Esta semana te contamos que Apex Legends había tenido un fin de semana complicadísimo, debido a que un grupo de hackers convirtió el juego en el terreno de lucha para un reclamo.
Pero según integrantes del equipo de Respawn, más que arruinarles un poco los días de descanso, la movida no consiguió nada relevante.
“Estaba con mi sobrino recién nacido cuando me enteré del hackeo de Apex”, dijo Ryan Rigney, el jefe de comunicación del estudio en su cuenta de Twitter. “Tuve que devolverlo, ir a trabajar, y perder un día completo con mi familia”.
Rigney continuó, explicando que el ataque estaba relacionado con una campaña de la que el estudio ya dijo públicamente que conoce, y que el problema no tiene que ver con eso, sino con que los ataques DDoS como el que sufre Titanfall son muy difíciles para resolver.
“El equipo nunca dejó de trabajar en soluciones a los ataques DDoS, y la lucha contra los cheats es solo una guerra interminable de tapar un agujero tras otro”, explicó. “Respecto de los ataques DDoS, vamos a resolverlos. Cuando lo hagamos, les prometo que no será porque los hackers ‘nos pusieron al tanto’ al arruinar unas vacaciones. No lograron nada de valor ‘.
El ejecutivo también apuntó contra los hackers no sólo por lo fútil del reclamo, sino también porque sus acciones obliga a los desarrolladores a invertir tiempo, energía y recursos en resolver esos problemas en lugar de crear nuevas funciones o agregar novedades a los juegos.
“Deseo que todos los hackers/cheaters/actores maliciosos que arruinan los juegos encuentren pasatiempos más satisfactorios. ¿Por qué usar tu talento para destruir comunidades?”, escribió. “La situación que afecta a los juegos de Titanfall en este momento es muy frustrante. Se requieren semanas de trabajo para abordar cada nueva estupidez”.
