Fatshark nos trae su mejor co-op hasta la fecha, y a pesar de tener muchos problemas de performance, no deja de brillar y enganchar a sus jugadores.
Cuando una compañía intenta sacar muchos títulos en simultáneo o con intervalos muy cortos, la experiencia del jugador queda manchada al recibir un producto semi roto. Lo hemos visto en reiteradas ocasiones. Sin ir más lejos sucedió este año con Pokémon. Le entrega de Legends: Arceus tuvo un lanzamiento positivo en enero, pero la novena generación (Scarlet/Violet) que llegó en noviembre no corrió con la misma suerte. Gracias a un sinfín de problemas técnicos, quedó registrado como el peor estreno de la franquicia hasta la fecha.
Pues algo similar está sucediendo con Games Workshop, creadora del universo Warhammer. La empresa parece presentar una tendencia a sacar sus juegos de manera apresurada y, al haber lanzado Total War: Warhammer III en febrero, parece no haberles quedado mucha nafta para terminar Darktide a tiempo, a pesar de haber tenido retrasos.
Antes de empezar mi travesía en este universo me tocó bajar la calidad del juego, ya que es un título exigente y mi PC no llegaba a sus requerimientos recomendados, sino a los mínimos (algo que no me había sucedido con otros títulos aún más grandes e imponentes que este). Una vez dentro, y a pesar de contar con el parche de lanzamiento de casi ocho gigas, me encontré con problemas de desconexión del joystick sin parar. Tanto así, que decidí directamente cambiar el hardware. Esto al final me vino bien, ya que a diferencia de otros referentes como Doom, Halo o Call of Duty, no sentí una buena respuesta de parte del control al disparar y obtuve mucha más precisión apuntando con el mouse.
Asimismo, hay problemas de crasheo, las pantallas de carga se demoran una eternidad, hay muchos momentos cruciales en los que todo se queda congelado (sobre todo al tener a las hordas de enemigos muy cerca), pop ups de objetos desbloqueados que no se van y muchos saltos del personaje dentro del escenario (se queda pegado y luego aparece más adelante en el mapa). El apartado gráfico es de altísima calidad, con un estilo sombrío lleno de detalles góticos que representan a la perfección el sentimiento aplastante que tiene este universo, pero desgraciadamente no se llega a disfrutar en su totalidad debido a problemas con la resolución. Aún así, a pesar de los graves tropiezos técnicos, Darktide se mantiene bien parado y resulta ser una experiencia con más cosas positivas que negativas para ofrecer.
Esta aventura arranca con una magnífica cinemática narrada por la Inquisidora Brahms, quien resume un poco de qué trata el universo Warhammer y en qué punto de su historia empezamos nuestro nuevo camino. En el milenio 41, la ciudad colmena de Tertium ha caído. Las hordas del Caos han sembrado la devastación y está en nuestras manos (y la de otros inadaptados) recuperar el planeta de las garras de los herejes. Para esto, primero debemos elegir con cuál de las cuatro clases de personajes queremos jugar.
Dentro del repertorio se encuentran los Veterans, soldados con grandes habilidades para el combate a distancia. Ideales para detener enemigos de élite y tomar el rol de snipers. Los Psykers cuentan con habilidades psicoquinéticas muy poderosas que les permiten lanzar rayos de energía para hacer estallar las cabezas de los enemigos, justamente lo que se necesita para acabar con una horda de agentes del caos fuera de control. Los Zealots – la clase que elegí – son fanáticos religiosos con un buen balance entre melee y support ya que son sólidos en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, pero además tienen poderes especiales beneficiosos para todo el equipo. Finalmente están los Ogryns, una especie de troll con lanzallamas que puede soportar muchísimo daño, ideal para ir al frente del equipo arrasando con todo a su paso, como si se tratara de un tanque de guerra. Fue un absoluto placer ver que por fin dejaron de lado a los marines espaciales y pusieron protagonistas más reales con orígenes variados.
Nuestro personaje empieza nada más y nada menos que preso en Tancred Bastion. La razón del encierro la determinaremos durante la creación del personaje, así como su background y otros rasgos de su personalidad. Si bien la aventura no cambiará con nuestras elecciones, las respuestas e interacciones hacia los demás sí tomará otro color, por lo que está bueno ir probando las distintas clases y sus combinaciones. Durante este cortísimo prólogo sucederán cosas – no spoileables – que nos otorgarán nuestra libertad a cambio de luchar del lado de la Inquisición para recuperar Tertium. Es así como llegaremos a Mourningstar, el hub desde el cual iremos eligiendo las misiones (13 en total) que nos permitirán investigar y eliminar al temido culto.
La premisa es sencilla: junto con otros tres jugadores (amigos o personas aleatorias) debemos cumplir los objetivos de cada misión para desbloquear y desarrollar la historia central que se presenta mediante algunas – escasas – cinemáticas. Estas están disponibles según nuestro nivel y podremos seguir el orden que nos plazca, siempre pendientes de la dificultad y de las recompensas que nos otorgue cada una. Honestamente, Darktide no necesita de mucho para que uno se introduzca de lleno en su caótico y sangriento mundo porque lo mejor que tiene para ofrecer es su combate y el ritmo de juego que tiene.
Los shooters basados en derrotar hordas de enemigos pueden volverse repetitivos y dependen mucho de sus misiones y cómo están estructuradas. Por suerte, aquí brillan por su variedad y por los retos que nos presentan. Cada una tiene un propósito y accionar distinto. En algunas debemos investigar y escapar de los enemigos, en otras se trata de aguantar todas las hordas que nos ataquen hasta poder accionar un mecanismo que nos deje huir. En ciertas ocasiones la consigna es más “tranquila”, ya que se nos pide hackear una máquina o asesinar un objetivo de alto rango en particular, dándonos una merecida bocanada de aire entre tantos tiroteos y explosiones.
Algo muy destacable de cada una de ellas es que, mientras vamos explorando los góticos recovecos de Tertium, nos encontramos con desafíos que pueden resultar altamente complejos, pero nunca jamás llegan al punto de abrumar al jugador, lo cual habla muy bien del expertise de Fatshark con el género. Asimismo, a pesar de que uno repita la misma misión para conseguir loot, nunca se vive de la misma forma ya que los enemigos que spawnean cambian y, en caso de jugar aleatorio, los compañeros que pelean a tu lado también.
Por eso es importante elegir bien las clases de jugadores, ya que cada una cuenta con ventajas y desventajas para los distintos tipos de enfrentamientos. Además, según nuestra elección, tendremos disponible un arsenal de armas de fuego acorde a sus características con su respectivo árbol de habilidades, algo que rompe con el estilo Warhammer tradicional. Cañones de mano, rifles de asalto, proyectiles eléctricos y más, cambian el flujo del combate al agregar variables al rango de juego. Esto quiere decir que los enemigos nos irán de igual a igual.
Si atacamos a distancia, ellos harán lo posible por cubrirse y enfocarse en los disparos de sus francotiradores. Si decidimos movernos e ir a buscarlos, pasarán de inmediato al combate cuerpo a cuerpo para cerrar la brecha. Pocos títulos de este tipo me han hecho sentir tanta impotencia al no poder avanzar debido a los incesantes disparos que recibo y, aunque quise revolear la PC en varias ocasiones, entendí que el juego me exige pensar para encontrar el balance entre correr, esquivar, cubrir y disparar. No se trata de hacer un simple smash de botones. Hacer ese click me ayudó a amar aún más la experiencia.
Efectivamente a Warhammer 40,000: Darktide le faltan muchas cosas por pulir y varios pensarán que mi calificación es elevada para los errores mencionados. Créanme que yo también lo vi de esa forma, pero tras meditarlo mucho, sigo llegando a la misma conclusión: el título te cautiva. Su escalofriante y constante caos mezclado con una gran banda sonora de onda sintética – con un timing excepcional -, un buen repertorio de armas, mucho gore y la posibilidad de atravesar todo eso con amigos, hace que la parte técnica quede en un segundo plano. Al tratarse de Fatshark, sabemos que así como hubo un primer parche, podemos esperar otro muy pronto para que supla esas carencias de performance (así como lo hicieron con Vermintide) y termine de convertir esto en una experiencia de otro planeta.
Ahora que oficialmente se cerró el año con la gala de The Game Awards (la cual Malditos Nerds cubrió de una forma impresionante y lo pueden verificar aquí), es de suponer que esta es mi última reseña de este periodo y me alegro de que así sea porque Warhammer 40,000: Darktide es un cierre sólido para un 2022 que arrancó con todo, se pausó a la mitad y remontó en estos últimos dos meses con lanzamientos de altísimo calibre.
Este primer año escribiendo para todos ustedes ha sido de lo mejor que me ha tocado experimentar como “periodista” de videojuegos, y uso las comillas porque aún siento que me queda grande el título. Y es que para mí, más que hacer periodismo, esto se trata de compartir experiencias, recuerdos y opiniones. Abrirle la puerta al diálogo. Formar parte de este equipo no sólo me permitió eso, sino que, además, pude hablar de las entregas más cercanas a mi corazón y descubrir aventuras que en otras circunstancias hubiera pasado por alto, pero lo más importante es que me dejó compartir espacio con colegas de quienes aprendí y continuaré aprendiendo. Estoy muy agradecida de que se hayan tomado el tiempo de leer algo escrito por mí. ¡Nos vemos en el 2023!
PUNTAJE: 7
Warhammer 40,000: Darktide fue lanzado el 30/11/2022. Lo jugué para PC por aproximadamente 25 horas.