Dicen que la realidad supera la ficción, pero hay ficciones que se acercan peligrosamente demasiado a la realidad. Este es, en parte, el planteo de “Years and Years”, ‘drama’ creado por Russell T Davies -veterano de la TV inglesa, responsable de cosas como “Doctor Who”, “Queer as Folk”, “A Very English Scandal”- en conjunto con la BBC y HBO. Lo que propone esta historia distópica (recargada de ficción especulativa), más en la vena de “The Handmaid’s Tale” que un dramón familiar al estilo “This Is Us”, es la conjunción de ambas cosas, de la mano de un relato vertiginoso que refleja un futuro escenario sociopolítico y tecnológico que, tranquilamente, puede estar a la vuelta de la esquina.
Nuestro punto de vista son los Lyon, una familia de Manchester, que atraviesan el día a día entre conflictos parentales, amorosos y causas humanitarias. Todo arranca en mayo de 2019, cuando desde la tele conocemos a Vivienne Rook (Emma Thompson), una empresaria con aspiraciones políticas y ningún pelo en la lengua a la hora de expresar sus posturas, cuyas declaraciones empiezan a hacer mella en la opinión pública, dividiendo las aguas de Inglaterra. Claro que la señora no tiene peso político, ni siquiera un partido que la apoye pero, poco a poco, la situación local e internacional le van ir dando un poquito la razón. Acá, a los cinco minutos de este primer episodio, empiezan los nada sutiles paralelismo con Donald Trump y su gobierno, un personaje demasiado presente en los entuertos narrativos de “Years and Years”.
Los Lyons son cuatro hermanos: Stephen (Rory Kinnear), esposo de Celeste (T’Nia Miller) y padre de dos hijas adolescentes. Daniel (Russell Tovey), en pareja con Ralph (Dino Fetscher), un maestro bastante susceptible a las teorías más absurdas. Edith (Jessica Hynes), activista política que yira por el mundo en busca de causas nobles; y Rosie (Ruth Madeley), madre soltera de dos nenes que, a pesar de su discapacidad, anda en busca de una nueva pareja. Mamá Lyon falleció, a papá no le dan cabida, así que el centro tenemos a la abuela Muriel Deacon (Anne Reid), una nonagenaria que siempre dice lo que piensa.
El director Simon Cellan Jones y el mismo Davies en el guión, nos entregan un capítulo que nunca deja de avanzar, ni sorprendernos con sus giros. Tras los primeros exabruptos de Rook en la TV y la presentación de cada uno de los miembros de la familia, la historia hace un salto hasta el año 2024 mostrándonos, en el medio, el nacimiento del pequeño Lincoln (el segundo hijo de Rosie), el casamiento de Daniel y Ralph, la formación del partido Cuatro Estrellas -emprendimiento de Vivienne con vías a las elecciones-, Trump accediendo a un segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, y la construcción de una isla artificial y base militar por parte de China, llamada Hong Sha Dao, que va a desencadenar más de un conflicto.
En este nuevo presente, la reina Elizabeth ya pasó a mejor vida y el gobierno ruso se apoderó de Ucrania generando una ola de refugiados que piden asilo en el Reino Unido. Daniel se encarga de proveerles vivienda temporaria a estos individuos perseguidos y es así como conoce a Viktor (Maxim Baldry), quien huyó de su país debido a las torturas. Como verán, el mundo que plantea este primer episodios de seis, es un tanto más caótico y pesimista, un panorama que va de mal en peor y da su golpe de gracia, cuando se avecinan los últimos días del mandato de Trump.
Así, “Years and Years” se aleja totalmente de ese drama familiar que nos vende desde sus primeras imágenes, cayendo en un relato de paranoia y confusión, más cercano a los planteamientos apocalípticos de la buena ciencia ficción, esa que desde sus argumentos efectistas, intenta advertirnos de un futuro que podemos (y debemos) evitar. Como en los mejores episodios de “Black Mirror”, la tecnología juega un rol fundamental entre las relaciones personales de los protagonistas y cierto acercamiento al existencialismo, que se agrava ante la posibilidad de una catástrofe global.
Davies nos presenta un producto que, a simple vista, se agarra de convencionalismos y estructuras bien clásicas dentro de la TV para ir destruyéndolas (¿o es deconstruyéndolas?) poco a poco. El ritmo de la narración y las actuaciones impecables son el atractivo más visible de “Years and Years”, pero es la lectura de sus temas y los acontecimientos, lo que más atrae y nos horroriza. Somos como Daniel, abrumados ante este mundo caótico que se nos viene encima sin poder hacer absolutamente nada para detenerlo; como dijimos, una visión demasiado pesimista que, seguro, se va a traer otras sorpresas y giros bajo la manga.
Muy conscientes de que la partida de “Game of Thrones” iba a dejar un espacio difícil de llenar, HBO repensó sus estrategias y decidió que durante 2019 iba a copar la pantalla con algunos de sus mejores productos televisivos, e incluso, varios que rompieran esa norma a la que ya nos tienen acostumbrados.