La noticia de que Microsoft compró Activision Blizzard por casi 70 mil millones de dólares fue tremenda. Esta compra se convirtió en el nuevo récord no solamente de la industria del gaming, sino de las industrias tecnológicas en general. Algunos se la veían venir, mientras que a otros los tomó por sorpresa, pero dejando eso de lado hay una cosa que es seguro: esta transacción va a marcar un antes y un después en el gaming. En cierto punto es fácil predecir qué es lo que puede pasar después, pero cuanto más uno se pone a pensar, más se da cuenta que hay demasiados factores en juego. Microsoft ahora es dueño de Activision Blizzard, ¿y qué sigue después? ¿Ahora qué pasa?
Quizás el interrogante de más alto perfil es qué pasará con Activision Blizzard en cuanto a su liderazgo y cultura como compañía. El estudio viene de meses en los que sus empleados denuncian atrocidades, tratan de organizar un movimiento sindical y piden la renuncia del CEO Bobby Kotick. Activision Blizzard se encontraba prácticamente en su peor momento ante el ojo público, y esta compra es quizás la oportunidad perfecta para eliminar algunos problemas de raíz. Según algunos reporteros con fuentes dentro de Activision Blizzard, los empleados tienen esperanzas de que vengan cambios para mejor, considerando que la cultura dentro de los estudios de Microsoft es muchísimo mejor que en Activision Blizzard.
Sin embargo, lamentablemente el problema de Bobby Kotick va a seguir persistiendo. Durante la etapa de transición (porque técnicamente la compra todavía no está terminada) Kotick seguirá siendo el CEO de Activision Blizzard. Nuevamente, según algunos reporteros una vez que la compra se consolide Kotick será desplazado de su cargo. Esto es algo extremadamente necesario para garantizar un mejor futuro a los trabajadores de Activision Blizzard, pero igualmente es decepcionante la manera en la que Kotick se irá. Según algunos cálculos, al momento de retirarse Kotick se llevará una suma de casi 300 millones de dólares en concepto similar a una indemnización por despido. Ninguna persona vale ese dinero, y mucho menos alguien que arruinó tantas vidas como Kotick. Lo único bueno es que al menos bajo Microsoft el estudio puede empezar a hacer cambios positivos.
Más allá de lo que tiene que ver con los trabajadores, por supuesto que está la pregunta sobre qué pasa con los juegos. Xbox viene de hacer muchísimas compras y el objetivo es claro: conseguir contenido para sus servicios. Xbox Game Pass es sin dudas el arma más importante que tiene Microsoft en cuanto al gaming, y esta compra lo fortalece todavía más. Desde el vamos, Phil Spencer ya dijo que apenas puedan van a tratar de incluir todos los juegos de Activision Blizzard que puedan en el servicio, lo cual elevará Xbox Game Pass todavía más. Ya la compra de Bethesda le dio muchísimo más valor a esta suscripción, y ahora con estos juegos es todavía más difícil no recomendar Xbox Game Pass.
Así y todo, quedan dudas sobre el futuro: ¿qué va a pasar con los juegos en cuanto a exclusividad? Esta compra significa que Xbox es ahora el hogar de juegos como Call of Duty, Overwatch, Diablo e incluso Crash y Spyro. Viendo lo que pasó con Bethesda y Starfield es lógico pensar que la exclusividad es inevitable, pero realmente lo dudo. Juegos como Call of Duty son muy grandes como para limitarlos a una plataforma. Lo que seguramente pasará es que los juegos seguirán siendo multiplataforma, pero al estar disponibles en Xbox Game Pass vas a tener mejor razón para jugarlos en las plataformas de Microsoft. ¿Para qué gastar $70 dólares en Overwatch 2 en Playstation si seguro lo podés jugar con Game Pass?
Y es ahí donde aparece el otro gran interrogante: ¿cómo va a reaccionar Sony? Mientras que corren los rumores sobre una versión de Game Pass para Playstation que parece nunca llegar, Microsoft hace movida tras movida. Sony parece quedarse en el camino, pero una compra de esta magnitud definitivamente no va a pasar desapercibida. Es probable que ahora mismo Sony esté evaluando estudios que comprar para no quedarse atrás, especialmente si desea competir con Game Pass. A este paso, no sería raro que en un futuro no muy lejano este tipo de compras se convierta en algo más común. Si tanto Sony como Microsoft necesitan contenido para que sus servicios atraigan gente, ¿qué mejor manera que comprar a la gente que hace el contenido?
Por supuesto que todo esto es imposible de predecir a la perfección, y que todavía quedan muchísimas preguntas más por responder y temas por analizar. Podría hablarse de cómo esto puede llevar a una monopolización del gaming, o esta situación podría compararse a los servicios de streaming de video en cuanto a contenido exclusivo. Lo cierto es que Microsoft acaba de gastar una suma de dinero que parece irreal en una compra que realmente va a dejar una enorme marca en el gaming. Como esto siga así, no sorprendería que alguien termine comprando a otros grandes como Take-Two, Capcom o Square Enix, por más loco que eso suene. Este 2022 recién empieza, pero las cosas en el gaming parecen estar más movidas que nunca. Si así arrancamos, quedará por verse qué es lo que nos depara el resto del año.