Análisis| Void Bastards es repetitivo pero muy entretenido

Hay muchas razones por las cuales estar encantados con un juego como Void Bastards, pero una de las que más me llamó la atención es cómo las mecánicas roguelike y el hecho de empezar un “run” distinto cada vez que perdamos, es una analogía perfecta de lo descartable que son los personajes que encarnamos en este universo. La gente de Blue Manchu nos entrega un juego en primera persona con inspiración en títulos como System Shock o la saga Bioshock (en la cual muchos de sus desarrolladores han trabajado). El resultado es un mundo ficticio en el que las corporaciones con demasiada burocracia y poder dominan la galaxia. Piratas y bandidos de todo tipo les intentan hacer frente o ganarse la vida a toda cosa. Al mismo tiempo hay arcas donde prisioneros son guardados herméticamente y despertados cuando se los necesita. Y sí, se espera que estos presos/bastardos mueran intentando cumplir su objetivo. El desprecio y la falta total de dignidad con la que son tratados nuestros personajes nos hace sentir un poco de pena por ellos, pero nos muestra con claridad las reglas de este mundo y lo cruda que va a ser nuestra aventura; por suerte la gran cuota de humor que el juego tiene hace que todo sea muy llevadero y no estemos pensando activamente en cómo estos hombres y mujeres encarcelados son mandados al muere.

Cada nave tiene un estilo y una ambientación distinta

Void Bastards nos cuenta la historia de cómo una de estas arcas transportando criminales ha quedado varada. Nuestro objetivo será restaurar su funcionamiento y los distintos componentes que necesitamos para además generar items como una identificación válida para nosotros como ciudadanos. Esto nos llevará a ir explorando distintas naves recogiendo todo tipo de elementos mientras evitamos enemigos o luchamos contra ellos. A la vez vamos a estar esquivando piratas espaciales y todo tipo de anomalías, decidiendo en nuestro mapa espacial hacia a dónde ir en esta Nebulosa llamada Sargasso y así finalmente poder escapar de ella. Si morimos no pasa nada, el Arca tiene prisioneros de sobra y podremos intentar cuantas veces querramos.

Cada intento (es decir, cada run) va a tener siempre la misma dinámica y como sucede en este estilo de juegos, perder es parte del progreso. Cuando arrancamos un convicto/a es elegido, vemos su ficha técnica (todo con una estética ultra comiquera donde cada sección es una viñeta distinta) que nos indica su nombre y sus características únicas; puede ser fumador entonces toserá aleatoriamente alertando a enemigos o quizás su característica es que es más petisa por lo tanto podemos ir caminando o corriendo como si estuviéramos agachados (entre muchas otras variaciones que incluyen gritar de felicidad cada vez que encontramos un item). Void Bastards está plagado de detalles humorísticos incluso en pequeños apartados como la razón por la cual nuestro personaje terminó en prisión (por lo general suelen ser situaciones ridículas como criticar las elecciones culinarias de un CEO). Luego de tener nuestro personaje, vemos nuestro workbench donde vamos a ir crafteando todo tipo de armas o mejorando nuestro traje espacial para tener más oxígeno o más vida. Lo interesante es que todo aquello que nuestro personaje anterior haya creado o recopilado, es conservado en nuestra nave. Por lo tanto nunca sentimos un grado exagerado de frustración y siempre vamos a estar progresando un poco y estando más cerca de crear items bastante útiles como dardos venenosos o un gato robot que atrae a enemigos y explota. Cada herramienta nueva que generemos nos abre un abanico nuevo de posibilidades a nivel jugabilidad y va a hacer nuestra tarea cada vez más fácil. 

Cada enemigo tiene una estética única y muy comiquera

Una vez que tenemos nuestro personaje y nuestros items creados o mejorados, pasamos a una viñeta donde tenemos un mapa galáctico en el que tendremos que decidir qué nave abordar para así obtener sus recursos mientras la exploremos. Desde el casillero en el que estamos, tenemos tres posibles direcciones a las que ir y a medida que vayamos descendiendo en las profundidades de esta Nébula la dificultad irá creciendo (y también el tipo y el poderío de nuestros enemigos). Void Bastards es muy astuto en el grado de información que nos da sobre las locaciones a las que nos aproximamos; nos dice qué enemigos habrá, qué tipo de items encontramos, qué características especiales tiene esa nave, cuánta comida o combustible puede haber y qué artefacto vamos a poder terminar de craftear o mejorar si looteamos como corresponde. Constantemente los desarrolladores tomaron micro decisiones que pueden parecer no tan relevantes a simple vista, pero que hacen de esta una aventura que no es para nada frustrante. Si después de analizar las características de la embarcación decidimos aterrizar en ella, comienza la parte “jugable” propiamente dicha y acá nuestro único objetivo es sobrevivir y lootear tanto como nuestros pulgares y nuestro oxígeno nos permitan.

Ni bien caigamos en una nave, vamos a chequear el mapa y ver qué disposición tienen las habitaciones. Al ser un juego roguelike estas locaciones son creadas aleatoriamente y los mapas serán siempre distintos, tanto a nivel visual como en cuanto a la disposición de enemigos. Si bien después de un tiempo vamos a ver ambientaciones, estructuras o colores repetidos, realmente nunca sabemos con qué nos vamos a encontrar. Quizás llegamos a una nave y no tiene energía, por lo tanto vamos a necesitar reactivar su poder para que así se active la compuerta de escape (siempre tenemos que escapar por una habitación específica); quizás la vigilancia es extrema, por lo tanto conviene ir primero a desactivar los sistemas de seguridad; pero seguramente lo primero que hagas es ir a buscar el mapa detallado de la nave que nos muestra dónde están los items más importantes. Así iremos recorriendo cada habitación, buscando en escritorios, tachos de basura, lockers y donde sea que veamos un relieve verde aquellos elementos que sólo serán guardados en nuestra embarcación si logramos escapar con vida de esta locación. Lo mismo sucederá con la comida y con el combustible que nos encontremos desparramados por ahí, los cuales son esenciales para nuestro viaje. Cada salto hacia una nueva locación consume combustible y comida; esta última además la podemos usar para recuperar vida al descansar en un casillero de la cuadrícula intergaláctica por la cual navegamos. También pueden sucedernos hechos aleatorios y trágicos que nos quiten todo el alimento o toparnos con asteroides que nos dan items o combustible; nunca sabemos qué puede pasar en Void Bastards y por eso la experiencia se siente fresca de manera constante. 

Iremas atravesando distintas estaciones abandonadas en nuestra aventura

Para seguir con vida en cada estación en la que aterrizamos hay varias cosas a tener en cuenta y la principal de ellas es nuestra energía que disminuirá con cada ataque. Los enemigos son uno de los puntos altos del juego, más en humor y estética que en jugabilidad. Cada uno tiene un diseño genial que nos recuerda a cómo se movían enemigos en FPS de vieja escuela como DOOM; hay una sensación de que se mueven casi que cuadro por cuadro, emulando un estilo comiquero donde cada acción de ellos equivale a una viñeta distinta. Todos comparten una coherencia en cuanto a los colores que los definen y todos tienen un aura misteriosa y siniestra a su alrededor, que es rápidamente contrastada y equilibrada con el humor y lo divertidos que son cuando abren la boca. Mis favoritos son unos enemigos petisos muy mal hablados que nos insultarán constantemente y que se burlan de nosotros; también brillan los Turistas que gritan cosas de las más ridículas cuando nos ven (todas relacionadas con viajes o turismo) para luego explotar. Cada enemigo implicará una estrategia distinta pero tampoco nos vamos a tener que romper la cabeza para descifrarlo pero sí ofrece un grado de complejidad interesante cuando se combinan varios tipos de contrincantes y sobre todo cuando va subiendo el rango de los mismos. 

Lamentablemente y más allá de todo el increíble trabajo que Void Bastards realiza a nivel ambientación, música, estética, historia, humor, personajes y progresión, honestamente no termina de dar en el clavo a la hora de analizar cuán satisfactorio es jugarlo. La jugabilidad no se siente del todo ajustada; el “gunplay” se siente muy flotado y no parece importar mucho donde disparemos salvo que sea algún lugar cercano a la cabeza. El movimiento de nuestro personaje a la hora de utilizar armas o pelear con enemigos no ayuda y se siente un poco tosco. La premisa nos habla de un juego sistémico donde poder planear estrategias complejas utilizando elementos del escenario para derrotar enemigos pero la realidad nos muestra otro juego donde vamos a tener que usar nuestro arsenal y punto. La mayor complejidad es decidir que granada usar o electrocutar torretas para después dispararles y eliminarlas. No hay tantas posibilidades como uno quisieras ni los niveles nos permiten ser del todo creativos. Por lo general vamos a tratar de evitar el combate y quizás ahí es donde la jugabilidad se vuelve más interesante, ya que hay muchos indicadores visuales (en forma de onomatopeyas) y sonoros para saber si fuimos descubiertos o no. 

Nuestro arsenal es fundamental para sobrevivir en Void Bastards

La experiencia sí se vuelve más atractiva y desafiante cuando tenemos que estar atentos a efectos como la radiación, al nivel de oxígeno o manchas de aceite en el piso. Además las condiciones y características especiales que cada personaje nuestro tiene pueden ser modificadas en estaciones de ADN que serán claves para sobrevivir. Podemos eliminar nuestra condición preexistente o recibir una mutación que nos de beneficios, como por ejemplo, correr sin hacer ruido o alertar a enemigos. Además pagando con una moneda llamada “Méritos” vamos a poder utilizar esas estaciones nuevamente; los méritos sirven para todo tipo de cosas y son claves para conseguir el mejor loot ya que podemos pagar para destrabar algunos contenedores. También podremos usarlo para comprar items en estaciones especiales que son zonas de mercado.

Void Bastards es una experiencia encantadora y que toma elementos de juegos roguelike para ofrecer una aventura que nunca se vuelve frustrante (incluso con la posibilidad de elegir niveles de dificultad) y que nos otorga una sensación de progresión en cada partida. Continúa esta tendencia de juegos del género que se preocupan por realmente contar una historia con reglas muy bien definidas y con un universo intergaláctico fascinante. Para colmo lo cuenta de una manera original y única; la onda comiquera es un sello que será difícil de olvidar y que nos hará comparar un montón de juegos con la obra de Blue Manchu durante años. El humor es de lo mejor de este título que nos va a sorprender a cada paso y en cada estación a la que bajemos. Para muchos usuarios no será menor el detalle de que no sea tan disfrutable su jugabilidad o que no esté a la altura del resto del paquete, sobre todo en un juego que en su versión más deconstruida es un shooter en primera persona que falla en ejecutar aquello que le da nombre a su género. Por suerte Void Bastards tiene siempre un as bajo la manga para compensar y para hacernos olvidar esos tragos agridulces al disparar nuestras armas.

VOID BASTARDS

28/5/2019 (PC, XBOX ONE)
7.5

Jugué 6 horas de Void Bastards en su versión de Xbox One. El juego fue provisto por su distribuidora.