ANÁLISIS | The Pathless es una aventura muy superficial

En 2016, Abzu de Giant Squid Studios supo llamar la atención de todo el mundo con su simpleza y su calmo sentido de la exploración. Inicialmente lanzado como un título digital, el boca en boca fue aumentando su popularidad hasta terminar teniendo una versión física. Abzu, con sus limitaciones y todo, supo estar nominado en varios certámenes y dijo presente en los charts de ventas de todas las plataformas donde estuvo. Viniendo de un equipo conformado en gran parte por los responsables de Journey, esto no debería ser sorpresa. Sin embargo, con The Pathless, pareciera que la magia de este conjunto de desarrolladores se va diluyendo poco a poco y el vacío propuesto por su nueva aventura, llena poco.

The Pathless – Gameplay Walkthrough | PS5

The Pathless nos pone en la piel de La Cazadora, una guerrera que se embarca hacia una isla en los límites del mundo, desde donde la corrupción se esparce hacia todo el planeta. Esta tierra extensa que alguna vez supo ser fértil, fue arrasada por el Asesino de Dioses, una figura oscura que solo quiere propagar el mal. Poseyendo a las bestias guardianas del lugar, hizo de esta isla su fuerte y nuestro deber será derrotarlo, curando a dichos animales primero. Para hacer esto, vamos a valernos de la ayuda del Águila que Parió al Mundo, quien debilitada por la pérdida de sus hijos y el poder del antagonista, se vio reducida a un ave de tamaño regular, la cual a duras penas puede volar pero aún así logra asistirnos de diferentes maneras.

Como el nombre del juego lo indica, La Sin Camino recorrerá esta isla buscando distintos talismanes que desactiven los obeliscos tomados por nuestro enemigo, para así ir limpiando con luz la oscuridad que se propaga. Para encontrarlos, recorremos un amplio terreno a pie, sin ningún mapa que no guíe… hasta cierto punto. La oferta de The Pathless era una exploración abierta para potenciar la inmersión en un escenario fantástico, pero esa promesa se rompe casi de inmediato cuando contamos con un explotado “Modo Detective” que nos muestra con brillantes nubes rojas el sitio al que debemos dirigirnos, no importa cuan lejos este. Una vez que lleguemos a estos lugares – ruinas antiguas el 99% de las veces – debemos resolver un puzzle ambiental, tomar el objeto mágico y seguir hacía el siguiente marcador rojo.

Una de las propuestas más originales de The Pathless es cómo atravesamos el mapa. La Cazadora, guerrera incómodamente lenta de por sí, cuenta con un arco y una flecha con los cuales podemos disparar a talismanes que flotan en el aire por toda la isla, los cuales llenan nuestra barra de stamina. A medida que sigamos conectando golpes, vamos a trasladarnos con una rápida barrida continua, la cual por momentos podemos concatenar con saltos y mantenernos en el aire siendo propulsados por los propios talismanes si logramos dispararles antes de tocar el suelo. Cabe aclarar que esta acción es bastante sencilla de realizar, ya que los tiros son prácticamente teledirigidos siempre que mantengamos presionado el botón de disparo hasta llenar otra barra. Este accionar que en los trailers dota de aires de Tony Hawk la experiencia, con el control en las manos es mucho menos preciso y de la diversión pasamos al hastío bastante rápido, sobre por el hecho de econtrar grandes extensiones de terreno sin talismanes, lo que nos hace caminar algunas distancias con un ritmo cansino.

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Esto no debería ser un problema si el mundo fuese un territorio sorprendente para explorar, pero la realidad es que solo es una sumatoria de elevaciones y mesetas, con algunas ruinas desperdigadas que hacen su mejor intento de brindar una narrativa ambiental a través de los cadáveres en las mismas, cuando no dejan directamente una nota explicando la debacle de esta isla. Confieso que aunque genérico, el argumento me resultó cautivador, sobre todo por no ser la típica lucha del bien contra el mal, sino que en el transcurso de la guerra varias personas se fueron dando vuelta, adorando al Asesino de Dioses y poniéndose en contra de las bestias legendarias, formando hasta una religión en su honor. De todos modos, estos momentos de color, son apenas algunas salpicaduras en un lienzo generalmente vacío.

El único otro elemento que podemos encontrar en las ruinas – siempre resolviendo algún puzzle – son unos cristales que aumentan la habilidad de aletear a nuestra águila compañera, para alcanzar nuevas alturas con su planeo. Un sistema económico bastante desbalanceado, que nos exige explorar demasiado para obtener una recompensa que no se siente muy necesaria, ya que generalmente derrotar a un jefe suele darnos los cristales necesarios para levelear esta facultad. Para colmo de males, la misma tiene limitaciones, ya que de vez en cuando una tormenta de corrupción puede sorprendernos, cambiando momentáneamente la mecánica del juego.

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Cuando nos encontramos dentro del ojo de esta tormenta, nuestra compañera es herida y arrojada lejos nuestro y una de las bestias legendarias se hace presente. En este caso, nuestra misión será movernos con sigilo, esquivando el halo de luz de los ojos del monstruo, hasta llegar caminando al cuerpo de nuestra ave, a un ritmo todavía más lento que en el juego regular. Si lo conseguimos, el águila disipa la tormenta con sus poderes y podemos seguir con nuestras labores, luego de limpiar los restos de corrupción de su cuerpo con nuestras manos en una secuencia altamente repetitiva. Si al contrario somos descubiertos por la bestia, esta nos atacará y hará perder varios de los cristales que carguemos encima, los cuales podemos recolectar si nos movemos lo suficientemente rápido, como si de los anillos de Sonic se tratase. El problema es que la embestida también nos deja aturdidos, por lo que varios cristales terminan desapareciendo antes que recuperemos la movilidad. Un confuso y frustrante desbalance que se ve empeorado cuando a veces el monstruo spawnea directamente encima nuestro, sin darnos lugar a escondernos.

Al no haber ningún otro tipo de animal, enemigo o personaje con quien interactuar en The Pathless, las peleas con las bestias suelen ser los momentos más emocionantes. Una vez que limpiemos los obeliscos de cada sector del mapa, el juego nos conduce casi automáticamente hacia estos animales, proponiendo una pelea en etapas. Lo primero que haremos será perseguirlas por el mapa, valiéndonos del sistema de barrida continua. Estos momentos son divertidos, pero cada vez que le hagamos daño, el animal se va a alejar artificialmente y alcanzarlo de nuevo no es cuestión de habilidad, sino de esperar a que el juego decida acortar la distancia una vez más, intentando (inefectivamente) crear una sensación de tensión.

Una vez golpeados todos sus puntos débiles, pasamos a una batalla de jefe un tanto más tradicional en escenarios cerrados, los cuales a veces proponen algún puzzle para salir vencedores. Al derrotar a los animales, estos recuperan su forma original, nos otorgan una flecha mágica para sanar su parte de la isla y nos arrojan al siguiente sector para repetir todo lo que conté hasta acá, casi sin variantes en los patrones y el nivel de desafío.

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The Pathless es una experiencia superficial en la cual uno puede percibir los ecos lejanos de Journey, pero se destaca más por acarrear los puntos flojos de Abzu, sin ofrecer prácticamente nada nuevo. Casi como si le hubieran dado a jugar Shadow of the Colossus, Vanquish, Breath of the Wild y The Witness a una inteligencia artificial para que desarrollara un juego en base a eso, la experiencia final es sumamente mecánica y carente de personalidad. Sus espacios vacíos no cuentan nada y esa sensación de descubrimiento y ser uno con la inmensidad se ve completamente opacada por una falta de identidad distintiva en los escenarios y una incómoda y por momentos hasta forzada manera de trasladarnos.

Habiendo dicho esto, The Pathless no es necesariamente malo. Simplemente es un juego muy difícil de recomendar. Lo que verdaderamente se destaca son sus puzzles y las variantes de los mismos, pero el trayecto de uno a otro va deshilachando la sensación de logro obtenido. Quienes jamás hayan jugado un título del estilo pueden encontrar una propuesta interesante, pero en general se siente un calco desprolijo de juegos anteriores. Sensación empeorada por un estudio que parece copiarse a sí mismo.

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Si no quieren perderse la experiencia, la buena noticia es que es un juego a precio reducido, costando 40 dólares en PlayStation, 8.50 dólares en Epic Store y en dispositivos con iOS está incluido dentro del sistema Apple Arcade, lugar donde tal vez se maximice la experiencia por la relación precio/calidad. Como camino del héroe, irónicamente, The Pathless ya fue recorrido en varias oportunidades, por lo que tal vez convenga dejarlo pasar de largo. Suele decirse Caminante no hay camino, se hace camino al andar, pero cuando no estás yendo a ningún lugar muy interesante, a veces es mejor quedarse en casa.

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THE PATHLESS

12/11/2020 (PC, PS4, PS5, IOS)
6.0