Antes del lanzamiento de Xbox Series X y S, Microsoft anunció que estaba trabajando para integrar la tecnología DirectStorage, una de las más importantes de la nueva generación de consolas, en PC.
DirectStorage básicamente permite que una gran cantidad de información sea enviada directamente a la placa de video desde el disco en estado sólido, alivianando el trabajo del CPU en el proceso.
“En un mundo donde un juego sabe que necesita cargar y descomprimir miles de bloques para el siguiente cuadro, el modelo uno a la vez da como resultado una pérdida de eficiencia en varios puntos del viaje del bloque de datos. La API de DirectStorage está diseñada de manera que tiene todo esto en cuenta y maximiza el rendimiento a lo largo de toda la canalización, desde la unidad NVMe hasta la GPU”, había explicado la empresa en septiembre de 2020.
Y esta semana finalmente se habilitó la API que le va a permitir a los desarrolladores aplicar la función tanto en Windows 11 como en Windows 10, aunque la empresa recomienda la última versión del sistema operativo.
“Este lanzamiento público de SDK inicia una nueva era de tiempos de carga rápidos y mundos detallados en los juegos de PC al permitir que los desarrolladores aprovechen al máximo la velocidad de los últimos dispositivos de almacenamiento”, dice la empresa en el anuncio.
Forspoken, el juego exclusivo de PlayStation 5 y PC recientemente retrasado, va a ser uno de los primeros títulos en aprovechar los beneficios de DirectStorage. pero no lo vamos a ver hasta octubre.
En consolas de nueva generación la tecnología ha permitido tiempos de carga casi instantáneos, además de abrir la puerta a un nuevo formato de diseño para los juegos, que no tienen que considerar esa espera — como es el caso de Ratchet & Clank: Rift Apart.
