ANÁLISIS | The Occupation

Un thriller de investigación en tiempo real. Literalmente. Así es The Occupation, el nuevo videojuego de White Paper Games, a quienes pueden conocer por publicar la notable aventura Ether One. El estudio ya tiene como marca registrada esto de dejarle al jugador elegir su propio camino mientras avanza en la aventura. Sin embargo, The Occupation intenta ir más allá. Con una ejecución floja a nivel técnico, más allá de eso, estamos ante una interesante propuesta de misterio y sigilo.

The Occupation nos traslada a Reino Unido en la década de 1980, tiempos por excelencia de la ficción distópica, al menos en el sentido orwelliano. Precisamente, en 1987, en una versión alternativa de la historia, el país europeo está sumido en la crisis económica. Es por eso que el gobierno decide llevar adelante la Union Act, una ley que deportará a todos los inmigrantes del país. La controvertida ley divide la sociedad y termina ocurriendo un atentado. Encarnando al periodista Harvey Miller, debemos llegar a la verdad.

O más bien “la verdad”. The Occupation tiene un argumento sólido y como las grandes historias distópicas, siempre nos mantiene pegados. Miller no puede confiar en nadie. Cada nota que leemos, cada entrevista nos hace sospechar de cada nuevo dato. Y al final llega una sorpresa.

Gestionar el inventario puede ser tedioso

El videojuego de White Paper Games trae una gran historia, aunque la narración no la acompaña como esperaríamos. Es curioso que la primera hora de juego corresponde a un prólogo de lo más inmersivo. No encarnamos a Miller, sino a otro personaje que va narrando los sucesos a medida que los jugamos. Las voces en off son un recurso controvertido en los guiones de cine o TV, pero en los videojuegos funciona de otra forma: la narrativa se ve reforzada con la narración de la protagonista, la jugabilidad gana más sentido y si sumamos que la actuación de voz es buena, todo cierra.

Quizás por eso cuando termina el prólogo y jugamos con nuestro periodista protagonista, la inmersión se pierde un poco. Primero entendamos cómo funciona el gameplay en The Occupation.

Cuando hablamos de investigación en tiempo real, nos referimos a que un minuto en el juego es un minuto en nuestra realidad. Harvey Miller llega a la escena en cuestión una hora antes de la entrevista. Para saber qué preguntas hacerle a nuestro sospechoso, tenemos que investigar.

The Occupation tiene tres misiones principales y todas tienen la misma estructura. Tenemos un límite de tiempo y varias pistas que nos ayudarán a cumplir nuestro objetivo: reunir información crucial para poder hacer una entrevista. En términos de mecánicas, se apuesta por el sigilo e irrumpir en oficinas y cuartos secretos de distintas maneras sin que nos vean. El punto fuerte de la propuesta de juego es que podemos encarar las misiones de varias maneras. Entrar a una oficina puede implicar buscar un código o encontrar un ducto de ventilación oculto. Lo cierto es que en el tiempo límite de cada misión no vamos a poder probar todas las posibilidades. Vamos a encarar la que nos resulte más fácil para cumplir nuestro cometido.

Volviendo a la ruptura de la inmersión, cuando pensamos en un periodista revisando cajones, computadoras, disquetes en un complejo de oficinas que no conoce, se nos hace un poco inverosímil todo, especialmente cuando vemos la forma en que contratan a Miller, muy tirada de los pelos. Y hablando de inverosímil, si cuando estamos avanzando a hurtadillas nos llega a pescar un guardia, el resultado no es un Game Over, más bien se nos pide amablemente que nos vayamos. Demasiado amablemente para ser creíble.

Pero la jugabilidad de The Occupation es entretenida. Consigue generarnos tensión, nos transporta a la situación de estar encubiertos como verdaderos investigadores. Vamos a mordernos las uñas y mirar el reloj constantemente mientras esperamos que el disquete copie los datos, que la impresora imprima un documento, que un archivo se suba a un servidor. No hay acción, no hay combate, todas tareas ofimáticas con las que podemos empatiza fácilmente y que nos volverán realmente locos.

El tic de mirar el reloj, todo el tiempo

Nos queda hablar del aspecto técnico. El día de su lanzamiento, The Occupation recibió un parche de día uno que arregló muchas cuestiones, especialmente los bugs que rompían totalmente el juego. Si combinamos los peores bugs con el sistema de guardado automático injusto, que solo guarda la partida cuando terminamos una misión, el resultado es tener que reiniciar la misión de cero. 

Por fortuna esto ya no pasa. En mi partida no encontré ningún bug de ese tipo, pero sí hubo errores de sonido y problemas de físicas. Trabarnos en algún rincón del nivel junto a un escritorio puede ser hasta normal (aunque por suerte es fácil destrabarse), también puede ser que los ítems aparezcan flotando o que haya bugs de inventario.

Finalmente, gráficamente cumple. No tiene un estilo artístico único, pero los diseños caricaturescos de los personajes y los escenarios funcionan bien. El apartado sonoro está por encima, con buenas actuaciones de voz y buena ambientación.

THE OCCUPATION

5/3/2019 (PC, PS4, XBOX ONE)
6.5
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