Decir a esta altura que Red Dead Redemption 2 es uno de los fenómenos del año es redundante. El juego de Rockstar recibió puntajes casi perfectos de parte de la prensa (con un promedio de 97 según el relevamiento de Metacritic) y vendió millones de copias en sus primeras semanas disponibles.
El escándalo de las condiciones laborales bajo las cuales se desarrolló quedaron un tanto ahogadas ante la magnificencia de sus escenarios, la complejidad de sus mecánicas y el nivel de detalle de sus locaciones, y probablemente nunca vayamos a saber qué es lo que demandó volver este universo vivo una realidad.
Pero más allá del trabajo titánico de diseñadores y programadores, Red Dead Redemption 2 es un juego de sesenta horas con una historia rica y diálogos que atienden cada una de las situaciones en las que se hallan los personajes, por lo que el portal Eurogamer se contactó a Gabriel Sloyer, el actor de voz que interpretó a Javier Escuella, para hablar acerca de lo que fue convertirse en uno de los miembros de la pandilla de Dutch van der Linde.

Según Sloyer el trabajo de los actores de voz comenzó en 2013, durante las etapas iniciales de desarrollo de la precuela. Aunque, de acuerdo a lo que cuenta, no supo de qué juego se trataba sino hasta después de algunos meses. De hecho, en el comienzo no conocía ni siquiera el nombre del personaje.
“En el momento no sabía a quién estaba interpretando. Me di cuenta en los primeros meses, obvio. Sabíamos por las botas y el lenguaje que era un western,” explicó. Y no hace falta ser un genio… eventualmente dijimos, bueno ¿qué western hace Rockstar?”
El actor, que ha participado en series de Netflix como Narcos, Jessica Jones y Orange is the New Black, es un conocido de Rockstar por haber trabajado con la compañía en Grand Theft Auto V en un papel pequeño como el jefe de un cartel Oscar Guzman. Habiendo participado en el juego lanzado ese mismo año, Sloyer estaba confundido cuando entró a su primera sesión de grabación.
“Lo primero que grabamos fue el rescate de John de los lobos —que aparece al comienzo, aunque había una parte en la que Javier peleaba con los lobos en una cueva, así que no pasó exactamente como sucedió en el juego— o la secuencia de la pelea en el bar,” recordó. “Y yo pensaba ¿qué carajos? Acababa de terminar con GTA5 y no sabía lo que estaba pasando.”
El ritmo de trabajo aparentemente es intenso incluso para personajes secundarios como Javier. El actor participó en varias series de TV, películas y obras de teatro mientras grababa tres semanas cada tres semanas en Rockstar, durante las cuales nunca sabía con qué se iba a encontrar.
“Lo primero que tenés que entender es que cualquier cosa se puede descartar en cualquier momento,” confesó, dando cuenta de esas “semanas de trabajo hasta altas horas de la noche” de las que se jactaba Dan Houser en una reciente entrevista. “Si grabamos un martes, puede que reciba el guión el lunes, puede que las reciba el martes a primera hora, o puedo recibirlas mientras estoy entrando al estudio.”
Mantener el hermetismo en una empresa como Rockstar es complicado, en particular cuando el trabajo involucra actores de voz que no suelen ser muy respetuosos de los acuerdos de confidencialidad. Los cinco años de trabajo en Red Dead Redemption 2 implicaron no solo guardar el secreto (“No podés decirle ni a tu novia en qué estás trabajando”) sino también trabajar a ciegas durante gran parte del tiempo, sin saber de qué trata una escena o cuáles son los diálogos del resto de los personajes.
“Si estás en una escena en la que no tenés diálogos, no la recibís,” explicó. “Entonces podés estar presente en una escena, podés estar escuchando, pero ni siquiera sabías que estabas ahí.”
De igual manera las idas y vueltas, el secretismo y la edición sobre la marcha resulta en que muchas escenas hayan quedado afuera del juego final. Según confiesa Sloyer en un momento incluso consideró que la empresa estuviese haciéndolos grabar un final falso para que no superan cuál era el desenlace de la historia.

Uno de los elementos que más se destaca de Red Dead Redemption 2 y los juegos de Rockstar en general es el nivel de detalle y las opciones diálogo contextuales, que responden a cada una de las situaciones que se presentan en el mundo y vuelven las interacciones mucho más naturales y reales. Es fascinante verlo en acción pero, como imaginábamos, llevarlo a cabo es una tarea titánica.
“La gente no se da cuenta que necesitás diálogo para cuando Arthur está muy cerca o muy lejos, para cuando estás de buen o mal humor, para cuando te bañaste, cuando acaba de matar algo, cuando no ha matado algo, cuando te pateó para despertarte… es una cantidad de trabajo increíble.”
Por desgracia el actor no tiene nada para decir acerca de las condiciones de trabajo en la compañía, porque su interacción con otros empleados se limitaba a un par decenas de trabajadores en el estudio de grabación y los productores del juego. Siendo él y el resto de los actores de voz empleados protegidos por el sindicato de actores, no se vio sujeto a la presión y explotación que fueron noticia en las semanas previas al lanzamiento.
Sí puede hablar de cómo se generó un vínculo con el resto de la banda de Dutch. A medida que pasaba el tiempo, contó, los actores de voz fueron adoptando los roles de sus personajes en el grupo: Benjamin Byron Davis (Dutch) abocado a un crucigrama, Rob Wiethoff (John Marston) hablando de cemento y Roger Clark (Arthur Morgan) practicando su imitación de Bane durante los almuerzos.
Sin duda una experiencia que quedará para toda la vida, tanto como el tatuaje que demuestra que con Rockstar nunca hay que actuar antes de tiempo.
“Uno de los empleados se tatuó el logo del juego. ‘Red Dead Redemption 2’, con el número dos. Y después cambiaron el logo para que sea el dos en números romanos. Los miembros de la pandilla pensamos que quizá deberíamos hacernos tatuajes que tengan el número dos sólo para hacerlo sentir bien,” contó.
“No lo hicimos, decidimos no hacerlo. Pero por un momento…’