El faltante de chips que viene afectando desde hace ya casi un año la producción de nuevas consolas y placas de video ha generado una oferta limitada y precios inflados. Y según el CEO de Intel, no va resolverse en el corto plazo.
Durante una entrevista con CNBC, Pat Gelsinger dijo que el problema va a continuar por lo menos hasta 2023.
‘Ahora estamos en el peor momento y cada trimestre el próximo año va a mejorar gradualmente, pero no va a haber un equilibrio entre oferta y demanda hasta 2023’, dijo.
Gelsinger no es el primer ejecutivo en predecir que la falta de stock va a continuar durante varios meses más, pero sin dudas es el más pesimista de todos. AMD había dicho que podíamos esperar que la situación mejorara en 2022, proyección que compartían tanto Sony como Microsoft, que anticiparon una mejoría en el segundo trimestre del año próximo.
La situación es delicada, porque a los problemas en la cadena de producción de semiconductores se suman las consecuencias de la pandemia, que siguen sintiéndose en todos los ámbitos.
Los videojuegos y la informática general no fueron las únicas industrias afectadas: los vehículos que dependen de chips también sintieron el impacto en la disponibilidad de productos, e incluso Samsung tuvo que cancelar una línea de celulares por la falta de componentes.
La dificultad para conseguir una consola continúa alimentando las arcas de los compradores masivos que usan bots para agotar el stock de inmediato y generando una esperable inflación en los precios. Si estabas planeando conseguir una nueva máquina parece que hasta bien entrado el año la situación no va a normalizarse.