ANÁLISIS| The Flash S05E10: The Flash & the Furious (Spoilers)

Las series del Arrowverse van volviendo de a poquito del parate de fin de año para retomar las historias donde las habían abandonado. En el caso de las aventuras superheroicas de The CW (con excepción de “Legends of Tomorrow”), la pausa llegó después de “Elseworlds”, el evento anual que cruza a los héroes comiqueros de DC. Antes de este paseo por Gotham y el enfrentamiento con The Monitor, Barry Allen y compañía intentaban detener el raid vengativo de Cicada, quien con su daga de materia oscura es capaz de quitarles sus poderes a cualquiera de los metahumanos de Central City.

“The Flash & the Furious” engancha con esa última escena donde vimos a la joven Nora West Allen viajando al futuro, precisamente al año 2049, para visitar a Eobard Thawne/Reverse-Flash en la prisión. El recorrido de acontecimientos que tuvo lugar en el episodio número 100 de esta creación de Greg Berlanti (“What’s Past Is Prologue”), le dio a la hija de Barry e Iris una perspectiva mucho mayor del pasado de papá y todos los traumas por los que tuvo que atravesar. Experiencias que no forman parte del Museo de Flash, del que la chica suele sacar la información de segunda mano.

Nora no lograba entender del todo el odio de Barry hacia Thawne, hasta que descubre que fue el responsable de la muerte de su abuela y de las consecuencias que llevaron a su padre a convertirse en el hombre más veloz del planeta. A partir de acá, la chica deja de confiar en este “aliado”, cuyos relatos, al parecer, vienen llenando mucho del vacío de las páginas de su diario. Un diario al que Sherloque Wells logró tener acceso, y aunque sospecha que hay velocista encerrado, todavía no puede descifrar la escritura en código de Nora, ni echarles un ojo a sus archivos en la Time Vault, recientemente borrados.

 

Hay equipo

 

Thawne siempre será una constante en la historia de Barry, su “creador” y más grande enemigo. Ahora, también debemos ligarlo al destino de West Allen, y el hecho de que la chica viajó al pasado para conocer a su padre, ya que (en su presente) este desapareció en medio de una “crisis” en el año 2024. Este punto se viene repitiendo desde la primera temporada de “The Flash”, un acontecimiento futuro que hasta hoy sigue inalterable y por el momento imposible de evitar, ya que nadie sabe de qué se trata.

Por ahí, suponemos, vienen las visitas de Nora a Iron Heights, donde  Reverse-Flash pasa sus últimos días arrepentido. Un remordimiento que XS no se traga, pero va a aprender a confiar después de cruzar su camino con Joss Jackam/ Weather Witch, hija de Mark Mardon, que ahora debe afrontar las consecuencias de su ataque a la ciudad, unos meses atrás.

Esta audiencia significa también el regreso de Cecile a la corte. Barry está dispuesto a salir de testigo para sacar a Jackam de las calles, pero la abogada puede percibir que hay arrepentimiento en la acusada y que no quiere parecerse a su padre. Esta es la idea central de un episodio que deja a Flash fuera de acción tras el encuentro con Silver Ghost, villana que posee tecnología salpicada con materia oscura, y anda con ganas de robar un auto experimental de las instalaciones de A.R.G.U.S.

 

¿Qué andás tramando Cisco?

 

Las acciones de esta antagonista no están muy justificadas que digamos (es más, es una trama demasiado agarrada de los pelos), pero sirve como excusa perfecta para que Nora entienda que no hay absolutos, la importancia de no prejuzgar y la de dar segundas oportunidades. Algo muy propio de Barry y una de las tantas diferencias entre padre e hija, ya que la velocista no está tan predispuesta a confiar tan fácilmente, aunque espera que Thawne la pueda hacer cambiar de opinión con sus argumentos.

Mientras los Allen atraviesan estás disyuntivas, y sin señales de Cicada a la vista, Cisco sopesa una nueva posibilidad para su futuro: la idea de poder remover sus poderes y tener una vida sencilla y sin tantas preocupaciones superheroicas. La “cura” para los metahumanos, en seguida, nos recuerda a “X-Men: La Batalla Final” (X-Men: The Last Stand, 2006), y aunque la idea de Ramon parece un tanto extremista, tiene mucho de sentido cuando pensamos en ‘metas’ con poderes que no pueden controlar, ni evitar hacerles daño a los que los rodean.

Finalmente, Caitlin accede a ayudarlo brindándole las viejas instalaciones del laboratorio de su papá, obsesionado con el metagen. Si Cisco quiere una cura la va a poder tener, pero la primera regla para llevar a cabo este experimento, es jamás forzar a los otros a ceder a sus haboilidades contra su voluntad. Habrá que ver cómo funciona esta cruzada, pero suponemos que el resto del Team Flash no va a estar muy de acuerdo cuando se enteren.

 

La paternidad es complicada

 

Para ser un regreso de temporada, “The Flash & the Furious” es un capítulo bastante flojito, casi tanto como el resto de esta quinta entrega. Nos intriga la conexión entre Nora y Thawne, y lo que intentan Caitlin y Cisco (sin duda un arma de doble filo), pero la presencia de la joven Allen West ya se está poniendo molesta, sobre todo si no entendemos las verdaderas causas de este regreso al pasado.

La serie del velocista escarlata debe dar un volantazo importante si quiere mantenerle el ritmo de sus compañeras de universo, las cuales lograron arrancar con tramas y villanos más interesantes. “The Flash” Funciona porque el personaje es el héroe por antonomasia y recuperó cierta liviandad de los primeros años, pero esa misma liviandad le quitó contundencia y ese equilibrio entre drama, humor y aventura sci-fi que nos conquistó desde la primera carrera.    

 

 

PUNTAJE: 6.0