Más de siete años después de su debut, la segunda portátil de Sony, la PlayStation Vita, dijo basta. Hace unos días se había confirmado que la producción de la consola había cesado y hoy el portal japonés Gematsu descubrió que las páginas de la tienda para los últimos dos modelos de Vita (PS Vita Black y PS Vita Aqua Blue) ahora incluyen la leyenda “shipment complete” (“Envíos completados”), indicando que Sony no distribuirá más unidades.
La empresa, que abandonó los desarrollos para la consola en 2015, había anticipado en la Tokyo Game Show del año pasado que la producción finalizaría durante este año y que no había intenciones de producir una sucesora. “Actualmente no tenemos planes para un nuevo dispositivo portátil,” dijo en aquel entonces Hiryuki Oda, el vicepresidente de Sony Interactive Entertainment.
Cuando parecía que Sony había aprendido de los errores cometidos con la PSP lanzó la PS Vita, una consola que no solo arrastraba varios de los problemas de su predecesora sino que además tenía algunos nuevos muy propios. La inútil superficie táctil trasera, la ausencia de gatillos, la tarjeta de memoria propietaria, la interfaz incómoda, los juegos siempre desarrollados por los equipos B de sus grandes estudios, y muchas cosas más.
Aún así la consola cumplió a medias sus promesas de unir la brecha que separaba el gaming portátil de las consolas hogareñas. La retrocompatibilidad y excelentes versiones de algunos de los juegos independientes más importantes de los últimos años (como Spelunky, Severed, Hotline Miami, Shovel Knight y Rogue Legacy) dejaban ver el potencial de un sistema que nunca terminó de despegar. Ni siquiera exclusividades de alto nivel como Gravity Rush, Uncharted Golden Abyss o Persona 4: Golden consiguieron sacarla del olvido ante la accesibilidad, el catálogo y la masividad de la 3DS. La ausencia de franquicias que mantuvieron viva a la PSP en Japón por años, como Monster Hunter, fue letal.
¿Vale la pena comprar o aferrarse a una Vita hoy en día? En lo personal, yo le sigo dando uso. Recientemente comencé Iconoclasts, uno de los últimos juegos gratuitos que dio Sony a través de PlayStation Plus y me quedaron muchos juegos colgados de años anteriores. Además a veces la uso con el Remote Play para jugar juegos que no dependan demasiado de los reflejos —léase aventuras narrativas—.
Por otro lado, dicen las malas lenguas que ahora que la consola está discontinuada ciertos hackers van a liberar algo de código para ejecutar software no del todo legal, algo que desde acá condenamos, pero no podemos controlar lo que ustedes vayan a hacer en su tiempo libre o con los aparatos que compraron con su dinero.
Si deciden hacerse con una portátil por la razón que sea o encontraron una en el ropero y no saben qué hacer con ella, no dejen de pasar por esta nota en la que enumeramos los diez juegos exclusivos que no podés dejar de probar.
Se nos fue la PlayStation Vita. Y nunca salió el Bioshock que prometió Ken Levine. Aunque viendo las versiones horribles de XCOM: Enemy Unknown y Borderlands 2 medio que se nos pasa el enojo.