Seguramente no conozcas el nombre de John Kirby, pero sin este abogado que falleció la semana pasada, la historia de Nintendo hubiese sido muy distinta.
En 1982, el estudio de cine Universal demandó a Nintendo por millones de dólares, alegando que el juego Donkey Kong era un plagio de la película King Kong.
Nintendo contrató a John Kirby, que montó una defensa brillante y demostró que King Kong estaba en el dominio público por el tiempo que había pasado luego del estreno de la película original de 1933, y el estudio que demandó a Nintendo terminó pagando 2 millones de dólares en gastos legales.
En homenaje, el presidente de Nintendo bautizó a la famosa bolita rosa con el nombre de Kirby, y de paso le regaló un yate valuado en 30.000 dólares ¿su nombre? Donkey Kong.
Pero su carrera comenzó mucho antes, en una pasantía en el Departamento de Justicia durante la década del 60, en medio del ascenso del movimiento de derechos civiles. Desde ese lugar realizó una investigación en el sur del país que demostró la discriminación que sufrían los ciudadanos afroamericanos en el país.
“Su descubrimiento de los métodos como los exámenes de alfabetismo, diseñados específicamente para excluir a los afroamericanos de votar ayudaron a formar las bases del Acta del Derecho a Voto de 1965,” cuenta el obituario publicado en el New York Times. “Durante su paso por la División de Derechos Civiles acompañó personalmente a niños afroamericanos a las escuelas, rodeado por agentes federales.”
El miércoles pasado, este héroe secreto dejó nuestro mundo a los 79 años, pero su homenaje seguirá vivo por siempre.