A nadie le cabe duda que vos, yo y miles de otras personas más estamos esperando con ansias el final de este 2020. Para decirlo en palabras aptas para todo público, este año que se nos va fue paupérrimo, interminable, atroz, y demás adjetivos que se te ocurran. Algunos de los daños que hizo este 2020 son irreparables, y se perdieron cosas que nunca se van a volver a recuperar. Sin embargo, la industria del gaming supo mantenerse de pie mucho mejor que otras industrias, que tuvieron que adaptarse a cambios que no se esperaban. Esto no significa que el gaming salió ileso, y ahora que se termina el año es mucho más fácil ver algunos de los cambios que van a marcar al gaming de acá en adelante.
Por empezar, la idea de grandes eventos en el gaming se puso en cuestión este año. A partir del 2021, los eventos masivos probablemente no sean lo mismo. Idealmente, en algún momento del próximo año la vacunación contra la pandemia estará lo suficientemente avanzada como para que juntarse en grandes multitudes no sea un peligro para la salud, pero eso no quiere decir que los eventos vuelvan a ser lo que siempre fueron. La falta de una E3 este año llevó a muchas compañías a pensar sus propios eventos, y la pregunta que inmediatamente sigue es: ¿hace falta una E3?
Las compañías más grandes, por lo menos, ya se venían haciendo esta pregunta desde antes; muchos nombres se habían bajado de la E3 2020 incluso antes de que se cancelara. Ahora que las compañías que todavía quedaban se vieron forzadas a pensar en una alternativa ajena a la E3, ¿verán más atractiva la idea de no tener que invertir en todo lo que significa participar del evento? Las conferencias de prensa no son lo único que tiene la E3, sino que también hay stands, personal que los atiende, costos de traslado y muchísimo más. Quedará por verse qué compañías consideran que gastar todo ese dinero por un evento que ya venía con una crisis de identidad valdrá la pena a partir del 2021.
Este cambio enorme en eventos también va a afectar a los eSports, aunque de distinta manera. Este fue un año muy peculiar para los juegos competitivos, en especial para el subgrupo de los juegos de pelea. El 2020 representó un año en el que muchas personas se animaron a contar los abusos que sufrieron, y con el espíritu del movimiento #MeToo muchas personalidades fueron descubiertas como la peste que son. Cuando se pueda volver a tener eventos presenciales, algunos de ellos van a ser muy distintos, ya que incluso organizadores importantes, como el cabecilla de la EVO (torneo más grande de juego de peleas) fue destapado como un abusador.
Incluso más allá de eso, la idea de participar en uno de estos eventos tampoco va a ser lo mismo en materia de salud. De nuevo, idealmente todo lo que respecta a la vacunación va a salir bien, pero igualmente hay cuidados que seguramente llegaron para quedarse. Ya sea en eventos chicos o grandes, algunas cosas como la distancia entre los jugadores, la disposición del público o algo tan simple como la idea de prestarse un control entre participantes van a ser aspectos que tendrán que ser mucho más organizados y controlados. Como alguien que adora participar de estos eventos, no veo la hora de volver, pero al mismo tiempo quiero sentirme seguro en ellos, y para eso va a hacer falta tiempo y confianza.
Esta imposibilidad de juntarse en grupos también terminó afectando al gaming en maneras mucho más obvias gracias a que varios estudios se adaptaron a trabajar de manera remota. Este tal vez vaya a ser uno de los cambios más importantes de la industria, aunque las consecuencias en cuanto al desarrollo de un juego todavía no sean claras al 100%. Por un lado, trabajar de manera remota en una industria tecnológica no suena nada raro, e incluso a uno le podría sorprender que el gaming haya esperado a una pandemia para adoptar esta modalidad de trabajo de manera masiva. Por el otro, no cabe duda que el ritmo del desarrollo se va a ver alterado por esta metodología.
Por supuesto que es cuestión de acostumbrarse. Si bien es cierto que quizás la comunicación entre equipos es mucho más complicada, una vez que se le encuentre la vuelta al nuevo ritmo de trabajo todo debería marchar sobre ruedas. Incluso hay compañías como Square Enix que adoptaron de lleno esta forma de trabajar y ahora el 80% de sus trabajadores en Japón trabajarán desde sus hogares de manera permanente. Así y todo, con la interminable cultura del crunch en el gaming, solamente queda esperar que la idea de trabajar desde casa no sirva para fomentar el trabajo después de hora y todos los problemas que trae esa forma de trabajar.
Pero si se habla de trabajar desde casa, una de las cosas que más se notó este año fue el hambre de contenido y la eterna presencia del streaming. Particularmente, no se puede hablar de los cambios de paradigma del 2020 en el gaming sin mencionar el auge de los Virtual Youtubers. Estos streamers representados por avatares 2D o 3D dominaron Youtube este año, y como tales representan una nueva forma de consumir contenido. Si más de 100 mil personas se ponen a ver en vivo a alguien que ni siquiera muestra su rostro jugando Minecraft, es obvio que mucha gente va a querer subirse a ese tren para tratar de conseguir el mismo éxito.
La idea de hacer streams de juegos no es para nada nueva, pero los Virtual Youtubers están cambiando la escena. Mientras que algunos canales tienen problemas para llegar a los 10 mil suscriptores, hay Virtual Youtubers que consiguen más de 100 mil incluso antes de su primer stream. La gente de a poco está empezando a buscar otro tipo de contenido, algo diferente a lo normal, y no necesariamente alguien que haga streams de los juegos más recientes. Llegamos a un punto en el que empresas contactan Virtual Youtubers para promocionar expansiones o juegos que todavía no salieron al mercado. Como el boom es tan reciente, aún no es muy fácil saber cómo seguirá, pero es obvio que en el 2021 el tren de los Virtual Youtubers no va a frenar.
Nadie tiene una bola mágica para predecir el futuro y, quién sabe, quizás el año que viene puede ser todavía peor que este. Sin embargo el gaming mostró su capacidad para adaptarse y, si bien algunas cosas cambiaron de maneras inesperadas (ni que hablar de momentos como el desastre de Cyberpunk 2077), no me cabe duda que el 2021 va a ser un buen año para el gaming. Solamente esperemos que también sea un buen año para todo lo demás.