Análsis | Doraemon: Story of Seasons es un Stardew Valley en animé

A poco más de un mes para cumplir 26 años, Doraemon me hace sentir más viejo de lo que soy. Ya ni me acuerdo cuándo fue que estuvo en el aire ni exactamente por qué canal lo daban, pero sí recuerdo que lo veía siempre que podía. Este crossover de un animé tan querido con los juegos Story of Seasons (básicamente el nombre occidental de Harvest Moon hoy en día) busca combinar el encanto de este gato robot con un simulador de agricultura y cumple ese objetivo, aunque no sin algunos baches de por medio.

La historia de este juego no es exactamente la más original del mundo. Nobita y Doraemon encuentran una extraña semilla con una forma que nunca habían visto y no se les ocurre mejor idea que juntar a sus amigos y plantar esta semilla para ver qué pasa. Por supuesto que todo sale mal, y la semilla brota en un árbol gigante que los transporta en el espacio y tiempo a la ciudad de Natura, un pueblo agricultor. Si bien los aldeanos les ofrecen cobijo mientras el grupo encuentra una manera de volver a casa, el alcalde los urge a que estos infantes se consigan un trabajo, porque en Natura hasta los menores están obligados a aportar.

Dejando de lado este extraño mensaje sobre trabajo infantil, el único lugar donde Nobita consigue trabajo es como granjero. Con herramientas oxidadas y durmiendo en un cobertizo medio abandonado, nuestro protagonista queda a cargo de una granja extra que uno de los aldeanos tiene pero que carece de la mano de obra para trabajarla, mientras que sus amigos encuentran trabajos en otros establecimientos como la clínica, la herrería o incluso asistente del alcalde. Así, el grupo pasa sus días en esta ciudad mientras buscan las herramientas que Doraemon perdió al llegar y que parecen ser la clave para volver su época.

Una vez establecida la historia, nos tenemos que poner a cultivar y el proceso es bastante simple. Primero hay que limpiar un poco el campo, que está lleno de hierbas, ramas y piedras que hay que quitar con las diferentes herramientas que tenemos. Luego, se prepara la tierra y se plantan las semillas que podemos comprar en la tienda. Se le echa un poco de agua todos los días a nuestro cultivo y al tiempo tenemos la cosecha lista. Cada semilla se planta en diferentes estaciones (diferenciadas por el color de la bolsa de semillas) y cada cultivo tarda un determinado número de días en estar listo para la cosecha. Con nuestras flamantes verduras en mano, podemos depositarlas en una caja por donde Doraemon pasa todas las tardes a dejarnos dinero a cambio de lo depositado.

Esto no es una granja, esto es un descampado, hermano.

Este es el proceso en su aspecto más básico, pero si empezás a alejarte un poco vas a encontrar infinidad de sistemas que complementan el trabajo de granja. Además de cultivar vegetales, uno puede comprar vacas u ovejas para poner en establos construidos con la madera que cortemos de los árboles. Para cortar árboles más duros y hacer trabajos más eficientemente, debemos mejorar nuestras herramientas. Esto usa minerales que podemos excavar en una mina y dinero que conseguimos vendiendo nuestros cultivos o también los peces que pesquemos e insectos que capturemos.

Casi todo trabajo drena la barra de estamina de Nobita, que se recupera durmiendo o comiendo. Podemos cocinar con nuestros propios ingredientes pero para ello necesitamos una cocina, y antes una casa más grande donde ubicarla. Esta casa, junto con muebles y decoraciones, se encargan al carpintero que requiere de madera y dinero, y así se repite el ciclo constante de trabajo y recompensa. Prácticamente todo lo que uno decide hacer en un determinado día va a contribuir al progreso de una meta a más largo plazo y es muy fácil ponerse a planear objetivos y pasarse días del juego trabajando en ellos, ignorando casi todo lo demás que puede suceder.

Ahora sí está tomando forma, junto con esa estatua de Doraemon que por alguna razón me regaló el alcalde.

Y es que el trabajo no es lo único que ocurre en Natura. En nuestro calendario podemos ver las fechas de algunos eventos especiales, como una competencia de cosechas o el día de acción de gracias. Sin embargo, es prácticamente imposible formar parte de estos eventos durante el primer mes del juego debido al ritmo lento de progresión en general que ofrece este loop y es ahí donde se empieza a asomar el que quizás sea uno de los problemas principales de este juego.

Para ser un juego que trata de tener una historia, es demasiado lento. Apenas comienza, hay una hora entera de escenas donde no jugamos absolutamente nada, seguido de media hora de tutoriales. Una vez que el juego nos suelta la mano, transcurren aproximadamente 5 horas más sin pasar absolutamente nada en la historia. El uso de Doraemon como propiedad es tan escaso que el juego podría tranquilamente no tener Doraemon en el nombre y con algunos cambios menores, el juego sería exactamente el mismo. Pero además de eso, este juego tiene problemas encontrando un balance ideal entre una historia, sea sobre Doraemon o no, y sus mecánicas centrales. Quizás se beneficiaría más si ofreciera mecánicas más simples para lograr una experiencia más coherente en todos sus aspectos, porque así como es, este juego es más Story of Seasons que Doraemon.

Como contracara, el juego se ve realmente como Doraemon. Haciendo uso de cell shading y excelentes técnicas de coloreado, la estética de este juego es simplemente hermosa. En cierta manera, pareciera más ver un lienzo en movimiento que un animé, pero no por eso deja de ser bello. Combinado con una música muy tranquila pero acorde, este es un juego ideal para pasar un rato relajándose. De nuevo, el tono estético no será tan Doraemon como uno esperaría, pero así y todo es una experiencia muy agradable.

Lo cierto es que Doraemon: Story of Seasons no va a pasar a la historia como un juego que sirva de ejemplo en materia de crossovers, ni de adaptaciones, ni tampoco como simulador de agricultura, pero está claro que no busca serlo. Es una buena introducción al género que usa al gato robot como enganche, pero que no consigue balancear sus atractivos principales y termina ofreciendo algo que seguramente se puede encontrar hecho mejor en otros juegos. Así y todo, es definitivamente una experiencia tan acogedora como pretende ser. Si uno quiere, puede pasarse horas, días o más convirtiendo a Nobita en el mejor granjero. La vuelta a casa puede esperar, Doraemon.

DORAEMON: STORY OF SEASONS

11/10/2019 (SWITCH, PC)
7.5

Jugué alrededor de 8 horas de Doraemon: Story of Seasons en Switch, alternando bastante entre modo portátil y docked, sin ningún tipo de problema de performance. Eso no fue suficiente para terminar la historia porque este juego aparenta ser eterno. Una cosa que me llamó la atención es que por alguna razón el juego te bloquea de tomar capturas de pantalla durante la introducción completamente animada cual episodio de Doraemon, lo cual es una lástima. El juego fue provisto por el desarrollador.