La quinta temporada de “The Flash” sufrió, más que nada, debido a dos incorporaciones: la llegada de Nora West-Allen (hija de Barry e Iris en el futuro) y el villano de turno, Cicada, decidido a acabar con todos los metahumanos después del accidente con el satélite de STAR Labs el día de la Iluminación, en el que Nora tuvo su cuota de responsabilidad. Estos dos personajes -más Cicada II, la crecida Grace Gibbons– no llegaron a cumplir con los objetivos dramáticos de una serie que, durante este entrega, pretendía volver a sus raíces más aventureras, superheroicas y divertidas. Contrariamente, caímos en medio de una telenovela recargada de conflictos familiares que brilló en algunos momentos, pero no en la línea general.
Estamos a un solo episodio del final y lo más interesante puede ser el reencuentro de Flash con Eobard Thawne, su más grande enemigo, ¿villano indirecto? de esta temporada. Desde que apareció en el año 2018, las acciones de Nora estuvieron guiadas por este vil personaje, supuestamente con las mejores intenciones como parte de su redención. Imposible creerle ese cambio de actitud, pero la chica cayó bajo sus influjos, en parte, por falta de una figura paterna, y ante todo por la posibilidad de poder viajar al pasado y ayudar a su papá a derrotar a Cicada. No la podemos culpar, hasta Iris creyó en sus palabras. No así el Velocista Escarlata, siempre desconfiado ante las actividades del asesino de su madre.
“Snow Pack” acomodó varias cosas y dejó las bases sentadas para el acto final: el golpe maestro de Cicada II, dispuesta a utilizar el cryo-atomizer con algún malévolo propósito en mente. Intención que se empieza a develar en “Gone Rogue”, cuando Caitlin y Ralph descubren que faltan varias muestras fallidas del suero creado por Cisco, también conocido como la cura metahumana. La idea de Grace es esparcir la sustancia, con la ayuda del atomizador y el poder de la daga, para acabar no sólo con todos los metas de Central City, sino con todos los del país. Así de rencorosa se volvió la chica que rejuntó odio de su tío Orlin Dwyer, al que terminó asesinado cuando este decidió cambiar de actitud.
Mientras Cicada sigue fuera de alcance, el Team Flash debe lidiar con la escurridiza Nora, de vuelta en el presente gracias al uso de la Negative Speed Force, indetectable para los radares del laboratorio. El plan de la chica es introducirse en las instalaciones de McCulloch Technologies, empresa que anda desarrollando armamento a partir de los restos del satélite cargado de materia oscura. ¿Con qué intenciones? Todavía no lo sabemos, pero para llevar a cabo el golpe necesita la ayuda de cómplices que no se vean afectados por el inhibidor de poderes del lugar.
Los elegidos para este “heist” son Brie Larvan/Bug-Eyed Bandit (Emily Kinney) -a quien vimos por última vez en la primera temporada-, Joss Mardon/Weather Witch (Reina Hardesty) y Peter Merkel/Rag Doll (Troy James). Ninguno de ellos buena gente, pero West-Allen cree poder controlarlos y, en cierto punto, todos tienen cosas en común cuando se trata de complicadas relaciones familiares.
El golpe sale como lo planeado, pero al final los malos se rebelan y toman a Nora y al resto de los empleados como rehenes, amenazando con matarlos a todos si Flash no revela su verdadera identidad. Resulta que papá Barry y el resto del equipo tenían la situación más que controlada y decidieron jugar el juego con la única intensión de descubrir las verdaderas intenciones de la velocista. Con los villanos tras las rejas una vez más, y la relación entre los West-Allen volviendo a recomponerse, Nora puede confesar que estaba siguiendo el plan original de Thawne: robar un arma especial que permite la destrucción de la daga de Cicada.
Ahora sí la chica está dispuesta a abandonar todos los consejos de Reverse-Flash, pero Barry, en un intento por reconectar con ella y creer en las buenas intenciones de su némesis, decide seguir adelante con esta idea al ver la efectividad de la mirror gun. Ojo, puede funcionar… a menos que haya gato encerrado.
Y sí, “The Girl with the Red Lightning” parece traer un triunfo asegurado para el Team Flash ante los oscuros planes de Cicada, pero los realizadores nos tienen preparada otra vuelta de tuerca. Gracias a su conexión con Grace y su reciente visita a la Negative Speed Force, Nora puede percibir la ira de la chica y tratar de averiguar sus próximos movimientos, un riesgo que está dispuesta a correr a pesar de los miedos de mamá y papá.
Mientras tanto, el plan es reunir a todos los metahumanos de la ciudad en la jefatura de policía y distribuir la cura entre aquellos que no quieran sufrir las consecuencias del veneno que pretende esparcir la villana. Sherloque intenta poner a salvo a su querida Renee (Kimberly Williams-Paisley), pero después de pensarlo un poquito, la señora descubre que no tiene intención de deshacerse de sus poderes. ¿La solución? Mudarse a otra Tierra, una decisión bastante impulsiva, por si nos preguntan.
Acá el objetivo es detener a Grace Gibbons a como dé lugar, y nadie se pone a pensar en otras cosas. Finalmente, y gracias a la intervención de Nora, descubren que el lugar elegido para esparcir el virus es la central de policía y hasta ahí va todo el equipo para darle pelea a esta enemiga del futuro. El enfrentamiento pone a prueba a los superhéroes, pero también le da el tiempo suficiente a Cisco para desarmar el cryo-atomizer. Parece un tanto bien marcado para los buenos, pero a punto de destruir la daga, Ralph no puede dejar de pensar que este es el plan original de Thawne para destruirla.
Y así es, sabemos que la daga de Cicada absorbe los poderes metahumanos. De vuelta en el año 2049, la sentencia de 15 años de Eobard llega a su fin y es el momento de la ejecución. Durante su traslado fuera de la prisión nos desayunamos con que la mismísima daga es el instrumento que lo mantiene a raya, algo que va a cambiar inmediatamente en que esta sea destruida en el pasado de 2019. Bueno, es un quilombo temporal más complicado que el de “Avengers: Endgame”, pero tiene bastante sentido. No sabemos si Reverse-Flash va a tomar represalias contra Nora o Flash, pero por lo pronto va a quedar libre para seguir haciendo de las suyas.
Acá es cuando salta Barry y dice “te lo dije”, pero todavía no llegamos a ese punto. Los planes de Thawne no están definidos y no sabemos con certeza cómo los hechos del futuro van a repercutir en el presente de la serie. Por ahora, podemos asumir que Cicada II está fuera de juego, pero todo puede pasar a un capítulo del final de temporada.
Por lo pronto, hay que ver en qué estado va a quedar la moral del equipo, sobre todo la de Allen, Iris y Nora, al enterarse de las verdaderas artimañas de Reverse-Flash, ese villano en el cual decidieron confiar a pesar de que su instinto les decía TODO lo contrario. Esta vuelta de tuerca es de lo mejorcito de estos dos episodios que, por un lado, ralentizan la conclusión de la trama, y por el otro aceleran demasiado algunas cuestiones como el enfrentamiento final y la supuesta derrota de Cicada.
En sí mismos son un reflejo de una temporada llena de altibajos narrativos que, a pesar del esfuerzo, nunca logró encontrar el tono y el equilibrio que más nos enamoraron de la serie en sus primeras entregas.