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El jugador de Call of Duty condenado a 20 años de cárcel por asesinato

En noviembre del año pasado Tyler Barriss se declaró culpable de un caso de swatting que terminó en la muerte de Andrew Finch (28) y una serie de falsas amenazas de bomba a universidades, shoppings e incluso las oficinas del FBI. Hoy el joven de 26 años fue sentenciado a veinte años de prisión.

Se conoce como swatting a la práctica de hacer una llamada al 911 denunciando una falsa situación de rehenes, homicidio o amenaza de bomba para enviar a las fuerzas de seguridad a la casa de una persona. Es un acto que por desgracia se ha popularizado en internet como una forma de atacar a otros jugadores o usuarios.

En diciembre de 2017 Barriss, quien ya se había hecho fama dentro de cierto círculo de jugadores, fue contratado por una de sus ex-víctimas de swatting, Casey Viner (18), para vengarse de Shane Gaskill (20) por una discusión que ambos habían mantenido durante una partida de Call of Duty: World War II.

Cuando Gaskill se percató de lo que planeaba Barriss, lo desafió a enviar a la policía a su casa y le proporcionó la dirección de una casa en la que había vivido hacía años. Barriss cumplió y la noche del 27 de diciembre de 2017 realizó una llamada al 911 diciendo que había matado a parte de su familia y mantenía al resto de rehén, y le dió a la operadora la vieja dirección de Gaskill.

Cuando las fuerzas de seguridad llegaron al lugar un desconcertado Andrew Finch atendió la puerta y, cegado por la luces y sordo por los gritos de los oficiales, intentó tomar el picaporte nuevamente, un movimiento que uno de los policías confundió con la intención de sacar un arma y lo abatió.

Casey Viner y Shane Gaskill también han sido acusados por la muerte de Finch, pero ninguno de los dos se declaró culpable, por lo que sus causas se elevarán a juicio.