ANÁLISIS| Vikings S05E019: What Happens in the Cave (Spoilers)

Nos descuidamos un momento y ya tenemos el final de temporada a la vuelta de la esquina. “Vikings” tiene asegurada una sexta y última entrega, además de un posible spin off que podría llevarnos hasta el Valhala, pero todo se resume en este episodio, antesala del gran enfrentamiento “familiar” que se nos viene. “What Happens in the Cave” acomoda las fichas antes del gran juego, y termina de definir cada una de las dudas de los personajes en vías de abrazar el destino que los dioses les tienen reservados.

Parafraseando un poco a Cersei Lannister (porque no vamos a negar que estas series épico fantásticas son una suerte de primas lejanas): “Enemigos al Este, enemigos al Oeste, enemigos al Sur y enemigos al Norte. Todo lo que nos estorbe… será destruido”. Así suponemos que se siente Ivar, decidido a no ceder ni un centímetro del terreno de Kattegat ante la posible invasión de Bjorn y el rey  Harald. Lo que el Deshuesado no sabe con certeza, al menos por el momento, es que su hermano Hvitserk -quien tenía que traer los refuerzos y la alianza del rey Olaf-, también decidió unirse a la moda del derrocamiento.

El plan original de Ivar era tomar York junto a sus compatriotas del Norte y extender el reinado vikingo por las tierras británicas. Tras la partida de los norteños de este punto tan estratégico, los ingleses recuperaron su fortaleza, y el joven Lothbrok perdió la posibilidad de la conquista inmediata. Igual, nada desanima a este guerrero capaz de cualquier cosa para demostrar su poderío (y su condición de deidad), y en vez de mirar hacia afuera prefiere concentrarse en defender sus propias fronteras de los ataques externos. Una resolución bastante sabia, más teniendo en cuenta que no posee el apoyo de Olaf y se le vienen encima varios ejércitos que quieren su cabeza.

 

¿Amigos o enemigos?

 

El sentido común, y el legado que Ragnar le dejó sobre sus hombros, nos debería poner del lado del Deshuesado, pero nos resulta imposible, si ponemos en la balanza todas las atrocidades que lleva cometiendo en nombre de sus inseguridades. La muerte de su propio hijo es la gota que rebalsa el vaso, y ni hablar de ese mansplaining sobre cómo debería sentirse Freydis por la pérdida de Baldur. Llamó Rachel para decir: “No uterus, no opinión”, amigo.

Este es el camino que necesita tomar el monarca para afianzar su futuro y el de su pueblo. Obviamente, no se va a convertir en el rey compasivo que su esposa anhelaba, en cambio va a conseguir su cometido con mano dura y la tiranía de su lado. El próximo capítulo, suponemos, nos va a demostrar si su estrategia rinde buenos frutos y logra hacerles frente a todos sus enemigos.

Enemigos que no están tan unidos como parece, al menos, en cuanto a la alianza de Bjorn y Harald se refiere, una que sabemos no va a acabar en buenos términos. Por suerte, Gunnhild siempre está cerca cuando estos dos tratan de matarse o, en su defecto, demostrar quien la tiene más larga. Pero es la adhesión de Hvitserk la que puede cambiar el curso de esta marea, ahora convencido de que su verdadero destino es acabar con la vida de su hermano, aunque sea un hecho repudiado por los dioses.

 

Siempre del lado Ubbe de la vida

 

Las creencias son las verdaderas protagonistas de este episodio dirigido por David Wellington. Los hombres y mujeres de esta historia (ya sean vikingos o sajones) deben aferrarse a algo, una fuerza superior que cobra relevancia en esos momentos decisivos. Le pasa a Magnus -el falso hijo de Ragnar- cuando cree que va a morir en medio de la tormenta y abraza al único dios que realmente conoce, el de los cristianos, aunque reniegue de ello. O a Ubbe, que por más que aceptó el bautismo y le dio la espalda a sus tradiciones paganas para ganarse la confianza del rey Alfred, sintió la caricia de los dioses antiguos durante la batalla a muerte contra Frodo, uno de los tres monarcas daneses.  

Ya llegará ese momento histórico de la conversión y la extinción de esta rica civilización, pero mientras tanto “What Happens in the Cave” vuelve a rescatar la importancia y la riqueza de esta mitología que, en muchos aspectos, logró colarse en la cultura occidental.  

Retomando, acá Ubbe finalmente consigue llegar a buenos términos con su ideología, y tras ganar el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, también logra concretar ese postergado sueño de su papá. De esta forma, los tres mil daneses invasores aceptan bajar las armas y asentarse en las tierras británicas cedidas por el rey Alfred, un triunfo que se gana sin derramar una gota de sangre (bah, excepto la de Frodo).

 

Borrón y cuenta nueva para Lagertha

 

Por ahora, este es un capítulo que se cierra en paz, y tras la triste partida de Judith, veremos como el monarca de Wessex encara sus tareas. Aplauso, medalla y beso para ese momento maternal, y al mismo tiempo alentador, de Lagertha, una guerrera de alma que después de la muerte de Heahmund (y los traumas de la batalla) decidió colgar el escudo y partir junto a Ubbe, Torvi y el resto de los norteños para terminar sus días con menos tribulaciones. El futuro de la serie nos dirá si volveremos a ver a esta parte de la familia involucrada en la reconquista de Kattegat, pero por ahora dejemos que disfruten de sus logros, ganados en buenos términos.  

Mientras en Wessex y sus alrededores, los protagonistas reafirman su fe, Floki se lleva el chasco de su vida. Su propia cruzada por encontrar la tierra de los dioses en Islandia terminó de la peor manera, y cansado de los humanos que lo rodean salió en busca de Hel, más conocido como el inframundo. En la base de una montaña volcánica cree encontrar su destino, la cueva literal del título, que le revela que Odín hace rato abandonó estos dominios, dando paso a la llegada de los cristianos.

No sabemos qué va a hacer Floki con semejante descubrimiento, pero que el final de temporada llegue con el título de “Ragnarok”, de entrada, no augura nada bueno. Pase lo que pase, qué linda entrega nos regaló Michael Hirst, ¿no?

 

 

PUNTAJE: 8.0