Análisis | The Legend of Heroes: Trails of Cold Steel III ¿JRPG del año?

Es complicado hablar de The Legend of Heroes: Trails of Cold Steel III porque este juego es muchas cosas. Es la tercera entrega de la serie Cold Steel. También es el principio del fin de la misma serie. Al mismo tiempo es el octavo juego de la serie Trails. Pero por sobre todas las cosas, es el más reciente juego localizado de la que, para mí, es la mejor serie de JRPGs que hay pero que al mismo tiempo es la más exigente porque necesita que se le dedique una enorme cantidad de horas. Trails of Cold Steel III es todo eso, además de un excelente juego.

Retomando la historia alrededor de un año después de Cold Steel II, esta nueva entrega nos vuelve a poner en la piel del protagonista Rean Schwarzer en el complicado imperio de Erebonia. Muchas cosas pasaron en los dos juegos anteriores de Cold Steel, y tanto Rean como Erebonia todavía están recuperándose. Después de haber sido azotada por una guerra civil el imperio se vuelve a poner de pie, un poco de la mano del héroe de guerra que todos conocen como el “Ashen Chevalier”, título que se le dio a Rean por sus acciones “heróicas”.

Pero lo cierto es que no hace falta ni siquiera haber tocado la serie para darse cuenta dentro de los primeros momentos del juego que esto son solamente apariencias. Rean no es más que un perro para el imperio, a quien sueltan en conflictos que necesitan ganar para luego tener un rostro amigable a quien mostrar al público. Así, el imperio consigue “recuperarse” ocupando tierras vecinas mediante conflictos creados por ellos mismos de maneras asquerosas e inescrupulosas. En este juego en especial queda claro lo nefasto que es el gobierno encabezado por el canciller Giliath Osborne.

Sí hace falta haber jugado el resto de la serie para tener un contexto y entender varios de los hechos que transcurren a lo largo del juego, a pesar de que Cold Steel III tiene la sensación de ser un nuevo comienzo. Class VII, aquella clase a la que asistía Rean en Cold Steel I y II, ya se graduó. Rean es ahora un adulto y está empezando con su primer trabajo, que lo lleva a ser instructor en una nueva sede de la academia militar Thors, diferente al edificio principal al cual asistió en su adolescencia. Muchas caras conocidas son parte del staff de esta nueva escuela, algunas de la serie Cold Steel y otras de lo que se conoce como la duología de Crossbell, juegos de PSP que nunca fueron localizados (aunque tienen traducciones hechas por fans).

Cuando digo caras conocidas, también involucra caras que vienen desde el primer juego de la serie.

Esta nueva sede de la academia es hogar de la gran mayoría de las caras nuevas del juego, principalmente en el cuerpo estudiantil. La clase de Rean es, por supuesto, la que más se destaca: Class VII Special Operations. Esta reencarnación de la vieja clase que dejó su gran huella en la historia de Thors ahora tiene solamente tres estudiantes. Juna Crawford, oriunda de Crossbell que ama su tierra natal y detesta al imperio por la ocupación forzada que realizó de aquellas tierras. Kurt Vander, hijo adoptivo de la familia de guardaespaldas imperiales que fue despojada de dicho cargo a pedido del canciller del imperio. Altina Orion, agente de inteligencia imperial que durante la guerra civil estuvo en el bando opuesto a Rean pero que desde entonces trabajaron juntos en conflictos y ocupaciones.

Además de la clase de Rean, muchos otros personajes tienen un peso importante en la historia. Ash Carbide y Musse Egret son otros dos estudiantes que no están en su clase pero que igual siempre encuentran alguna manera de meter su narices en los problemas de Rean. La vieja Class VII, ya de adultos responsables, también se asoma constantemente en la narrativa del juego. Y, como si eso fuera poco, varios personajes de arcos anteriores continúan sus historias en Erebonia. Es por esto que Cold Steel III prácticamente requiere haber jugado tanto la trilogía de Trails in the Sky como la duología de Crossbell para tener el contexto de todos estos personajes y sus historias.

Juna y Kurt al principio se llevan como perros y gatos.

Este es uno de los más grandes atractivos de la serie y al mismo tiempo el “pero” más pesado. En teoría, uno podría disfrutar de Cold Steel III habiendo jugado únicamente los dos Cold Steel anteriores, pero sin el contexto de la serie entera la mayoría de la historia, los conflictos y arcos de los personajes le pasarían volando sobre la cabeza. La historia de Juna, por ejemplo, tiene mucho que ver con haber jugado la duología de Crossbell. Los planes de la sociedad de Ouroboros, que sirven de villanos de la serie entera, o el rol de la iglesia en el continente son mucho más fáciles de entender si se jugó la serie desde el principio. Es mucho pedir, pero el resultado es uno de los JRPGs más increíbles de los últimos tiempos.

Y es que además de ser una gran historia, Cold Steel III es excelente como JRPG. Las bases del sistema de combate son similares al resto de la serie. Al encontrar un enemigo en el mapa e iniciar combate, nuestros personajes entran en formación al campo de batalla cada uno con su arma propia. El alcance de sus ataques estarán determinados por el arma que utilicen además del atributo de movimiento de cada personaje. Todos tienen acceso a sus Crafts, habilidades únicas para cada personaje, y Arts, el equivalente a hechizos de cualquier otro JRPG.

La interfaz es clara y simple, con cada botón representando una acción específica.

Más que ningún otro juego en la serie, Cold Steel III es increíblemente versátil. El sistema de Arts está íntimamente relacionado con los aparatos ARCUS II que contienen una grilla donde colocamos gemas, llamadas Quartz, que aumentan los atributos de cada personaje o le permiten utilizar algún Art específico. Como los Quartz son muy variados y cada personaje puede equiparse con casi cualquier Quartz, las opciones son muy amplias. Si tenés un personaje con un atributo de ataque naturalmente alto, podés aumentarle el ataque todavía más o convertirlo en un tanque aumentándole la defensa o hasta tratar de convertirlo en un híbrido entre ataques físicos y Arts. Gracias a esto, el abanico de opciones es realmente amplio incluso cuando el juego te obliga a utilizar ciertos personajes por cuestiones de historia. Y si el juego parece muy difícil, el modo turbo que acelera por completo las animaciones y la habilidad de reintentar cualquier pelea con dificultad reducida sin consecuencia alguna lo hacen un juego altamente accesible.

Como todo JRPG, el mundo del juego también es importante y Cold Steel III sigue la tradición de la serie Trails de construir lugares donde viven personajes que se sienten reales. Cada estudiante y casi todo habitante del imperio tiene su nombre y su historia propia. Es altamente satisfactorio aprovechar cada oportunidad para hablar con estos personajes e ir conociéndolos mejor, ya que todos tienen algo interesante para ofrecer. El juego incluso a veces hasta lo recompensa a uno de manera más tangible mediante las misiones secundarias.

El arco de Juna, una de los mejores personajes del juego, requiere el contexto de la duología de Crossbell para entender por completo.

Uno de mis ejemplos favoritos es Maya, una de las estudiantes de esta sede de la academia. En uno de los viajes que la escuela organiza a pedido del gobierno imperial para reforzar la seguridad de un evento importante, Maya se muestra distraída porque la ciudad de destino es donde vive el borracho de su padre, con quien no se lleva bien desde la muerte de su madre. Una misión secundaria involucra recuperar una joya perdida de un turista de dicha ciudad, que “casualmente” cayó en manos de un cliente de un bar. Terminada la misión, uno puede encontrar a Maya confrontando a dicho hombre que resulta era su padre. A la vuelta del viaje, y en otra misión secundaria, Maya recibe una letra de disculpas de su padre prometiéndole que va a buscar un trabajo e intentar dejar la bebida.

Todo eso es completamente opcional y muy fácil de perdérselo, pero es altamente satisfactorio si uno viene siguiendo las historias de estos personajes a lo largo del juego entero y también ocurre con personajes de juegos anteriores. La serie Trails es tan especial precisamente porque es única en su manera de construir un mundo que se siente realmente habitado por personajes y que tienen su historia y conflictos propios. Al transcurrir toda la serie en un único continente y en un corto período de tiempo (entre los 8 juegos transcurrieron 4 años nada más), es muy fácil encontrar personajes e historias que involucran todos los juegos y no solamente la serie Cold Steel.

Lecther Arundel, otra cara más que conocida, a veces hace de vocero imperial cuando el gobierno decide usar a Rean para sus planes turbios.

Pero también es muy interesante el rol del continente como factor en la política y sociedad de los juegos. La serie Trails, y especialmente el arco de Cold Steel, es áltamente político para un JRPG. No está basado en ninguna tierra ni conflictos reales sino que tiene un aire muy ligeramente steampunk mezclado con fantasía y una civilización antigua desaparecida que dejó el equivalente a Mechas gigantes y otros objetos tecnológicamente avanzados atrás. Así y todo, son los conflictos sociopolíticos los que hacen que el continente se sienta como un lugar real. No se me ocurre ningún otro juego que muestre como en las clases de economía les enseñan a los chicos que el PBI del imperio creció desde que “anexó” repúblicas vecinas, con estudiantes de aquellas tierras sentados en esas mismas aulas.

Separado de su gobierno autoritario, el imperio es un lugar hermoso. Al ser el primer juego pensado para Playstation 4, Cold Steel III es el más bello de la serie. Sigue teniendo ambiciones gráficas un tanto limitadas porque Nihon Falcom, el estudio desarrollador, no es un estudio AAA, pero igualmente la serie nunca se vio mejor. Además, la música de Cold Steel III es impecable, con un soundtrack que compite como uno de los mejores de la serie y uno de mis favoritos de JRPGs modernos.

Aurelia, la directora de la nueva sede de Thors, es completamente consciente que son una herramienta del gobierno y no duda en hacérselo saber a los alumnos.

Podría hablar muchísimo más sobre Trails of Cold Steel III y la serie en general, porque son juegos que tienen muchísimo para ofrecer. No por nada es mi serie de JRPGs favorita, y es una serie en la que, contando este juego, invertí más de 500 horas e invertiré muchas más. Cold Steel III ni siquiera es el final de este arco, ya que Cold Steel IV está disponible en Japón aunque todavía pendiente de localizar y que no veo la hora de que llegue para continuar el final extremadamente abierto de este juego. No hay mucho como esta serie en el género, y si bien es muy exigente pedirle a alguien que pase esa cantidad de tiempo jugando JRPGs, Trails of Cold Steel III es prueba irrefutable de que la serie vale la pena.

TRAILS OF COLD STEEL 3

22/10/2019 (PS4)
9.5

Jugué 100 horas de Cold Steel III casi clavadas. Ese tiempo incluye haber terminado la historia principal y prácticamente todas las misiones secundarias, aunque dejé de lado algunas otras actividades opcionales como pescar o Vantage Masters, un juego de cartas al estilo Gwent. En mi Playstation 4 Pro, el juego corrió a 60 frames casi en su totalidad, salvo algunas pocas escenas particulares pero no es nada que afecte la experiencia. Vale la pena aclarar que el juego está completamente en inglés, pero la localización es impecable. Fue jugado con una copia adquirida de forma personal.