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Hideo Kojima vs. Konami, o cómo Metal Gear perdió a su creador

De alguna manera, el germen del desgaste de la relación entre Hideo Kojima y Konami se remonta a 2008. Más específicamente al colapso de la financiera Lehman Brothers, cuando la crisis económica internacional abarató los costos de publicidad en la televisión japonesa y le dio a pequeños estudios desarrolladores de juegos gratuitos para dispositivos móviles la misma exposición que las grandes corporaciones. 

Ese cambio de paradigma generó un crecimiento exponencial del (ya gigante) mercado de móviles en la región y dejó en evidencia la falencia de los modelos de negocio tradicionales. Konami, que venía de años de pérdida o magra ganancia, apostó fuerte a ese segmento del público y se encontró en 2011 y 2012 con un aumento de 80 por ciento de las utilidades gracias a Dragon Collection y Sengoku Collection, dos juegos gratuitos para dispositivos móviles que acumularon más de nueve millones de usuarios entre ambos.

Konami encontraba una gallina de huevos de oro en los móviles pero en sus oficinas Kojima continuaba siendo el niño mimado. El creativo participaba como consultor (a la distancia) de las dos partes de Castlevania: Lords of Shadow, se encontraba en las etapas finales de desarrollo del motor FOX Engine y se preparaba para mostrar al mundo la que terminaría siendo la última entrega de la saga Metal Gear Solid – además (nos enteraríamos años después) fue que en aquel momento en el que la empresa también le dio las riendas de la saga Silent Hill, que venía de un fracaso comercial y de críticas con Silent Hill: Downpour. 

Pero si a finales de 2012 Konami era Kojima y diez más, ¿cómo es posible entonces que una de las figuras más importantes de la industria y el creador de una serie que vendió decenas de millones de copias haya sido despedida de la manera más humillante posible?

Sucede que como todos los genios, Hideo también tiene sus excentricidades. En una industria en la que el tiempo es dinero su característico perfeccionismo se convirtió en un arma de doble filo: productos pulidos al extremo por un lado y retrasos constantes y asperezas con la compañía por el otro, asperezas alimentadas por los los fracasos comerciales de grandes proyectos como la serie Zone of the Enders, Metal Gear Solid: Peace Walker, y el spin-off Metal Gear Solid Rising: Revengeance.

La Konami sin rumbo de aquellos años necesitaba un norte y apostó sus últimas fichas a Hideo, quizá más por inercia que por elección.

Por desgracia a fines de 2013 el horizonte no se veía prometedor. Pro Evolution Soccer 2014, el primer proyecto en utilizar el FOX Engine de Kojima Productions, recibía duras críticas de la prensa y los jugadores en parte por las carencias propias del motor, mientras que el desarrollo del nuevo Metal Gear estaba en plena producción sin fecha confirmada aún. La empresa necesitaba ingresos urgente para continuar financiando el pozo sin fondo de recursos en el que se había convertido The Phantom Pain (cuyo costo total se estima en más de 80 millones de dólares) y la respuesta fue el lanzamiento de Metal Gear Solid: Ground Zeroes, una especie de demo paga que llegó en marzo de 2014 y a pesar de sostenerse por peso propio se sentía apenas como un prólogo que debería haber estado incluido en el juego principal. 

Sin embargo, la controversia que giró alrededor de Ground Zeroes fue olvidada casi de inmediato cuando apenas unos meses después, durante la GamesCom de ese año, Sony presentó P.T., una experiencia críptica y aterrorizante que era en realidad un teaser jugable de Silent Hills, el comienzo de una nueva era para la franquicia de terror pensada por Kojima y Guillermo del Toro y protagonizada por Norman Reedus.

Parecía que otra vez que Kojima tenía todos los ases en la manga. Pero la alegría duraría poco.

En marzo de 2015 los primeros indicios de problemas aparecieron cuando Konami eliminó el nombre de Kojima de todos los productos del creativo. La leyenda “A Hideo Kojima Game” desapareció de todo el marketing de Metal Gear, desde la Legacy Collection hasta The Phantom Pain. Su título de “Oficial Ejecutivo de Contenido” fue revocado y la flamante oficina de Kojima Productions en Los Angeles pasó a llamarse simplemente Konami Los Angeles. La empresa alegó que todo era parte de una reestructuración que apuntaba a un sistema unificado en la casa central, pero los reportes de la salida de Kojima ya empezaban a circular. Metal Gear Solid V: The Phantom Pain tenía fecha de lanzamiento programada para el primero de septiembre de ese año y el contrato de Hideo vencía en diciembre. La ruptura era inminente.

Konami eliminó el nombre de Hideo Kojima de todas las ediciones de Metal Gear Solid

Por supuesto no había forma que el resto de los proyectos continuaran en desarrollo. Semanas después de estos eventos Guillermo del Toro afirmó en una entrevista que Silent Hills había sido cancelado, noticia que confirmó Konami cuando anunció que eliminaría P.T. de la tienda de PlayStation definitivamente.

En medio de la tormenta, Kojima aseguró a través de un comunicado que seguía comprometido con el desarrollo de The Phantom Pain, pero después del lanzamiento su destino era incierto. 

El viernes 9 de octubre de 2015 Hideo Kojima abandonó las oficinas de Konami por última vez después una ceremonia de despedida a la que asistieron colegas, pero en la que no dijeron presente ni el presidente de la compañía Hideki Hayakawa ni el CEO B, quizá dando un adelanto de su última jugada sucia: impedirle al creativo asistir a los Video Game Awards en diciembre de ese año para recibir el premio al mejor juego de acción y aventura de 2015 y cementar el quiebre.

Afortunadamente, una historia llena de altas y bajas terminó en con una buena noticia. El 15 de diciembre a través de un video el por entonces presidente y CEO de Sony Computer Entertainment Andrew House anunció que Kojima se uniría a PlayStation para trabajar en un nuevo juego: el proyecto Death Stranding. Mientras tanto en Konami las condiciones de trabajo empeoraron a punto tal que el equipo desarrollador del mal visto Metal Gear Survive se tomó la libertad de dejar un pequeño mensaje oculto en el juego para apoyar y celebrar el legado de Hideo.

Treinta años después del lanzamiento del primer Metal Gear comenzó una nueva etapa para Hideo Kojima en la que parece haber volcado gran parte de su experiencia con Konami durante los últimos años. Vale recordar el primer trailer de Death Stranding, en el que el personaje de Norman Reedus despierta en una playa de arenas oscuras con esposas rotas, unido a través de un cordón umbilical con un bebé que luego desaparece en sus brazos mientras suena la canción “I’ll keep coming” (“seguiré viniendo”). 

No hay que ser psicólogo para ver que Reedus es Kojima, el bebé es Metal Gear y esas amenazantes figuras que flotan en el cielo son los ejecutivos de Konami. En Death Strading los jugadores deberán reconectar ciudades aisladas y una sociedad fragmentada mientras redescubren la importancia de crear vínculos y conexiones con otros, una experiencia que será objeto de estudio por años después de su debut el 8 de noviembre próximo en PlayStation 4.

Con todas sus particularidades, es innegable que Kojima es una figura única e irrepetible en la industria. Tendremos que ver si para él hay vida después de Metal Gear Solid.