Es bien sabido que las Game Jams son una excelente fuente de contenido original e interesante, siempre siguiendo una temática específica y viendo cómo la adapta el desarrollador para alcanzar sus límites. En el caso de la Brackeys Game Jam 2 el tema era “El Amor es Ciego”, y los juegos presentados seguían de una forma u otra ese concepto. Entre ellos, The Infinite Mirror ofrecía uno de los mejores balances entre estética, jugabilidad e ingenio.

La pobre Carmen se siente desolada. No tiene a quién querer. Por fortuna escucha acerca del mítico “Espejo Infinito” que, dicen, muestra en su reflejo aquello que nos hará inmensamente felices. En búsqueda de dicho instrumento parte nuestra protagonista, pero su periplo no será sencillo; pues en su camino se enfrentará a una colección de pequeñas habitaciones cuyas puertas no se abrirán hasta no recolectar todos los corazones del área. ¿El problema? Por cada corazón obtenido, nuestro rango visual disminuye.
Los primeros niveles están diseñados para acostumbrarnos a esta mecánica; son escenarios sin mayor peligro que perdernos en sus estructuras; pero con el paso del tiempo se añadirán obstáculos y trampas, fáciles de detectar cuando nuestra visión es total, pero una verdadera amenaza cuando el círculo de visión a nuestro alrededor nos juega en contra. Se hace énfasis en memorizar el diseño del nivel y en avanzar cada vez con más cuidado para no caer víctima de lo que se oculta en la oscuridad, volviendo al juego un desafío mayor a cada paso.

The Infinite Mirror parece poca cosa, pero su agradable apartado gráfico e inusual mecánica de juego lo vuelve una experiencia que acapara nuestro interés. ¿Podrá Carmen encontrar lo que busca? Ahí ya depende de nosotros descargar el juego y darle una merecida oportunidad.