La Nintendo Direct de la semana pasada trajo muchas sorpresas y anuncios interesantes, pero un momento en especial me hizo recordar algo que había olvidado por completo: la colección de Kingdom Hearts llegó a la consola de Nintendo. Sin embargo, lo que debería ser motivo de celebración para los fans de la serie terminó siendo el detonante de un montón de quejas hacia Square Enix. ¿El motivo? Estos juegos no son ports, sino versiones Cloud, que uno juega desde la nube en la híbrida portátil de Nintendo. Mi única experiencia con este tipo de juegos en la Switch no había sido buena, pero eso fue hace bastante tiempo, por lo que me decidí a probar esta colección para experimentar de primera mano qué era lo que pasaba. El resultado fue algo increíble, y no en el buen sentido.
El primer gran problema de estas versiones de Kingdom Hearts viene por el precio. Square Enix decidió vender estos juegos por $40 dólares cada uno de los tres paquetes, o un precio de $90 dólares por la colección entera. De por sí ese número es irrisorio considerando especialmente las colecciones que incluyen los primerísimos Kingdom Hearts; no es que sean juegos que no lo valen, pero cobrar $40 dólares por Kingdom Hearts 1 y 2 en el año 2022 suena ridículo. Para colmo, duele el hecho de que estos no sean ports: los originales son juegos de Playstation 2, y las remasterizaciones salieron primero en Playstation 3. La Nintendo Switch es una máquina capaz de correr juegos como Doom Eternal que, aunque no sea la mejor manera de jugarlos, son mucho más complejos que el primer Kingdom Hearts, que en esta versión por alguna razón corre a 30 fps.
Por suerte, estas versiones Cloud lo dejan a uno probar los juegos antes de comprarlos, específicamente para discernir si tu conexión a internet es la adecuada para este tipo de juegos. Para sacarme la duda sobre si estas versiones eran tan malas como todo el mundo dice, descargué esta demo y probé el primer Kingdom Hearts, aunque quizás sería más adecuado decir que intenté probarlo. La cuestión es que Cloud gaming en la Switch pareciera ser un verdadero desastre para la gran mayoría de la gente. El juego constantemente me alertaba sobre la supuesta mala calidad de mi conexión, y controlar a Sora se sentía terrible, con un delay tan grande entre los botones que apretaba y los movimientos de Sora que no se me ocurre cómo alguien podría jugar esto. Llegado cierto punto, el juego directamente me volvió a llevar a la pantalla principal, porque asumió que mi conexión no era lo suficientemente buena como para seguir jugando.
Frustrado por Kingdom Hearts, me propuse probar otros juegos que tienen versiones Cloud en Switch, para confirmar si el problema era Kingdom Hearts o si venía por otro lado. Después de descargar las demos de Hitman 3 y The Forgotten City, puedo decir con bastante seguridad que Kingdom Hearts no era el inconveniente, ya que ni siquiera pude empezar las demos de esos juegos. Por alguna razón, ambos insistían en que mi conexión era mala y directamente no me dejaron ni siquiera jugarlos. Esas experiencias, sumadas a aquella vez que probé la demo Cloud de Control hace un tiempo, realmente me hacen dudar sobre las posibilidades de este tipo de juegos en la consola de Nintendo. De nuevo, Doom Eternal puede correr en la Switch; imagino que algún estudio puede ser lo suficientemente eficiente como para portear muchos de estos juegos a esta consola.
Quizás lo que más impotencia me da y lo que me parece el problema más grande es que mi conexión a internet no es exactamente mala. Allá cuando probé la demo de Control, todavía tenía una conexión de 25 MB de bajada, y si bien no funcionaba de la mejor manera al menos podía jugar esa demo. Ahora, tengo una conexión de 100 MB, algo que se podría considerar como una conexión promedio en donde vivimos, y así y todo hay juegos para los que esa velocidad es lo suficientemente mala como para ni siquiera arrancar aunque intente jugarlos sentado literalmente al lado del módem. Para colmo, la Switch no es una consola realmente pensada alrededor de conexiones online estables; la única manera de conectarla a internet es mediante Wifi, salvo que estés dispuesto a comprar el adaptador para cable LAN que se vende por separado. Esto no debería ser tan engorroso en una consola moderna como la Switch, pero por alguna razón Nintendo decidió que así lo sea.
Al no poder probar por mi cuenta estos juegos, o probarlos en condiciones “óptimas”, no me quedó otra que recurrir a testimonios y videos. Gente como las eminencias de Digital Foundry testearon en su momento esta funcionalidad y ni siquiera ellos pudieron conseguir resultados satisfactorios. Al fin y al cabo, jugar en la nube no es más que streamear un juego que está corriendo en otro lado, y por lo tanto la calidad de ese stream probablemente no vaya a ser muy diferente a la calidad de un video de Youtube o una serie de Netflix. Por más que parezca que la conexión sea estable, cualquier caída puede hacer que la resolución baje y que la latencia aumente de sobremanera. Así realmente no dan ganas de jugar, ni siquiera a títulos que no requieren una respuesta demasiado inmediata de los controles como puede ser The Forgotten City.
La verdad es que el Cloud gaming en la Nintendo Switch pareciera ser un desastre. He de admitir que no tengo experiencia en otros servicios como Playstation Now (que ni siquiera está disponible en nuestro país) o Google Stadia (que pareciera que en cualquier momento nos va a abandonar), pero lo cierto es que jugar en la nube nunca va a poder reemplazar el jugar en el hardware para el cual el juego fue diseñado. Es una lástima que la Switch sea una consola que no puede correr los últimos juegos salvo que los estudios inviertan altas sumas en ports que quizás no venderán lo suficiente, pero Cloud gaming no es la respuesta. Si un juego como Kingdom Hearts 1 es injugable de esta manera, la verdad que no vale la pena seguir intentando con otros juegos.