Uno de los paneles de la conferencia GameLab (la misma en la que Shawn Layden dijo que el modelo actual de la industria es “insostenible”), el diseñador Ken Levine habló de su nuevo proyecto dentro del debutante estudio Ghost Story Games, formado en 2014 después del lanzamiento de Bioshock Infinite.
Aunque el objetivo de la fundación de Ghost Story Games era trabajar con un equipo reducido en experiencias con una estructura de “legos narrativos” que se combinarían para ofrecer un alto nivel de rejugabilidad, seis años después no hemos visto ni una pieza de arte conceptual.
Sin embargo el diseñador ha ofrecido indicios durante los últimos años: en 2015 dijo que sería un juego de ciencia ficción en primera persona y dos años después aseguró que utilizará un sistema Nemesis como el de Middle-Earth: Shadow of Mordor.
En esta oportunidad Levine dijo que aunque no puede hablar del proyecto en sí, “incluye algunas cosas muy extrañas”.
“Creo que si le gente no dice ‘eso suena un poco loco’, no estás empujando los límites lo suficiente,” dijo. “Porque los grandes proyectos existen en el límite de ‘lo extremo’ y ‘lo correcto’ y a veces tenés que ir un poco más allá, hacer algo ridículo y luego dar unos pasos atrás.”
Levine asegura que la única forma de conocer los límites es superarlos y proponer algo que suene ridículo, aunque eso implique que sus colegas piensen que está loco:
“Eso significa que a veces tenés que ir a la oficina y decirle algunas cosas al resto y que te miren como si estuvieras loco. Después retrocedés un poco para crear algo que sí puedas lograr.”
El diseñador también habló de Bioshock, una serie que 2K estaría lista para revivir de la mano del estudio Cloud Chamber fundado en diciembre del año pasado. Al respecto explicó que ya dijo “lo que quería decir al respecto” y está interesado en algo “un poco diferente.”
