ANÁLISIS | The Walking Dead S09E13: Chokepoint (Spoilers)

Desde que arrancó la segunda parte de esta novena temporada de “The Walking Dead”, los realizadores del show están tratando de compensar el tedio y las fallas de entregas anteriores, así como la ausencia de sus personajes principales, con tramas por momentos un tanto apresuradas y otras que se estiran hasta el hartazgo. El balance que se logra funciona la mayoría de las veces, pero todavía parece lejana esa vuelta “a las bases” que seguimos esperando y nos siguen prometiendo.

“Chokepoint” tiene grandes momentos y otros tan ridículos como inverosímiles, presentando nuevos personajes salidos de quién sabe dónde, y el lucimiento de Beta, a quien ya tuvimos el placer de conocer en “Guardians”. Este episodio retoma ahí donde nos quedamos después de que Daryl y Connie atacaran el campamento de los Susurradores y rescataran a Henry y Lydia. Saben que Alpha no se va a quedar de brazos cruzados, pero la alternativa tampoco puede ser huir hacia alguna de las comunidades y poner a todos en peligro.    

La idea de Connie es refugiarse en un edificio más alto donde puedan prever la llegada de  sus enemigos, frenar el avance de los muertos que no suben escaleras, y emboscarlos antes de seguir adelante con rumbo incierto. No sabemos si es el mejor plan del mundo, pero allá ellos. Como bien lo anticipan, Beta y su grupo pronto los alcanzan y la confrontación es inevitable. Dejando de lado la tediosa relación romántica entre Henry y Lydia, lo mejor a destacar es la lucha cuerpo a cuerpo entre Dixon y el enorme susurrador, un encuentro muy David contra Goliat que termina con el personaje de Ryan Hurst desparramado en el hueco de un ascensor… ¡vivo!

Dúo dinámico

Mientras tratamos de entender cómo sobrevivió a semejante caída y recordamos que esto es televisión, nos queda bastante claro que Beta es como un Terminator que no va a parar hasta lograr su objetivo de recuperar a Lydia y vengarse de estos sobrevivientes. Todavía está por verse si el grupete va a regresar a Hilltop, tomar un atajo hasta Alexandria o perderse por ahí hasta que se calmen las cosas, pero es obvio que se viene algún tipo de represalia por arte de Alpha y su gente. Acá, la dinámica entre Daryl y Connie funciona de maravilla, lo que no podemos tragar es el apresurado enamoramiento del adolescente que no para de cometer errores para ayudar a su compañera.    

Mientras tanto, en otro rincón del apocalipsis, The Kingdom se prepara para la mentada feria, pero surgen nuevas amenazas. ¿Se acuerdan esos extraños símbolos que fueron apareciendo por ahí? Bueno, se trata de los Highwaymen (salteadores de caminos), un grupo de sobrevivientes que andan asaltando los caminos (dah) en busca de las provisiones del Rey y la Reina. Tras emboscar a Jerry y otros exploradores, Ezekiel y Carol se ven obligados a enfrentarse a estos forajidos liderados por Ozzy (Angus Sampson), en apariencia, un grupete amenazador, aunque no tan propensos a la violencia como, digamos, los Saviors.

Nadie quiere repetir el error cometido con Negan, pero Carol le apuesta a la diplomacia antes que a las armas y, de entrada, se gana un nuevo conjunto de aliados. La propuesta del Rey es ofrecerles trabajo custodiando los caminos y protegiendo a aquellos que deben llegar hasta el Reino, y a cambio serán recompensados con provisiones y funciones de cine durante la feria. Esto último es lo que logra sellar el trato, un momento que resulta un tanto extraño e improbable pero simpático, ya que son estas pequeñas cosas las que rescatan la humanidad de los sobrevivientes en medio de un mundo donde la normalidad escasea.

Día de feria

Ozzy y su gente caen bajo el influjo cinematográfico de Carol y pronto se los ve ayudando al contingente de Alexandria en su llegada a la feria. El sueño de Ezekiel de juntar a las comunidades para salvar el futuro de la propia parece tomar forma, pero el momento agridulce llega con la noticia de la ausencia de Daryl y Henry. Napa para alarmarse, todavía, pero este podría ser el próximo giro de una temporada que viene bastante lenta en materia de “acontecimientos”, y apurada a la hora de aceptar sin miramientos a ciertos personajes.

Este nuevo orden más benevolente e “ingenuo” puede ser el resultado de la utopía anhelada por Carl, el sacrificio de papá Rick y estos últimos seis años de prosperidad. También existe la posibilidad de que se desprenda de un conjunto de guiones flojitos que tratan de enmendar a los ponchazos todos los errores del pasado. Ustedes elijan.