Si vienen leyendo estos recaps de The Punisher, probablemente recuerden que uno de mis deseos es que la serie ponga más el foco en lo psicológico que en el tormento físico. En una serie tan violenta en la que todos tienen el cuerpo marcado, es imposible creernos que a Billy le importen mucho las marquitas que tiene en el rostro, que no le sacan el privilegio de ser carilindo. En fin, The Dark Hearts of Men es un capítulo psicológico, el capítulo en el que desembocan todos los temas que la serie vino sugiriendo hasta ahora. Pero es también el peor de todos. La estructura no lineal confunde más de lo que asombra. Se redime con el giro final, pero no le alcanza.
Uno de los temas de esta temporada es el trauma. Netflix se encargó de darle a The Punisher una profundidad emocional y psicológica que el personaje nunca tuvo, al menos en la pantalla. Mientras que esto lo agradecemos, este décimo episodio mete la pata en tener un guion demasiado hablado sobre qué está bien y qué está mal. Habíamos dicho que la serie se la pasa haciendo paralelismos entre Billy y Frank, pero hasta ahora las comparaciones venían con acciones, mostrándonos cómo reaccionan ante quienes los rodean. Uno de los hilos narrativos de The Dark Hearts of Men es una conversación entre Madani y Dumont en la que se ponen a filosofar abiertamente sobre qué es el mal y qué es la inocencia, la primera defendiendo a Frank, la segunda a Billy.
Para no dejar a Pilgrim de lado, el capítulo nos cuenta un poco de cómo lidio con sus examigos Neo Nazis. Pero nada es lineal en esta entrega, así que la secuencia de Pilgrim va y viene en el tiempo también, lo que incluye una escena con unas prostitutas demasiado pretenciosa y con más monólogos filosóficos. A los guionistas les gusta más el texto que el subtexto, bleh. El tono de la serie no va con estas líneas de dialogo, Marvel, esto no es un drama de HBO…
Durante la conversación entre Madani y Dumont, es bastante obvio que la segunda trama algo. El efecto de ‘twist’ del final del episodio funciona. Ya todos sabíamos que el punto débil de Frank son las mujeres y los niños, pero tal vez no esperábamos el golpe final en ese momento. Y es que pareciera que la serie se ríe de sí misma cuando dice que Frank justifica su violencia con un concepto anticuado de caballerosidad. Porque de hecho, lo hace y Billy terminó aprendiendo eso.