Un grupo de empleados de Riot Games está organizando un paro y movilización a las puertas de las oficinas para protestar contra el intento de la empresa de obligar a dos empleadas a aceptar una mediación para resolver la demanda presentada el año pasado.
En julio del año pasado el portal Kotaku publicó una investigación en la que detallaba la cultura sexista existente en Riot Games, el estudio responsable del fenómeno League of Legends. El artículo, que recolectaba testimonios de casi treinta empleadas y ex empleadas de la compañía, dejaba en evidencia que parte de la toxicidad del juego existía también puertas adentro.
Semanas después Riot Games publicó una entrada en el blog de la compañía en la que se disculpaba con sus empleadas por no ser un lugar seguro y prometía cambios profundos. “Tenemos que introducir estos cambios en nuestro ADN y no dejar lugar al sexismo o la misoginia,” dice el texto.
“La inclusión, la diversidad, el respeto y la igualdad no son negociables. Aunque hay mucho por mejorar, hay mucha buena voluntad en Riot Games que impulsará estos cambios. Esta es nuestra prioridad hasta que hagamos lo correcto.”
Aún así, durante los meses siguientes, varias ex y actuales empleadas se unieron en una demanda colectiva contra la compañía por promover un ambiente de trabajo y una cultura sexista, alegando que “como muchas de las empleadas, a las demandantes se les ha negado pago igualitario y han visto sus carreras estancadas sólo por el hecho de ser mujeres.”
“Además, las demandadas también han sufrido el impacto negativo de las condiciones de trabajo, que incluyen constante acoso sexual, conductas cuestionables y parcialidad, que son constantes en el ambiente de trabajo hostil en Riot Games.”
Para ilustrar el ambiente masculino de trabajo, la demanda detalla episodios que involucraban al jefe de operaciones Scott Gelb, quien “en broma” se tiraba pedos encima de los empleados o les tocaba los genitales. Aparentemente Riot Games está funcionando dentro de una función de Corona de principios de la década del ochenta y nadie nos contó. Como respuesta, en diciembre de 2018 Gelb fue suspendido por dos meses sin goce de sueldo, lo que muchos de los empleados consideraron un castigo demasiado leve.
En marzo de este año, para celebrar el regreso del pedorrero, Riot Games contrató a Angela Roseboro, una ex ejecutiva de Dropbox que se convirtió en la primera encargada de diversidad del estudio. En el blog de la compañía Roseboro se mostró ansiosa por hacer su parte para asegurarse de ‘crear una cultura que promueva la individualidad de cada Rioter y una comunidad de la que todos puedan sentirse parte.”
Todo parecía empezar a encaminarse dentro de Riot Games, pero a finales de la semana pasada la empresa presentó una moción para impedir que dos de las cinco empleadas que presentaron la demanda puedan llevar su caso a la corte. El argumento de la empresa es que cuando fueron contratadas, las empleadas renunciaron a su derecho a demandar a la empresa y acordaron hacer uso de las cláusulas de mediación — una práctica común que utilizan las compañías para evitar intervención de la justicia.
“No hay discusión al respecto. Las demandantes acordaron la mediación,” dice el documento presentado por la compañía al que accedió el portal Kotaku. “Los reclamos de discriminación, acoso y represalias, así como los reclamos de pagos atrasados están listados expresamente.”
Para protestar contra esta respuesta de Riot Games, que contrasta con las promesas realizadas hace menos de un año, un grupo de empleados organizó una movilización a las puertas de la oficina el lunes 6 de mayo — una práctica conocida como walkout que se vuelto común como una forma pacífica de reclamo contra políticas corporativas.
“La administración prometió constantemente acciones y transparencia pero no cumplió con esa promesa,” dijo uno de los empleados que fue contactado por el portal. “La noticia de la mediación forzada encendió la llama y algunos decidieron actuar al respecto.”
Los organizadores del reclamo solicitan que la empresa abandone su intención de forzar la mediación dentro de los próximos seis meses y se comprometa a no utilizar el recurso en actuales o futuras demandas. Sin embargo, de acuerdo a las declaraciones de algunos trabajadores, hay mucha incertidumbre respecto del nivel de participación en la protesta.
“No sé a qué escala será, y tampoco lo sabe nadie con quien haya hablado. Por eso no voy a participar,” dijo una empleada en confidencia. “Creo que cualquier organización de trabajadores es saludable, por lo que la apoyo aunque participe o no.”
El temor es natural. Al no haber una organización sindical que proteja a los trabajadores, cualquier reclamo o descontento que pueda ser identificado los deja expuestos a represalias de la empresa. Aunque los walkouts realizados por empleados de Google no afectaron a la fuerza de trabajo, los ejecutivos de Riot Games claramente no están dispuestos a lidiar con el conflicto de manera pacífica.