MOMENTO COMPUMUNDO – ANÁLISIS: FIREWATCH (PS4, PC)

Analisis de Ignacio Esains

La idea del escapismo esta grabada a fuego en la estructura de los videojuegos modernos. Mundos virtuales, cada vez mas inmersivos, que ofrecen un calido refugio de los problemas del mundo cotidiano.

La enorme mayoria de los videojuegos ofrecen ese escape, y Firewatch es uno de ellos, pero el logro de Campo Santo esta en realizar una fantasia escapista que a la vez habla directamente de las razones por las que escapamos, y de la imposibilidad de quedarse resguardado en esos refugios, sean virtuales, reales, o emocionales.

 src= El protagonista de Firewatch es Henry, un cuarenton en crisis que esta empezando una jornada de tres meses como vigia en el gigantesco (y real) parque nacional Shoshone… el lugar perfecto para meditar y alejarse de ciertos problemas domesticos que atormentan al pobre Henry (comunicados en una secuencia interactiva brillante, un toque de experimentacion que se extraña en el resto del juego). Por supuesto, las cosas se complican ni bien llegamos a nuestro puesto. Misteriosas desapariciones, cripticas cartas de los antiguos moradores de la torre, siluetas en la noche.

Desde el primer momento Firewatch nos ofrece admirable libertad para recorrer el enorme mapa de la seccion del Shoshone que nos toca vigilar, pero las interacciones con este espacio estan limitadas a manipular ciertos objetos y resolver simples puzzles ambientales. A simple vista Firewatch parece un juego de exploracion, pero es una aventura grafica clasica que, sin embargo, aprovecha al maximo la perspectiva en primera persona. El aspecto visual del juego es impactante, una recreacion impresionista de la belleza natural de la meseta norteamericana, sus pastos dorados, sus atardeceres rojos, sus torres desgastadas por el tiempo. Campo Santo destila belleza hasta de las catastrofes naturales, enmarcando uno de los momentos mas poeticos del juego alrededor de un incendio forestal en la distancia.

Henry esta solo en su seccion del bosque, y su unica compañia es una voz en la radio. Delilah, la supervisora de Henry, es la gran creacion de Firewatch: un alma solitaria, infinitamente curiosa, que puede pasar de comprensiva a sarcastica en segundos y que prestara mucha atencion a lo que le digamos, con memoria digna de un personaje de Telltale (estudio del que salieron los diseñadores narrativos de este juego). Las conversaciones con Delilah nos ayudan a enriquecer nuestra propia opinion de Henry, un personaje lleno de fallas que esta muy lejos de ser el heroe de su propia historia. Nada de esto seria efectivo de no ser por las sublimes actuaciones de Rich Sommer (el siempre ofuscado Harry Crane de ‘Mad Men’) y la actriz fetiche de Telltale Cissy Jones, que entre muchos otros personajes interpreto a la atormentada Katjaa, esposa de Kenny en la primera temporada de The Walking Dead.

La estructura de Firewatch refleja con sutileza la experiencia de Henry. Pasamos nuestros primeros dias cumpliendo objetivos triviales, charlando con Delilah de la vida, pero de a poco el misterio empieza a consumirlo todo, y la historia se vuelve urgente, emocionante, camino a una controversial, inesperada resolucion que ha generado amores y odios, pero que es consistente con el planteo narrativo y emocional del juego.

No se puede negar la influencia de Gone Home sobre Firewatch. Aquel emblematico indie utilizaba las tecnicas del gaming ‘triple A’ (primera persona, narrativa a traves de diarios de texto y audio, ambientacion inmersiva) para contar una historia cotidiana, y Firewatch hace algo parecido cayendo en algunos de los mismos baches que limitaban al juego de The Fullbright Company. Como Gone Home, seria un juego perfecto para recomendar para un publico no-gamer si no fuera porque sus controles son tan complejos como los de cualquier Call of Duty. La combinacion de botones para contestar la radio es innecesariamente confusa, y lo mismo pasa con el frustrante mapa, a mitad de camino entre un sistema realista y el tipico mapa de videojuego.

Las cinco horas que dura Firewatch estan equilibradas a la perfeccion, el tiempo justo para disfrutar el impactante escenario y enfrascarse en las rutinas de Henry sin caer en el tedio de la repeticion. Nuestros primeros pasos en Shoshone parecen indicar que estamos frente a una obra maestra, pero de a poco las limitaciones (quizas de presupuesto, quizas de ambicion) de Campo Santo terminan irritando. Lo que al principio parece un enorme mundo abierto revela poco de interes para el explorador, la fascinante experimentacion de los primeros 15 minutos no se repite y las conversaciones con Delilah sufren del efecto Telltale: digamos lo que digamos, el resultado suele ser el mismo.


Firewatch es una experiencia satisfactoria, imperdible para los entusiastas de este tipo de aventura… pero a pesar de sus logros es imposible quitarse de la boca el gusto a poco que deja esta historia pequeña, adulta, muy bien contada, que aprovecha al maximo las posibilidades narrativas de las aventuras graficas en primera persona y que, sin embargo, podria haber llegado mucho mas lejos.

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