no se convierta en current gen, realmente es difícil justificar la inversión en estas consolas, más allá de lo buenos que sean los juegos. Incluso cuando estos problemas de faltantes terminen y las economías se recuperen post-pandemia, quién sabe cómo estará el gaming. Lo único seguro es que hay que prepararnos para bastante más tiempo considerando a Playstation 4 y Xbox One como las consolas con más prioridad.